(12/05/06 – CyTA – Instituto Leloir) – Análisis practicados a cuatro ballenas que habían quedado varadas en la costa española en enero pasado parecen confirmar un informe del año 2003 que vinculaba la muerte de varias ballenas picudas con los sonares, dispositivos navales que calculan distancias emitiendo sonidos en el agua, según informa Nature de marzo.
A pedido de la Sociedad Española de Cetáceos, un equipo de investigadores de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria practicó necropsias a los animales y detectó el “síndrome sistémico embólico gaseoso”, un cuadro similar al de buceadores que sufren descompresiones muy graves.
Los investigadores creen que las ballenas desarrollan un letal mecanismo evasivo: intentan alejarse del ruido de los sonares entrando y saliendo del agua hasta que sufren lesiones hemorrágicas en distintos órganos provocadas por la acumulación de burbujas de gas, y mueren.
“El diagnóstico patológico indica que la causa primaria más probable es la utilización de sonares activos antisubmarinos de media frecuencia durante el desarrollo de actividades navales militares”, explica el doctor Antonio Fernández en un informe de prensa dado a conocer en febrero de este año por la Universidad de las Palmas.
En 2003, un trabajo de la Sociedad Zoológica de Londres publicado en la revista Nature había informado que un grupo de ballenas varadas en las Islas Canarias el año anterior presentaba émbolos en el hígado, probablemente causados por descompresión. “El informe español es la primera confirmación de aquella investigación que presentamos en 2003”, señaló el doctor Paul Jepson, autor principal del trabajo inglés.