(10/08/07 – Por José Raúl Vaquero Pulido. Fundación Ciencias de la Documentación) – El acceso de los ciudadanos al conocimiento de la ciencia y la tecnología producida en el país, o demandada de otros, se ha convertido en el siglo XXI en una necesidad imperiosa que los distintos gobiernos deben solventar para obtener democracias desarrolladas y participativas, donde acelerar el crecimiento, aumentar la competitividad, promover el desarrollo sostenible, erradicar la pobreza y facilitar la integración eficaz en la economía mundial, acortando brechas con países más desarrollados.
La importancia del acceso de los ciudadanos al conocimiento es de vital trascendencia, ya que no hay democracia sin participación, ni participación sin información. En un modelo democrático moderno la participación de los ciudadanos no puede limitarse a simples consultas, ni a sondeos de opinión, sino que es preciso incluirlos en el proceso de toma de decisiones desplazándose del compromiso colectivo hacia formas más individuales de participación, fuera de las estructuras y mecanismos participativos del pasado (simple democracia representativa), siendo para ello imprescindible el acceso a la información multidisciplinar (empleo, vivienda, trabajo, investigación, ciencias, desarrollo, salud, …), y el acceso barato y ágil a las Tecnologías de la Información, y en concreto Internet, que han concretado múltiples esfuerzos por hacer una realidad los derechos humanos relacionados con la libertad de opinión y expresión, o la libertad para investigar y recibir informaciones y opiniones.
La nueva economía está centrada en el conocimiento y la información como bases de producción y de competitividad para empresas, regiones y países, por tanto quien tiene acceso y control de la información (en particular la información que es de interés público), de forma oportuna, fluida, veraz y completa, tiene la posibilidad de ejercer una influencia determinante no sólo en la definición de las políticas públicas, sino también en su crítica y valoración constante, así como eventualmente en los cambios que pueda ser necesario introducir en ellas. Es decir, el acceso de los ciudadanos al conocimiento de la ciencia y la tecnología producida en el país puede garantizar:
1. Control del ejercicio del poder (ciudadanía vigilante de la gestión pública).
2. Mejorar la ética en la función pública (impedir infracciones, corrupción, …).
3. Facilitar la transparencia y rendición de cuentas (no malversación de fondos).
4. Mayor participación ciudadana al sentirse plenamente parte de sus democracias.
5. Fomento de la contribución activa al desarrollo de la investigación científica y a la innovación tecnológica del país.
Poner en marcha esta participación ciudadana no es cuestión sólo de voluntades políticas, sino también están implicados otros factores intrínsecos a sociedades desarrolladas como definir políticas de estados educativas transformadoras de su estructura básica, que contemplen sus dimensiones a nivel político-ideológico, técnico-pedagógico y organizacional. Resolver innumerables problemas relacionados con las infraestructuras y tecnologías de comunicación (accesos más económicos, universales y de calidad), bases documentales de información para la investigación y el conocimiento (fáciles de acceder y utilizar, contenidos actualizados y completos). Establecer habilidades informacionales de los ciudadanos que les posibiliten una transformación de la información en conocimiento útil en su labor de influir en el quehacer de las instituciones públicas.
Así pues, varios son los instrumentos que toman parte en esta nueva realidad democrática:
o Ciencias de la Documentación: como disciplinas gestoras de la información contenida en los documentos, sean cuales sean sus formatos y soportes, que permitan su transformación en conocimiento (información organizada).
o Educación: como pilar para el aprendizaje de las capacidades informacionales de los ciudadanos, y distribución del conocimiento y los valores adquiridos.
o Tecnologías de la Información: como fuente y motor vertiginoso de transmisión de la información y globalización de los valores democráticos.
o Contenidos y servicios masivos de información disponibles desde las instituciones del Estado.
El Proyecto Información para el Cambio Ciudadano (InfoCC) es una iniciativa de carácter mundial, que se estructura como una red formada por instituciones y profesionales de varios países, con soporte virtual por Internet y sesiones físicas en países seleccionados rotativamente en representación de cada continente, con la misión de “Fortalecer las capacidades informacionales de los ciudadanos y políticos/legisladores que les permitan desarrollar y promover valores democráticos y de calidad de vida”, asumiendo que cada país cuenta con una propia realidad que hay que tener en cuenta a la hora de definir las acciones de trabajo articuladas en los 12 Ejes Temáticos bajo los cuales están trabajando actualmente profesionales e instituciones de 19 países.
José Raúl Vaquero Pulido
Presidente
Fundación Ciencias de la Documentación
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