En la 5ª Conferencia Mundial de Periodistas Científicos que concluyó el 20 de abril en Australia algunos expositores sugirieron la necesidad de que los periodistas científicos cuenten con un código de ética propio que los ayude a resolver dilemas específicos de su trabajo. El presidente electo de la federación internacional que organizó el encuentro no negó la importancia de la propuesta, pero instó en primer lugar a mejorar las destrezas generales del oficio periodístico.
(30/4/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Hace más de diez años, en un discurso pronunciado ante la Sociedad Interamericana de Prensa, el escritor y periodista Gabriel García Márquez expresó la necesidad imperiosa de que la ética acompañara constantemente al periodista, “como el zumbido al moscardón”.
De hecho, existen códigos de ética que los medios y periodistas en distintas partes del mundo se han dado para autorregular el ejercicio de la profesión. Sin embargo, son excepcionales los códigos pensados específicamente para resolver algunos dilemas que se les plantean a los periodistas dedicados a comunicar temas relativos a la ciencia y la tecnología.
Según informó el portal SciDev.net, en la 5ª Conferencia Mundial de Periodistas Científicos, celebrada en Melbourne (Australia) entre el 17 y el 20 de abril pasado, el profesor de genética médica y divulgador científico Bob Williamson, de la Universidad de Melbourne, propuso la adopción de un código de ética especial, que defina el concepto y los alcances del reporterismo científico y ayude tanto a los científicos como a los periodistas a dilucidar, entre otras cuestiones, si se está haciendo una promoción exagerada de resultados de investigación.
“Este código sería importante para los periodistas científicos de los países en vías de desarrollo, a los que se les pide muchas veces que hagan alarde de ciertas investigaciones”, manifestó Williamson al portal SciDev.net, que dio como ejemplo el caso de la presión ejercida por el gobierno chino para la cobertura de novedades con el objetivo de impulsar la confianza pública en el sector científico de aquel país.
Al respecto, el editor jefe de la revista científica alemana PM comentó que el código de ética debería incluir normas y descripciones que ayudaran a los periodistas a distinguir entre una noticia científica y un material destinado a favorecer las relaciones públicas de una institución, práctica de influencia creciente en la comunicación científica.
En tanto, Pallab Ghosh, periodista científico de la BBC y nuevo presidente de la Federación Mundial de Periodistas Científicos –entidad organizadora del encuentro- señaló que para los periodistas científicos más importante aún que la posibilidad de contar con un código de ética sería poder mejorar sus habilidades periodísticas generales en la práctica.
“Es fácil comprender el proceso de investigación y validación de la comunidad de pares propio de la ciencia. Lo que más hace falta es aguzar el sentido del hallazgo noticioso y la exploración de la verdad”, indicó Ghosh, que encabezará el renovado comité directivo conformado por siete periodistas científicos y en el que participa por primera vez la argentina Valeria Román, de Clarín.
El tema de la verdad también estuvo sobre el tapete en otras actividades de la conferencia, en particular en una sesión dedicada a analizar la investigación del fraude científico. A propósito de la cuestión, la periodista Kim Hee Won, del Korea Times, advirtió acerca de la resistencia de la prensa a investigar hechos de conducta indebida cuando los sujetos involucrados son científicos de renombre. En la misma línea, el editor jefe de la revista Nature apeló a la sanción de leyes que garanticen la protección de los periodistas e informantes internos de las organizaciones decididos a dar a conocer este tipo de hechos, en caso de tener que afrontar acciones legales en su contra.
La Federación Mundial de Periodistas Científicos (WFSJ, por sus siglas en inglés) es una organización internacional que reúne desde su creación en 2002 a diversas asociaciones de periodistas científicos y tecnológicos de todo el planeta como modo de consolidar una actividad considerada puente entre la ciencia y la sociedad. En este orden, promueve el papel clave de los periodistas científicos en la sociedad civil y la democracia, y se propone aportar a la mejora de los estándares de calidad de esta práctica profesional.