(10/10/06 – Agencia CyTA-Instituto leloir. Por Bruno Geller)-. Hijo de agricultores de General Alvear, en el sur de Mendoza, el Ingeniero Agrónomo Jaime Ortego, especialista en Protección Vegetal que se desempeña como director de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del INTA Junín, se dedica a mejorar la actividad rural y ganadera del país. Su trayectoria está relacionada principalmente con la producción de materiales de propagación con sanidad controlada, especialmente tubérculos de papa semilla. Es referente en epidemiología de virosis de la papa y en bioecología e identificación de áfidos. Desarrolló siempre su actividad en relación con la Extensión Rural y en este campo se ligó estrechamente con la actividad ganadera de zonas áridas.
-¿Qué lo motivo a estudiar para ingeniero agrónomo?
Me crié en el seno de una familia de agricultores en General Alvear, en el sur de Mendoza. Soy hijo de inmigrantes españoles y participé desde pequeño en las actividades rurales. Ese fue un motivo importante para hacer mis estudios secundarios en la Escuela de Agricultura de Alvear Oeste. El permanente contacto con la actividad agrícola y la adquisición de conocimientos teóricos y prácticos en mi carrera de Técnico Agrario me impulsaron a estudiar esa carrera. Mi gusto por las ciencias biológicas y el estrecho contacto que existe entre éstas y la agronomía, reforzaron mi decisión.
-¿En dónde se formó?
Mi formación universitaria de grado la hice en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza. Es una facultad prestigiosa y además es la que estaba más cerca de mi pueblo natal. Por otra parte, es la que aborda con mayor amplitud las temáticas relacionadas con la producción agropecuaria de zonas áridas, ya sea bajo riego o secano; especialmente la horticultura y fruticultura de zonas templadas, y con más razón la problemática vitivinícola.
-¿Desde cuando es director de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del INTA Junín?
Accedí a ese cargo en el 2003 a través de un concurso abierto. Mi principal actividad es la gerencia, pero en la medida de mis posibilidades y con esfuerzos extra horarios me ocupo de algunos temas técnicos y científicos.
-¿Cómo desarrolló su trayectoria laboral desde que se recibió como ingeniero agrónomo hasta que llegó a director de la EEA?
Me recibí de Ingeniero Agrónomo en 1977. Después de algunas incursiones en la actividad privada, a principios de 1980 ingresé como Becario de Iniciación en el INTA Rama Caída. Hasta 1986 trabajé en la Agencia de Extensión Rural de General Alvear, asistiendo a productores hortofrutícolas y viticultores. Por aquel entonces incursioné también en temas de ganadería y pastizales naturales. Esto último es una actividad que me atrae especialmente hoy en día.
-¿Cuales fueron sus pasos siguientes?
En 1986 surgió la posibilidad de abrir y conducir una Agencia de Extensión en el departamento de Malargüe. A partir de entonces, si bien trabajé mucho con comunidades de minifundistas que crian caprinos, mi principal actividad siempre estuvo relacionada con la sanidad vegetal. Me capacité en muchos temas relacionados, conocí otros países y me vinculé con importantes centros de investigación, especialmente los dedicados a las virosis vegetales y a la producción de papa semilla. En septiembre de 2000 asumí como Presidente del ISCAMen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza) y durante tres años me tocó dirigir los destinos de la sanidad vegetal en nuestra provincia a través de muchos programas, especialmente los de Erradicación de la Mosca de la Fruta y Control de Carpocapsa y Grafolita en frutales. Representé muchas veces a la provincia o al país en discusiones fitosanitarias relacionadas con temas cuarentenarios.
– ¿Dónde se especializó?
Los estudios de postgrado de Magister en Ciencias con mención en Protección Vegetal los llevé a cabo en la Universidad Austral de Chile, en la ciudad de Valdivia. La oferta académica incluía interesantes temas relacionados con cuestiones fitosanitarias y profesores de muy buen nivel en especialidades que me interesaban, como la entomología y la producción de papa semilla (epidemiología y control de virosis, enfermedades causadas por hongos y bacterias, etc.). Por aquel entonces, me encontraba trabajando en Malargüe, un área destinada a la producción de papa semilla, que actualmente es la más importante del país en ese rubro.
¿Qué razones lo llevaron a especializarse en Protección Vegetal?
