Mil millones de personas en todo el mundo sufren trastornos neurológicos, como epilepsia, migrañas, accidentes cerebrovasculares y traumatismos de cráneo, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo hace un llamamiento para que sean considerados como un problema de salud pública internacional, que tiene como agravante el envejecimiento de la población mundial.
(9/3/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Según un informe que acaba de publicar la OMS, mil millones de personas en el mundo sufren trastornos neurológicos. Se trata de enfermedades del sistema nervioso central y periférico, entre las que se cuentan la epilepsia, el mal de Alzheimer, los accidentes cerebrovasculares, la migraña, la esclerosis múltiple, el mal de Parkinson, las infecciones neurológicas y los tumores cerebrales.
En el informe, del que participaron expertos y revisores de todas las regiones del mundo, el organismo dio a conocer la envergadura del problema. Por ejemplo, 50 millones de personas padecen epilepsia, 62 millones tienen enfermedades cerebrovasculares, 326 millones sufren migraña y 24 millones están afectadas por el mal de Alzheimer u otras demencias.
Un precio demasiado alto
Como consecuencia de estos trastornos, que no distinguen países, sexo, ni nivel socioeconómico, mueren al año 6,8 millones de personas en todo el mundo, en especial en África, parte de Medio Oriente y algunos países latinoamericanos, como Bolivia, Ecuador, Guatemala, Haití, Nicaragua y Perú.
La Argentina presenta baja incidencia de mortalidad infantil y adulta por estos trastornos, aunque no llega al nivel más bajo de mortalidad que registran naciones como Canadá, Cuba, Estados Unidos, Australia, Japón y las zonas más ricas de Europa.
Los costos económicos provocados por estas enfermedades también son significativos. Una de las pocas estadísticas disponibles señala que para Europa representaban en 2004 unos 139.000 millones de euros, contando solamente la hospitalización atribuible al trauma, y sin tener en cuenta los gastos de rehabilitación ni los días de trabajo o la productividad perdidos.
La OMS resaltó también las dificultades que tienen las personas afectadas para acceder a la atención médica adecuada, sobre todo en los países en desarrollo: “En África, nueve de cada 10 personas que sufren epilepsia no reciben cuidados. Es necesario reforzar los sistemas de salud para proporcionar mejor atención a las personas que sufren trastornos neurológicos”, dijo la doctora Margaret Chan, directora general del organismo.
Los expertos consideran que los recursos para la atención de las enfermedades neurológicas son insuficientes y que están distribuidos de manera poco equitativa. Según un estudio conjunto de la OMS y la Federación Mundial de Neurología, en promedio existe un neurólogo cada 100.000 habitantes; pero mientras la región europea cuenta con uno cada 20.000, en África sólo disponen de un especialista cada tres millones de personas.
El informe también revela que a medida que la población mundial vaya envejeciendo -como resultado del incremento de la expectativa de vida y la reducción de la fertilidad- el impacto de los trastornos neurológicos será mayor, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
“Se prevé que la cantidad de personas con demencia (que ya son unas decenas de millones) se duplicará cada 20 años. Si bien los pronósticos apuntan a los pobres, los niños, los adolescentes y los mayores, lo cierto es que ningún grupo resulta inmune a los trastornos neurológicos”, señalan las conclusiones del trabajo.
Mejor atención primaria y más campañas públicas
El informe propone una serie de recomendaciones para que se lleven adelante intervenciones de salud pública que contribuyan a reducir la incidencia e impacto de estos trastornos. Por ejemplo, sugiere implementar o reforzar programas de inmunización para prevenir la poliomielitis, la meningitis y la tuberculosis.
También recomienda que los gobiernos apliquen medidas de seguridad vial que estimulen el uso del cinturón de seguridad y el casco, para evitar lesiones y prevenir dolencias derivadas del trauma, como la epilepsia.
En los países en desarrollo, el abordaje más promisorio para reducir la carga de los trastornos neurológicos es, según la OMS, el desarrollo de un sistema integral de atención primaria de la salud.
“Por su cercanía con la comunidad, los centros de atención primaria están en condiciones de reconocer factores como el estigma, los problemas familiares y los aspectos culturales asociados con los trastornos neurológicos, así como de abordar dolores de cabeza comunes, que no requieren investigación especial y se pueden diagnosticar y tratar con las destrezas propias de los profesionales que trabajan en este ámbito”, comenta el informe.
El trabajo menciona que la epilepsia -una de las dolencias neurológicas más comunes- todavía no es comprendida de manera cabal en muchas sociedades. “Particularmente en los países en desarrollo, la epilepsia todavía es considerada una enfermedad contagiosa o un signo de maldición o posesión, creencia que lleva a culpar a la familia y al paciente por padecerla”, señalan los autores.
Información, educación y comunicación son las palabras clave que se destacan en los párrafos finales. Difusión periodística, programas educativos, campañas locales y globales se necesitan para llamar la atención de funcionarios, profesionales de la salud, pacientes, familiares y la sociedad en general.
Como estrategias complementarias, la OMS también propone hacer hincapié en la necesidad de proveer servicios de rehabilitación comunitarios y accesibles para los sectores de menores recursos; y de desarrollar nuevos medicamentos, más eficaces, económicos y con menos efectos secundarios que los que existen actualmente para tratar estos trastornos.