Las enfermedades respiratorias aún siguen siendo la tercera causa de muerte entre los menores de cinco años en la Argentina. Los nacidos vivos en el 20 por ciento más pobre de los departamentos argentinos tienen dos veces más riesgo de morir por enfermedades respiratorias que los recién nacidos en el 20 por ciento menos pobre. Prevención, detección precoz y tratamiento son la clave para revertir este cuadro.
(12/6/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – La mayoría de los países del mundo recibieron el nuevo milenio con una importante reducción de la mortalidad infantil por causas evitables, como la neumonía, la diarrea y la desnutrición. La Argentina de hecho redujo las muertes por diarrea en un 90% entre 1980 y 2000. Sin embargo, el descenso de la mortalidad por enfermedades respiratorias en el país fue bastante menos pronunciado: 67% en el mismo período, a un ritmo promedio del 4% anual.
De esta manera, la patología respiratoria sigue siendo la tercera causa de muerte en los menores de cinco años, después de las afecciones perinatales y las malformaciones congénitas (en el caso de los bebés de hasta doce meses) y de los accidentes y las malformaciones congénitas (en los niños de entre uno y cinco años).
“Las enfermedades respiratorias en general y la neumonía en particular continúan siendo un problema de salud pública de alta prioridad para el mejoramiento de la salud de la infancia y para el logro de los compromisos nacionales e internacionales de reducción de la mortalidad infantil y de niños menores de cinco años”, señala el doctor Juan Carlos Bossio, jefe del Departamento de Programas de Salud del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Emilio Coni de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Carlos G. Malbrán, en un comentario editorial publicado en los Archivos Argentinos de Pediatría.
En el trienio 2002-2004, en la Argentina murieron por enfermedades respiratorias 1,6 de cada 1.000 nacidos vivos, una tasa más baja que la registrada en Brasil y México para el mismo período (1,94), pero superior a la de Costa Rica (1,13), Chile (0,93) y Cuba (0,48).
De los 978 niños y niñas menores de cinco años fallecidos en 2004 a causa de una enfermedad respiratoria, alrededor del 80% no llegaba al año de edad, y de ellos la mitad murió entre el primer y el cuarto mes de vida.
“La principal causa de mortalidad por enfermedad respiratoria en la infancia es la neumonía (40,6% de las muertes) seguida de las enfermedades del pulmón debidas a agentes externos (20,7%). Las muertes se producen principalmente entre los meses de mayo y agosto; el promedio mensual se triplica en esa época del año en los menores de un año”, afirma Bossio.
Según una declaración conjunta firmada por la OMS y UNICEF en 2004, la neumonía es la principal causa mundial de muerte entre los menores de cinco años. Todos los años fallecen por este motivo alrededor de dos millones de chicos, la mayoría en África y el Sudeste Asiático.
“La disponibilidad de las nuevas vacunas contra las infecciones del tracto respiratorio no es muy amplia en los países en desarrollo. Sin embargo, se está trabajando para generar medidas preventivas más eficaces”, indica el documento, que hace hincapié en la necesidad de mejorar la asistencia de trabajadores sanitarios dentro de la comunidad donde viven los niños. “La mejor manera de reducir la mortalidad asociada con esta enfermedad es administrar un tratamiento rápido y eficaz con antibióticos”, advierte la OMS.
Contrastes
La provincia argentina que más sufre el problema es Chaco, donde murieron 3,2 de cada 1.000 menores de cinco años por enfermedades respiratorias entre 2002 y 2004, una situación más grave que la registrada en El Salvador.
Siguen en la lista San Juan, Misiones, Santiago del Estero y la provincia de Buenos Aires, que también mostraron tasas preocupantes, superiores a 1,95. En tanto, las jurisdicciones que tuvieron menos cantidad de muertes infantiles anuales por enfermedades respiratorias son Tierra del Fuego, Córdoba, Neuquén y La Pampa, provincias donde la cifra osciló entre 0,45 y 0,70, niveles comparables a los de Costa Rica y Cuba.
“Las condiciones de pobreza son un factor importante en esta desigual distribución de la mortalidad por enfermedades respiratorias en menores de cinco años. Los nacidos vivos en el 20% más pobre de los departamentos argentinos tienen dos veces más riesgo de morir por esta causa que los recién nacidos en el 20% menos pobre”, sostiene Bossi en su artículo.
Indicios positivos
En comparación con décadas pasadas, en los últimos años la situación en la Argentina mostró una leve mejoría. Entre 2002 y 2004, se incrementó ligeramente el ritmo anual promedio de disminución de muertes y la mayor reducción se evidenció en las provincias y departamentos más pobres.
“Son indicadores positivos, que señalan una reducción en la brecha. No obstante, el riesgo de morir por enfermedades respiratorias continúa siendo en algunas jurisdicciones más elevado que en otras”, dice Bossio.
“Estos hechos hacen que la prevención, la detección precoz y el tratamiento apropiado de las enfermedades respiratorias en la niñez continúen siendo una intervención clave de salud pública para mejorar la situación general de salud de la infancia en la Argentina y reducir las brechas entre jurisdicciones, departamentos y grupos de población”, concluye.