Ciertos componentes extraídos de las algas marinas podrían proteger la piel del cáncer que puede causar el exceso de sol, según un nuevo estudio de la Universidad de Ohio. Sólo en los Estados Unidos se diagnostícan anualmente más de un millón de casos de cáncer de piel, de los cuales el 90% se deben a la exposición solar, y es probable que la incidencia continúe aumentando.
(13/3/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Jelena Nadinic) – Un estudio en animales demostró que los polifenoles que poseen las algas pardas podrían proteger la piel del cáncer causado por la radiación ultravioleta B (UV B).
La radiación ultravioleta es el mayor carcinógeno ambiental y la causa primaria del cáncer de piel, melanoma o no melanoma. Se diagnostican anualmente más de un millón de casos en los Estados Unidos, de los cuales el 90 % son atribuibles a la exposición solar. La incidencia del cáncer de piel ha aumentado marcadamente en los años recientes y es esperable que siga aumentando debido al aumento del promedio de vida de la población y a la disminución de la capa de ozono.
Los rayos UV B (entre 280-320 nm) son el factor de mayor riesgo para la inducción y desarrollo de cáncer no melanoma y de varios otros desórdenes de la piel, como las quemaduras de sol, el fotoenvejecimiento y las queratosis actínicas.
En el estudio llevado a cabo en la Universidad de Ohio, conducido por el Dr. Gary Stoner y publicado el último número del International Journal of Cancer, se aplicaron polifenoles de algas a la piel de ratones lampiños, particularmente susceptibles al cáncer de piel inducido por UV B, y también se los agregó a su alimentación.
Los florotaninos son una especie de polifenoles muy solubles en alcohol, que están presentes únicamente en las algas pardas. Estos taninos marinos se diferencian de los taninos terrestres en su estructura y en la alta concentración en la que se encuentran en las algas pardas, que varía entre un 0,2 y un 20% del peso en seco. Los florotaninos son conocidos por sus efectos bactericidas, antioxidantes y antiinflamatorios, entre otros.
Tanto mediante la aplicación sobre la piel como al agregarlos a la comida, las sustancias redujeron los tumores de piel hasta en un 60% y su tamaño hasta en un 43%. Hubo también una reducción de la inflamación.
“Los compuestos parecen ser muy efectivos a dosis bastante bajas tanto en forma oral como tópica”, dijo el Dr. Stoner, del Ohio State University Comprehensive Cancer Center, profesor emérito de medicina interna e investigador de la prevención del cáncer.
“Los hallazgos sugieren que, aún ingeridos, estos compuestos entran en las células de la piel y neutralizan a los radicales de oxígeno reactivo, que son los se producen por exposición a los rayos UV contribuyendo a la inducción del cáncer\”, enfatiza el científico.
“Demostramos que los efectos inhibidores tanto en el tratamiento tópico como por vía oral, estaban asociados en parte a la supresión de la enzima ciclooxigenasa-2 (COX-2) y de la proliferación celular”, explica Stoner.
La COX-2 es una enzima inducida por estímulos inflamatorios como la luz UV B. Cuando esto ocurre, se elevan los niveles de prostaglandina E 2 (PGE2), que actúa como promotora de la carcinogénesis y del desarrollo tumoral de la piel.
Lo interesante es que la administración oral de polifenoles de algas brinda una protección igual a la aplicación tópica. De esta manera, el efecto quimioprotector no es simplemente por ser pantalla o filtro solar, sino a través de la fácil absorción de los florotaninos a través de la piel para activar señales protectoras en cascada.
“Esto se ve favorecido por el bajo peso molecular de los compuestos y su significativa lipofilicidad, que favorece la penetración en las células”, aclara Stoner.
Las algas pardas se usan en la alimentación de los países asiáticos, como Corea y Japón.