A fin de aprovechar el consumo de hongos, un estudio realizado en el Nordeste del país se enfocó en la identificación de los que son comestibles y de los potencialmente tóxicos.
(26/07/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir/ UNNE. Por José Goretta)-.Un estudio realizado en el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) identificó especies comestibles de hongos de la región, así como dos especies potencialmente tóxicas y que pueden confundirse con las comestibles. El objetivo del estudio es aportar al conocimiento de este tipo de hongos para su aprovechamiento comercial.
En la Argentina no existe una fuerte tradición cultural sobre el consumo de hongos silvestres debido a que no forman parte importante de la dieta de la población, aunque recientemente muchas personas han demostrado interés en su consumo.
La región del nordeste argentino no escapa a esa realidad, y a pesar de ser una de las áreas del país con una gran riqueza de hongos, aún se encuentra poco explorada y hasta el momento son muy pocas las especies conocidas para la región y, por lo tanto, la información acerca de las utilidades que éstas pueden presentar es escasa.
Esta falta de aprovechamiento de los hongos frecuentemente está dada por las dudas respecto a su comestibilidad, debido al escaso conocimiento disponible, principalmente sobre hongos silvestres comestibles, y al temor a confundirlos con hongos tóxicos.
Atento a esta situación, desde el Instituto de Botánica del Nordeste se inició un trabajo con el objetivo de dar a conocer especies comestibles colectadas en los últimos años en diversas regiones del NEA. Para ello, se realiza un relevamiento de especies nativas e introducidas, que han sido colectadas en las provincias de Misiones, Corrientes y Chaco.
“Los especimenes son estudiados siguiendo la metodología convencionalmente utilizada para el estudio de los hongos, por lo que fueron fotografiados y descriptos macroscópicamente in situ y posteriormente secados. En el relevamiento se ilustra cada ejemplar haciendo comentarios de su utilidad y en algunos casos con comparaciones con especies semejantes consideradas también de importancia por ser comestibles o tóxicas” explicó el autor del proyecto, Nicolás Niveyro.
Sobre los resultados logrados hasta el momento, comentó que de las más de 170 especies de hongos Agaricales o “con sombreros” identificas en la región NEA, han sido encontradas 12 especies que son consideradas comestibles con diferentes valoraciones de palatabilidad, así como dos especies tóxicas que pueden ser confundidas con especies que sí pueden comerse.
De las especies comestibles encontradas, cuatro ya eran conocidas en la región, dos especies han sido recientemente publicadas para Corrientes y Misiones, en tanto que seis especies no habían sido encontradas en el área hasta el momento.
Niveiro explicó que las especies comestibles halladas revisten diferentes grados de calidad, desde Amanita caesareae, una de las setas mas codiciadas en el mundo, a especies comestibles pero no con mucha aceptación. Algunos de los hongos identificados son bastantes conocidos por los pobladores locales, mientras que otros son totalmente desconocidas.
Asimismo, se registraron cuatro especies nativas, aunque la gran mayoría de las especies comestibles que conocemos actualmente son cosmopolitas o introducidas desde Europa.
Respecto a las dos especies tóxicas citadas en la investigación, las mismas son “Chlorophyllum molybdites” que produce trastornos gastrointestinales severos y que puede ser confundida con especies comestibles de “Macrolepiota”, en tanto la otra especie tóxica “Amanita muscaria” produce trastornos nerviosos y puede llegar a ser confundida con la especie comestible Amanita caesarea, al perder un poco su coloración y perder las verrugas blancas que presentan.
“Ambas especies tóxicas dependiendo de la cantidad ingerida y la persona, pueden llegar a ser mortales, lo cual se acentúa por el hecho que puedan ser confundidas con ejemplares que sí son comestibles” resaltó el investigador.
Respecto a las especies comestibles, sostuvo que es importante destacar el trofismo o forma de nutrición de cada una de estas especies, pues se encontraron especies creciendo sobre madera en descomposición, terrícolas y especies micorrícicas que se nutren de plantas y a la vez aportan nutrientes a esa plantas.
El especialista sostiene que de estas especies micorrícicas, Lactarius deliciosus y Suillus granulatus, pueden ser consideradas un importante recurso para la región, pues muchas veces a estos hongos se los inocula a los árboles de interés forestal para que los nutra y mejorar la calidad de la futura madera que se aprovechará, pero no es común que se aprovechen los hongos asociados a las especies que se implantan.
“La idea de conocer los hongos comestibles es para potenciar su uso social como alimento, productivo y hasta comercial” señaló Niveiro y ejemplificó que en el campo hay personas que insumen hongos como alimento y que en supermercados de la zona se consiguen algunos hongos de la región como el hongo del Pino.
Indicó que actualmente en nuestro país se están realizando trabajos sobre el cultivo de especies silvestres para su utilización comercial, para complementar el consumo de los conocidos “shitake”, “girgola” y “champiñón”.
Sostuvo que los hongos silvestres pueden constituirse en una explotación sencilla y familiar de bajo costo, y hasta una excelente alternativa productiva no convencional con la ventaja adicional de que se los puede categorizar como alimentos ecológicos u orgánicos.
Reiteró que además del uso productivo de los hongos como fijadores de nutrientes para especies vegetales, es posible su utilidad como comestible siempre y cuando se esté seguro de su comestibilidad o que se conozcan bien las especies.
El estudio identificó especies de hongos comestibles y potencialmente tóxicas.
Créditos: Revista CyT de la UNNE