(13-11-06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) –. El 2do. Festival de Cine y Video Científico (CINECIEN 06) realizado el 3 y 4 de noviembre en la Biblioteca Nacional tuvo como objetivo principal la promoción de la difusión de diversos materiales audiovisuales de divulgación científica creados en el ámbito universitario, académico y científico. Organizado por el Instituto Universitario Nacional (IUNA) y la SeCyT, el festival contó con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación y el Instituto Nacional de Artes Audiovisuales de la Argentina (INCAA), entre otras instituciones. En una entrevista con CyTA Ignacio Jawtuschenko, periodista especializado en Comunicación y Cultura, y Coordinador del Programa de Comunicación Social y Divulgación Científica de la SeCyT, destacó el poder de la imagen como herramienta clave para la divulgación científica y describió las principales tareas que realiza la SeCyT con el fin de crear puentes que acerquen la ciencia a la sociedad.
-¿Qué tipo de actividades organizan desde la SeCyT para promover la divulgación científica y tecnológica en la sociedad?
Para cumplir ese objetivo llevamos adelante varios proyectos. Organizamos la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, espacio de encuentro donde los investigadores exponen sus trabajos a la comunidad; creamos un programa de capacitación en Periodismo Científico elaborado en conjunto con la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) cuya finalidad es impartir cursos itinerantes a lo largo del país. También otorgamos premios al Periodismo Científico, a fin de promover la democratización del conocimiento científico. El Festival de Cine y Video Científico es otra de las actividades que apuntan a estimular la divulgación científica.
-Desde su punto de vista, ¿cuál es la importancia que tiene el Festival?
Es un espacio de encuentro que incentiva la producción de materiales audiovisuales que sin duda constituyen una herramienta clave para la divulgación científica; también brinda una oportunidad para que se acerquen los científicos, los realizadores y la sociedad en su conjunto.
-¿Qué papel puede desempeñar el cine en la divulgación científica?
El cine es una herramienta fundamental que puede servir de puente entre la sociedad y los científicos. La potencia comunicativa de la imagen constituye un elemento que posee un enorme potencial educador, de formación de cosmovisión y de comprensión del mundo. El cine es un amplificador de la vida que cuando entra en el campo de la ciencia puede llegar a generar productos muy atractivos, que se pueden ver tanto en la pantalla grande como en la televisión. La TV es un artefacto que está en el centro de la cultura contemporánea; en relación a la cantidad de horas dedicadas, es la tercera actividad humana, después de trabajar y dormir. Por ese motivo, considero que es necesario reforzar la popularización de la ciencia a través de la unión de dos mundos, muy particulares. Por un lado, hay que tratar de que los científicos vean en la imagen del cine y la TV un aliado, un vehículo útil en la difusión de la ciencia y la tecnología; al mismo tiempo, es importante que los realizadores se acerquen al ámbito científico. El desafío es que los materiales audiovisuales, además de ser informativos, puedan transmitir historias y emociones; que exista la posibilidad de ilustrar, y a la vez, jugar con el ocio.
-¿La idea es, entonces, que los materiales audiovisuales transmitan conocimientos científicos y al mismo tiempo resulten entretenidos?
Así es, la lógica de los medios de comunicación también exige elaborar productos de entretenimiento. Como dije antes, es un verdadero desafío que los contenidos científicos de los materiales audiovisuales se aparten de la solemnidad de formatos más abstractos y posean un ritmo ágil, que se puede obtener mediante una buena edición. En el Festival, organizamos mesas redondas y conferencias con debate que fueron generados por realizadores y académicos con el fin de reflexionar sobre estos temas, junto con el público.
-¿Qué tipo de material audiovisual se mostró en el Festival?
Se proyectaron videos didácticos, series documentales para TV y largometrajes de divulgación científica. Diría que hay dos andariveles por los que transita el cine científico: material que se puede clasificar como puramente didáctico, y material de ficción relacionado con temas científicos, por ejemplo, la historia de un romance entre un bioquímico y una arqueóloga que al mismo tiempo revela conocimientos científicos vinculados a sus disciplinas. Recuerdo a un talentoso novelista, Ian McEwan, que siempre aborda temas científicos y que tiene una gran capacidad para cautivar a los lectores. Por ejemplo, en uno de sus libros, describe a un médico que realiza una lobotomía y en solo cuatro páginas puede explicar cómo funciona el cerebro. ¡Es una maravilla! Se trata de un modo particular de incluir en el argumento contenidos científicos y del mismo modo que se logra ese efecto en una novela, puede hacérselo a través del cine.
-¿Como visualiza el impacto del avance científico y tecnológico en los medios de comunicación y qué papel puede jugar el periodismo científico en ese proceso?
