Ese “escudo protector” del viento solar y otras partículas cósmicas cambia sobre todo de acuerdo a la rotación de la Tierra sobre su eje y variaciones en los movimientos del metal líquido que se desplaza en su núcleo. Así lo sugieren estudios realizados por investigadores del CONICET y la Universidad de Buenos Aires.
(25/02/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Investigadores argentinos identificaron los principales factores que determinan los cambios que sufre el campo magnético terrestre a lo largo del tiempo. Los resultados de su trabajo fueron publicados en la prestigiosa “Physical Review”, publicación de la Asociación Estadounidense de Física.
Se pensaba que las modificaciones en el campo magnético de la Tierra se debían a factores externos, como la interacción gravitatoria con la Luna. Pero, mediante modelos matemáticos en computadoras y experimentos de laboratorio, los científicos llegaron a una conclusión diferente: los principales factores que determinan esos cambios son la rotación del planeta sobre su eje y los desplazamientos en su núcleo de metales líquidos conductores de electricidad, una aleación de hierro y níquel.
La Tierra tiene un campo magnético parecido al de un imán, con los polos norte y sur aproximadamente alineados con el eje de rotación del planeta. “Esto es lo que permite cosas como la navegación o la orientación usando una brújula, en la que la aguja magnetizada se alinea con los polos magnéticos de la Tierra”, explicó uno de los autores, el doctor Pablo Mininni, investigador del Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA) y docente en el Departamento de Física en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FECyN) de la UBA.
El campo magnético también protege la vida del planeta del efecto del viento solar y de otras partículas interplanetarias. “De hecho, se cree que Marte perdió buena parte de su atmósfera por no tener un campo magnético, aunque hay que aclarar que este proceso es muy lento y ocurre en millones de años, ¡no en unos pocos días, como muestran algunas películas en las que en campo magnético de la Tierra se apaga!”, indicó Minnini.
Minnini y sus colegas del IFIBA, que depende del CONICET y la UBA, realizaron experimentos de laboratorio usando grandes tanques con sodio líquido y propulsores que generan campo magnético a partir del movimiento al azar del líquido y que simulan lo que sucede a escala planetaria. El estudio contribuye a comprender las fuerzas que provocan la inversión del campo magnético terrestre, un fenómeno que ocurre en promedio cada 400 mil años y que consiste en que se da vuelta o se intercambia la polaridad magnética (es decir la orientación del imán) hacia el polo norte o hacia el polo sur, alternadamente. Este cambio de orientación toma en promedio 3.000 años, es decir, es un cambio lento a escala de una vida humana.
En el estudio participaron también el doctor Pablo Dmitruk, investigador del CONICET en el IFIBA y en el Departamento de Física de la FECyN de la UBA . Colaboraron científicos de las universidades de Colorado y Delaware, en Estados Unidos, de la Universidad de Calabria, en Italia, y de otras instituciones.
Los investigadores del Instituto de Física de Buenos Aires, dependiente del CONICET y de la UBA, realizaron experimentos en el laboratorio usando grandes tanques con sodio líquido y propulsores que generan campo magnético a partir del movimiento al azar del líquido y que simulan lo que sucede a escala planetaria.
Los autores principales del estudio, el doctor Pablo Dmitruk (der.) y el doctor Pablo Mininni, investigadores del Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA) dependiente de la UBA y del CONICET.
Figura de simulaciones en computadora para estudiar la dinámica del campo magnético terrestre.