Esa temática se relaciona estrechamente con la principal actividad que desarrollaba en ese momento. El INTA había abierto una Agencia de Extensión en Malargüe, al frente de la cual me encontraba. Tenía la misión de generar y difundir información que permitiera desarrollar el área al máximo y mantener las condiciones fitosanitarias especiales de la zona. La producción de papa semilla requiere conocimientos profundos en materia de sanidad vegetal, ya que se trata de producir tubérculos con muy baja o nula presencia de plagas y enfermedades. Los programas de estudios y el perfil del cuerpo de profesores de la Universidad Austral me ofrecía un excelente panorama para cubrir mis necesidades académicas. Valdivia está en la X Región de Chile, la principal área productora de papas del país vecino.
-¿Dónde está la EEA Junín y qué tipo de proyectos desarrollan?
Esa Estación Experimental Agropecuaria está en el departamento del mismo nombre en la conocida como zona Este de Mendoza, a unos 50 km de la ciudad capital. Tiene un perfil técnico histórico orientado a los frutales de carozo. La mayoría de sus profesionales están dedicados a temas relacionados con la producción de duraznos, ciruelas, damascos y almendras. Existen proyectos sobre Mejoramiento Genético y Selección Clonal, sobre Manejo del Monte Frutal, sobre producción de plantas libres de virus certificadas, etc. La producción olivícola también ocupa un importante renglón de las actividades, sea en temas sanitarios como de manejo del olivar.
– ¿Realizan actividades relacionadas con la ganadería?
Así es, especialmente caprinos y ovinos en secano y bajo riego. En el rubro fitosanitario estamos trabajando intensamente en un proyecto destinado a obtener información sobre la enfermedad del Sharka, una virosis muy grave de los frutales de carozo recientemente detectada en San Juan e informada al SENASA por los técnicos de la EEA Junín. Dentro de la epidemiología de este virus denominado Plum Pox Virus (PPV), se encuentra el estudio de la dinámica y presencia de los pulgones, únicos vectores del PPV. Aquí se cruza la temática con la producción de papa semilla y el trabajo de relevamiento de pulgones que estamos realizando en todo el país.
– ¿Qué tipo de relación establecen con los productores del campo?
Hay un importante trabajo de extensión y transferencia que está llevando a cabo el grupo de técnicos del PROPAPA del INTA Balcarce, con el cual colaboro. Participan de este proyecto otros organismos nacionales como el PSA (Programa Social Agropecuario), las Universidades, gobiernos provinciales y municipales. Se está informando a los productores paperos de la puna sobre técnicas de producción de papa semilla para mejorar su productividad y posibilitarles insertarse en mercados del resto del país. Este relevamiento forma parte de la información que se necesita. Es preciso intensificar la actividad de investigación y extensión en un lugar tan importante desde el punto de vista biológico, antropológico y geopolítico.
– ¿Trabaja la EEA del INTA Junín con instituciones de otros países?
Sí, la importancia de los relevamientos faunísticos se pone de manifiesto en la ejecución de proyectos como el que estamos desarrollando con científicos de la Universidad de León, España. Desde el año 2000 la Comunidad Autónoma de Castilla y León aporta los recursos para realizar un relevamiento de la afidofauna (pulgones) de toda la región andina de la Argentina. En 2000 relevamos desde Tierra del Fuego hasta el Sur de Mendoza; en 2002 relevamos las áreas andinas del resto de Mendoza, San Juan y La Rioja. Hasta el momento se han generado 18 publicaciones en revistas internacionales dando cuenta de más de 25 especies nuevas para la ciencia y 30 nuevos registros para nuestro continente. Está previsto para fines de este año relevar las áreas andinas de Catamarca, Salta y Jujuy.
– En el 2003 usted dirigió un relevamiento orientado a la actualización de pulgones o áfidos en Jujuy y Salta. ¿Cómo empezó ese proyecto?
Aprovechando un viaje al NOA con el equipo técnico del INTA Balcarce para capacitar a las comunidades aborígenes de Humahuaca y Yavi en producción de papa semilla, realicé una prospección recolectando pulgones en los lugares que visitamos. Estos insectos están estrechamente relacionados con la presencia y dispersión de los virus que afectan a la papa y otros cultivos. Esto nos permitió relevar el área de manera previa al relevamiento más exhaustivo que vamos a realizar este año en las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy.
– ¿Cuál es la importancia de actualizar la lista de pulgones?
Conocer los insectos, y en este caso especial los áfidos, ayuda a entender las relaciones biológicas en un ecosistema. Por otra parte, en un bioma tan importante como la Puna adquieren especial relevancia los datos sobre los organismos vivos que la componen.
– Respecto a la prospección de pulgones del noroeste argentino. ¿Qué fue lo que más lo sorprendió?
