Para un investigador del CONICET en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en los próximos años se podrá empezar a producir en escala piloto estos insumos críticos para, por ejemplo, la elaboración de aceites, jugos, vinos y sidras.
(10/06/2016 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Las enzimas –proteínas que aceleran reacciones químicas- se aplican en distintos procesos tecnológicos, como la extracción de aceites de oliva y la clarificación de jugos, vinos y sidras. Sin embargo, la totalidad de estos insumos se importa. Una iniciativa del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín (IIB-UNSAM), un centro de tres pisos inaugurado en 2012, apunta a modificar ese escenario, ahorrando divisas y generando puestos de trabajo.
“El objetivo es sustituir la importación de enzimas comerciales de alto costo para ser utilizadas en diversos procesos industriales”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Diego Noseda, investigador del CONICET y miembro del Grupo de Procesos Fermentativos del IIB-UNSAM, quien agregó que “a corto plazo” va a empezar la producción en escala piloto.
El grupo de Noseda emplea biorreactores para la producción de proteínas recombinantes y enzimas que pueden ser aprovechadas por la industria y que son generadas mediante la fermentación de microorganismos como levaduras y hongos filamentosos. “Esas enzimas, celulasas y pectinasas, se pueden utilizar en la industria alimenticia para mejorar los rendimientos de procedimientos tecnológicos como la extracción de aceites de oliva”, explicó Noseda. También sirven para efectuar la clarificación (reducción de la viscosidad) de jugos, vinos y sidras, evitando así la filtración exhaustiva de esas bebidas.
Los investigadores lograron desarrollar un biorreactor a escala de laboratorio en el cual se pueden estudiar los parámetros que afectan a la producción de las enzimas fúngicas de interés industrial. “Con este equipo se pueden monitorear de manera online varios parámetros del cultivo de los hongos filamentosos como la temperatura, la humedad y la producción de CO2, lo que permite el control y el registro del crecimiento del microorganismo y de la producción de estas enzimas”, explicó el licenciado Gastón Ortiz, integrante del mismo grupo.
A corto plazo, el objetivo es efectuar la producción de esas enzimas de interés industrial a mayor escala en una planta piloto en el Instituto Tecnológico de Chascomús de la UNSAM. “Una vez que superemos esta fase, pensamos llevar a cabo la transferencia del desarrollo a empresas argentinas”, afirmó Noseda.
De proyecto también participan los doctores Miguel Galvagno y Edgardo Albertó, también investigadores del CONICET.
El licenciado Gastón Ortiz (izq.) y el doctor Diego Noseda, investigadores del grupo de Procesos Fermentativos del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín.