Un equipo de investigadores de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, EEUU, afirma que las células sanas tendrían una capacidad asombrosa de inyectar vida nueva a las células dañadas del organismo, según publica NewScientist en su edición de enero.
(08/03/06 – CyTA- Instituto Leloir, por Florencia Mangiapane) – Tras un estudio de laboratorio, los expertos de la Universidad de Tulane llegaron a la conclusión de que el ADN de las mitocondrias –principales generadoras de energía celular—puede migrar de las células sanas hacia células vecinas defectuosas o sin mitocondrias, y rejuvenecerlas.
De confirmarse, el descubrimiento sería revolucionario, porque abriría la posibilidad de utilizar células sanas para corregir mitocondrias defectuosas en pacientes que padecen enfermedades mitocondriales, o incluso identificar y corregir este tipo de defectos en el embrión.
Los defectos mitocondriales originan una gama de enfermedades debilitantes, muchas de ellas fatales en la infancia. En Estados Unidos nacen por año 4 mil niños con defectos en sus mitocondrias, lo que puede desencadenar leucemia, parálisis cerebral, insuficiencia hepática y ceguera.
“No estamos hablando meramente de una posible terapia, sino quizás de una cura”, señala Paul Preston, secretario de la Red de Enfermedades Mitocondriales Infantiles, una organización solidaria de Cheshire, Gran Bretaña.
El equipo de investigadores de Tulane, encabezado por Darwin Prockop, utilizó bromuro de etidio para destruir en el laboratorio las mitocondrias de células pulmonares cancerosas.
Luego, células sanas de otros órganos fueron ubicadas al lado de las células cancerosas y algunas se recuperaron. Según observó el equipo de Prockop, las células recuperadas habían absorbido material genético aportado por sus vecinas sanas.
Si bien el equipo de Prockop se muestra entusiasmado con el hallazgo, otros investigadores especializados en mitocondrias todavía son escépticos. Temen, por ejemplo, que el ADN mitocondrial de las células rejuvenecidas sea material genético que no murió con la purga química. Por eso, piden más estudios que lo validen.
“Descubrimientos extraordinarios necesitan ser extraordinariamente convincentes”, advierte Bob Lightowlers, del Grupo de Investigación Mitocondrial de la Universidad británica de Newcastle.