En unos pocos días de relevamiento, encontramos nada menos que ocho especies de pulgones nuevas para Jujuy y 5 nuevas para Salta. Detectamos por primera vez en la Argentina a la especie Cinara cupressi, fuente de importante plagas.
– ¿Cómo llegan al país especies de pulgones de otros países y continentes?
Generalmente con material vegetal introducido. Las plantas ornamentales son un vehículo muy importante para la introducción de insectos exóticos en un país o un área.
– ¿De que modo los pulgones actúan como vectores de los virus?
Si no hubiera pulgones en un área, los dos virus más importantes de la papa, el PVY y el PLRV, no podrían pasar de las plantas enfermas a las sanas. Los virus pasan de un año al otro en los tubérculos semilla, ya sea los que se guardan para ese fin o aquellos que quedan enterrados y que dan lugar a las llamadas “papa guacha”. Esos tubérculos, si tienen virus, darán lugar a una planta enferma y desde ella los virus pasarán a las plantas sanas por medio de los pulgones. Por eso es importante conocer qué especies de pulgones hay en un lugar, eso nos da idea también de las posibilidades de producir tubérculos semilla de papa.
– ¿Qué es un “tubérculo-semilla”?
Es el que se utiliza para multiplicación. Son los que se “siembran” para un nuevo cultivo. Desde el punto de vista legal, solamente se llama semilla (en el caso de la papa) a los tubérculos producidos bajo un sistema de fiscalización y que cumplen con determinadas normativas fitosanitarias. Lo ideal es producirlos en zonas con baja presencia de plagas y enfermedades, de manera que tengan una carga de patógenos muy baja o nula. Uno de los problemas fitosanitarios que puede presentarse es la presencia de virus, especialmente el virus “Y” de la papa y el virus del enrollamiento foliar.
– ¿Qué estrategias se emplean para que los pulgones no sean una plaga?
Es fundamental no hacer un uso indiscriminado de los plaguicidas y aplicar el producto más adecuado en el mejor momento. Para ello es necesario conocer la bioecología de cada plaga. En la medida de lo posible hay que establecer un programa de Manejo Integrado de Plagas. De todos modos no las eliminaremos como plagas, tenemos que aprender a convivir con ellas y conocerlas al máximo para establecer las estrategias que nos permitan mantenerlas por debajo del umbral de daño económico.
– ¿Cuáles han sido los proyectos que más satisfacción le han generado?
Sin dudas el Proyecto sobre Producción de Papa Semilla en Malargüe. Me permitió, en primer lugar, capacitarme en un tema altamente tecnificado y con un elevadísimo contenido científico. También conocer mucha gente, colegas y productores de todo el país y de muchos otros lugares del mundo. Y por sobre todas las cosas, sentirme útil a la comunidad que aporta los recursos para que las instituciones oficiales trabajemos. He visto cómo la información que generábamos y difundíamos desde la Agencia del INTA Malargüe era aprovechada por los productores para mejorar sus ingresos y por los organismos oficiales de control para generar normativa a fin de hacer de la producción de papa semilla de Malargüe una actividad rentable y sustentable. Y dos cosas muy importantes para mí: hacer amigos e integrar dos actividades fundamentales del INTA, la investigación y la extensión.
-¿Tiene alguna propuesta sobre las políticas que deberían aplicarse para mejorar la actividad rural y ganadera en el país?
Arriesgaría sólo una cosa relacionada con el trabajo del INTA y otras instituciones de investigación y extensión. Es muy importante escuchar a la gente del campo. Tenemos que escuchar a los productores pequeños, medianos o grandes y trabajar para solucionar sus problemas. Esa es nuestra misión. Trabajar codo a codo con los productores es la única forma de conocer su problemática tecnológica y socioeconómica de manera de establecer las estrategias de investigación y extensión más adecuadas que satisfagan las necesidades del medio. Es muy importante la figura de los Consejos Locales Asesores, órganos institucionales conformados por productores e instituciones, cuya finalidad es justamente asesorar al INTA en la toma de decisiones en materia de investigación y extensión.
– ¿Qué proyectos que tiene pensado llevar a cabo?
En primer lugar, por tres años debemos desarrollar los proyectos iniciados en el marco del Plan Tecnológico Regional y de los Programas Nacionales y Áreas Estratégicas del INTA. En lo estructural institucional queremos ver crecer a nuestra Unidad, incorporar más gente que nos permita encarar la resolución de cada una de las demandas de los productores. Está en nuestros planes institucionales el de abrir nuevas Agencias de Extensión u oficinas para estar más cerca