Un simposio internacional sin precedentes tendrá lugar en junio próximo en Madagascar, África. Gobernantes, organismos internacionales, ambientalistas y representantes de la comunidad formularán estrategias para combatir la pobreza preservando los extraordinarios recursos naturales de la región.
(29/05/06 – CyTA – Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Del 20 al 24 de junio, en Antananarivo, capital de la isla de Madagascar, se desarrollará el simposio “Desafiando el fin de la naturaleza: el contexto africano”, con la participación de autoridades internacionales y representantes de las comunidades locales, según informa en un comunicado de prensa la organización ambientalista Conservation International (CI), encargada de coordinar el encuentro.
Distintos especialistas expondrán los últimos avances en la investigación de la relación entre medio ambiente, pobreza y salud. Los participantes presentarán estrategias para que la conservación de la extraordinaria biodiversidad de África ayude a aliviar la pobreza, combatir las enfermedades y mejorar la calidad de vida de cientos de millones de habitantes postergados del continente.
Se espera que las propuestas sirvan para que África alcance los objetivos de desarrollo fijados por las Naciones Unidas con miras a erradicar la pobreza extrema en todo el mundo hacia 2015. Entre otros temas, los participantes evaluarán el papel que cumple la biodiversidad africana en el funcionamiento del ecosistema y la posibilidad de aliviar la deuda de los países de la región para que puedan administrar con más holgura el capital natural.
“Es importante remarcar el impacto positivo que tiene la conservación de la biodiversidad en el desarrollo económico”, señaló Marc Ravalomanana, presidente de Madagascar. Además del mandatario local, disertarán Jeffrey Sachs, director del Proyecto del Milenio de Naciones Unidas, Warren Evans, director de Medio Ambiente del Banco Mundial, y líderes ambientalistas de todo el mundo, en especial de África.
Madagascar, territorio conocido por sus lémures y otras especies exóticas únicas en el mundo, ha desandado en los últimos años el camino de la deforestación. En 2003, el presidente madagasqueño se comprometió a triplicar las áreas protegidas del país para alcanzar los 6 millones de hectáreas en el año 2008. El desafío es renunciar a una concepción de la naturaleza como recurso a explotar por única vez y privilegiar la idea de conservar los activos naturales para siempre, esfuerzo que también están realizando Costa Rica, Suriname y Guinea Ecuatorial.