Con fragmentos de bacterias, investigadores de una compañía australiana elaboraron cápsulas que transportan drogas directamente a las células cancerosas. Ensayos clínicos con animales demostraron que la técnica redujo tumores sin producir efectos secundarios. Los científicos planean probar este tratamiento en seres humanos para comprobar si es efectivo.
(24/7/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – El desafío de los médicos que desarrollan tratamientos contra el cáncer consiste en destruir los tumores protegiendo al mismo tiempo los tejidos sanos del paciente, sin embargo, hasta ahora la terapéutica basada en quimioterapia no ha logrado ese objetivo.
Una de las soluciones posibles para sortear este problema se basa en el diseño de diminutas cápsulas que transporten medicamentos al interior de las células tumorales para destruirlas.
Himanshu Brahmbhatt y Jennifer MacDiarmid de la compañía Engeneic en Sydney, Australia, fabricaron “minicélulas” esféricas a partir del citoplasma de bacterias como la Salmonella enterica y la Escherichia coli. Luego les introdujeron drogas anticancerosas y les agregaron anticuerpos que son atraídos por las células tumorales.
Una vez que las “minicélulas” –cuyo tamaño constituye el 20 por ciento de una célula normal- ingresan en las células cancerosas, la droga antitumoral es liberada.
“Esas cápsulas parecen bacterias pero no tienen cromosomas, no están vivas”, señala MacDiarmid. Además fueron lavadas con técnicas de laboratorio para remover las toxinas.
Mediante el empleo de esas minicélulas, los doctores Brahmbhatt y MacDiarmid redujeron de forma significativa tumores en ratones y perros, sin producir efectos secundarios. Los resultados fueron publicados en la revista científica Cancer Cell.
“Hasta ahora no hemos encontrado ninguna droga que se resista a ser cargada” en las minibacterias, afirma MacDiarmid y agrega: “Dado que poseen una rígida membrana no se rompen cuando son inyectadas, por esa razón ellas pueden dirigir los medicamentos al blanco”.
Algunas de las drogas anticancerosas que puede transportar son la doxorubicina, paclitaxel, irinotecan y cisplatino, entre otras.
Otra ventaja que tiene ese sistema de transporte es que la droga que está adentro de las “minibacterias” no daña a las células del organismo hasta que se rompe la membrana que la rodea, y esto no sucede hasta que el anticuerpo detecta las células cancerosas. De esta forma no se producen efectos tóxicos en los tejidos sanos.
En ensayos clínicos con monos y cerdos, los autores del trabajo comprobaron que esas minicélulas no erán tóxicas y no producían reacciones inmunológicas adversas.
Basándose en estos resultados, la compañía Engeneic espera poder realizar ensayos clínicos en humanos para comprobar la efectividad del sistema.