Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos en animales de experimentación demuestra que el estrés favorece el desarrollo de tumores más agresivos. En el ensayo se comprobó asimismo que un medicamento usualmente empleado para tratar enfermedades cardíacas logra neutralizar los efectos negativos que el estrés ejerce en el crecimiento de los tumores.
(CyTA – Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Cuando los ratones hembra con cáncer de ovario están bajo estrés, los tumores crecen y se dispersan con mayor rapidez. Investigadores del Centro contra el Cáncer M. D. Anderson de la Universidad de Texas comprobaron que un medicamento llamado propanolol, que se suele prescribir para tratar cardiopatías, es capaz de bloquear los efectos del estrés y por lo tanto reducir el avance de los tumores.
El hallazgo constituye una prueba que demuestra la relación entre el estrés y los procesos biológicos que están involucrados en el crecimiento de los tumores, según informa un comunicado de prensa de julio de la Universidad de Texas.
La investigación comenzó cuando el autor del trabajo, Anil Sood, y un equipo de colegas notaron que los tumores eran más agresivos en las pacientes con cáncer ovárico que experimentaban altos niveles de estrés. Por el contrario, en el caso de las pacientes que tenían una mayor contención social y menos estrés, los tumores crecían y se diseminaban con menor rapidez.
A partir de estas pruebas, Sood y su equipo decidieron investigar la asociación entre el estrés crónico y el cáncer.
En el laboratorio, estudiaron ratones con cáncer de ovario. Los confinaron en espacios muy reducidos durante dos o seis horas por día para producir hormonas beta adrenérgicas, las mismas hormonas del estrés que secretan los seres humanos y que generan un aumento de los latidos del corazón.
Después de tres semanas, los científicos midieron el número y la medida de los tumores de los ratones. En comparación con los ratones hembra que no tenían estrés, el número de tumores fue 2.5 veces mayor en los ratones que habían estado confinados dos horas por día y 3.6 mayor en aquellos que estuvieron encerrados seis horas por día.
Los científicos observaron que las hormonas del estrés se unen a los receptores beta adrenérgicos, es decir, los receptores de dichas hormonas presentes en las células cancerígenas. Esta unión estimula la angiogénesis, que consiste en la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de vasos preexistentes, proporcionando nutrientes y oxígeno a los tejidos cancerosos, elementos que favorecen su crecimiento y que conducen a la formación de tumores más agresivos.
En posteriores experimentos, los investigadores bloquearon los receptores de las hormonas del estrés con propranolol, una droga que fue capaz de neutralizar los efectos negativos del estrés en el crecimiento de los tumores.
Los receptores beta adrenérgicos también se hallan presentes en el corazón y su función es mantener constante el flujo sanguíneo. Por esta razón, el medicamento, que en algunos casos se utiliza para tratar enfermedades cardíacas, fue útil para limitar el avance del cáncer ovárico en los ratones hembra bajo estrés.
Soon y su equipo seguirán realizando experimentos con animales para examinar el papel de los receptores de las hormonas del estrés y su relación con el cáncer de ovario.
“El concepto de receptores de las hormonas del estrés que conducen directamente al crecimiento de los tumores es algo muy novedoso. No se sabía mucho sobre el modo en que estos receptores se expresaban en el cáncer, y lo que es más importante, si es que tenían alguna importancia funcional. Nuestra investigación abre un nuevo campo de investigación”, destaca Sood.
“Actualmente hay mucho interés en llevar adelante tratamientos que incluyan el uso de medicamentos que bloqueen los receptores de las hormonas del estrés así como el empleo de psicoterapias para reducir el estrés”, concluye Sood.