Vivimos en una época de muy fuerte desarrollo científico y tecnológico con su consiguiente transformación de la realidad, unida a cambios en la concepción del mundo. Naturalmente ese progreso científico y tecnológico también impactó en el modo en que se efectúa la comunicación. Los saltos tecnológicos sucesivos que experimentó la comunicación fueron la masificación, por un lado, y por el otro, la especialización y la especificidad que fueron adquiriendo los diferentes tipos de comunicación. Hubo cambios en los soportes tecnológicos, en las gramáticas y en los lenguajes. El progreso científico y tecnológico se articula con el fenómeno de la globalización, que ha roto la lógica del tiempo y del espacio. El mundo es ahora más pequeño, más inmediato, gracias a las tecnologías vinculadas con la comunicación. La ciencia es la que tiene el rol de descubrir y explicar el mundo que nos rodea. En ese sentido, pienso que la ciencia y la tecnología deberían ocupar más espacio en los medios, para acercarse a esas múltiples realidades del mundo y ofrecerle a la sociedad la posibilidad de comprender el modo en que los avances científicos y tecnológicos transforman la vida cotidiana
-Desde su punto de vista, ¿qué lugar ocupan los programas de divulgación científica en la TV privada?
Dado que los productos científicos tienen buena prensa, son de bien público, de responsabilidad social. Varios canales de TV privados, para lavar un poco sus culpas por difundir una gran cantidad de material innecesario, ponen un segmento dedicado a la cultura o a la ciencia, porque queda bien. Pienso que debería haber un cambio en el sector privado, deberían ver en los temas científicos y tecnológicos una oportunidad de dar un aporte cultural; esa información trabajada con rigor, pero también con swing puede ser un producto interesante. Un programa científico para la televisión puede ser serio y al mismo tiempo exitoso si se respetan algunas reglas de la lógica de los medios, que es la lógica del espectáculo, del infoentretenimiento.
-¿Y en relación a los canales de TV estatales?
Me parece que el Estado tiene que estar donde el mercado está ausente. La nueva señal de televisión educativa “Encuentro” es una experiencia muy valiosa e interesante en ese sentido. Es importante que la ciencia y la tecnología vuelvan a ocupar un espacio significativo en el Canal 7, como canal público.
-¿Que frase resumiría el trabajo que realizan desde el programa de Comunicación Social y Divulgación Científica de la SeCyT?
Nuestro lema es “Reinsertar la ciencia en la cultura”. ¿Por qué digo reinsertar y no insertar? Porque si analizamos la historia de nuestro país a lo largo de las últimas décadas, veremos que ha habido un claro deterioro, un vaciamiento cultural que, entre otras cosas, se produjo debido a que la ciencia fue negada, perseguida y ocultada. Los científicos quedaron al margen de la sociedad sin ningún tipo de contacto con la gente común. A su vez, la producción científica quedó relegada en ámbitos absolutamente endógenos. Eso no fue casual, fue resultado de un proceso sistemático. Podemos fijar la noche de los bastones largos como un punto de inflexión muy fuerte a partir del cual se desarmaron equipos de científicos de punta, en diversas disciplinas. Se produjo una fuga de cerebros que fue alentada, fenómeno que se vio reforzado por el genocidio y la dictadura militar. A esto hay que sumar el proyecto neoliberal que acentúo una situación que se podría definir como un retroceso del desarrollo científico y tecnológico del país.
Cuando Cavallo mandó a los científicos a lavar los platos lo dijo en respuesta a Susana Torrado, una destacada demógrafa que había presagiado que el modelo económico imperante de aquellos días iba a destruir a la familia, al mundo del trabajo. Es interesante destacar que la frase de Cavallo no fue un exabrupto, fue una expresión que sintetizaba la concepción de toda una clase política que consideraba que la ciencia era gasto. Hay que trabajar mucho para contrarrestar los efectos de ese vaciamiento cultural que sufrió la sociedad argentina.
-¿En qué consiste el Programa de Capacitación en Periodismo Científico que organizaron con FATPREN?
Justamente, para reinsertar la ciencia en la cultura es muy importante trabajar con los periodistas, que pueden cumplir un papel vital para extender la difusión de la ciencia y la tecnología. En su calidad de comunicadores pueden contribuir a la construcción de lazos entre los científicos y la sociedad. Para eso estamos organizando cursos itinerantes e intensivos en las provincias dirigidos a periodistas con el objetivo de transmitirles herramientas que les permitan incorporar temas científicos y tecnológicos en su labor. Los cursos son impartidos por destacados periodistas científicos como Nora Bär, Valeria Román, Susana Gallardo, Guillermo Lobo y Leonardo Moledo, entre otros, que viajan a las provincias para contarles a otros colegas lo interesante que puede ser la divulgación científica.
-¿Cuál ha sido la repercusión del Programa?
Los periodistas que asistieron a los cursos se brindaron por completo y salieron con un entusiasmo increíble. La ciencia es un patrimonio de la sociedad, y vista como tal, la gente debería tener los elementos para poder influir con conocimiento de causa en muchas situaciones generadas por el avance científico y tecnológico, que afectan al país en su conjunto y a su propia vida. En ese contexto, los periodistas pueden realizar un importante aporte.