Científicos del Reino Unido lograron revivir semillas de tres especies de plantas pese a que fueron guardadas en malas condiciones durante más de dos siglos. Las semillas pertenecían a Jan Teerlink, comerciante holandés que fue capturado por la armada británica en 1803.
(24/10/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)– En Marzo de 1803, el \”Henriette\”, cargado con cargamentos de té, porcelana y seda traídos de China, zarpaba desde la Ciudad del Cabo para continuar su viaje a Europa. La poderosa armada británica capturó el barco perteneciente al comerciante y navegante holandés Jan Teerlink. Sus pertenencias confiscadas fueron guardadas en la Torre de Londres y posteriormente destinadas a los Archivos Nacionales del Reino Unido. En la cartera de Teerlink fueron hallados 40 pequeños paquetes que contenían semillas de 32 especies diferentes de plantas.
Ahora, mediante técnicas que combinan, entre otros factores, regulación de temperatura y agua, los expertos en botánica del Banco de Semillas de los Jardines Reales Botánicos pudieron hacer germinar tres especies de plantas a partir de esas semilllas, según revela la revista científica NewScientist de septiembre. Una es la planta del género Protea, muy frecuente en la actualidad en la provincia sudafricana del Cabo, la legumbre Liparia villosa y una especie de acacia.
“Podría esperarse que las plantas estuviesen enfermas y malformadas, pero no es el caso”, afirmó Matt Daws, uno de los especialistas en semillas que logró dar vida a esas plantas y agregó que “se podría pensar que no es impresionante lograr la germinación de tres especies de un total de 32, pero yo me habría sentido feliz si una semilla sola hubiese germinado.”
Los científicos, encabezados por Daws, planean realizar análisis genéticos de las plantas para compararlas con sus pares que actualmente crecen en Sudáfrica. El objetivo es estudiar la evolución de esas especies.
Daws considera que los resultados son sorprendentes, si se considera que las semillas estuvieron guardadas en condiciones precarias. Según el experto y sus colegas, los resultados indican que si fuesen conservadas en óptimas condiciones, las semillas podrían sobrevivir miles de años.
La resistencia de las semillas ha sido comprobada en varios casos. En la década de 1990 germinó una semilla de la flor lotus sagrado en el lecho de un lago seco en China, que tenía una antigüedad de mil trescientos años, sin embargo, presentaba considerables malformaciones genéticas. En el 2005, científicos israelíes lograron germinar una palmera de dátiles con una semilla de dos mil años de antigüedad que fue hallada en Masada, una fortaleza construida por el rey Herodes en las cercanías del Mar Muerto.