Nora Bär, Valeria Román, Daniel Arias, Diego Golombek y Adrián Paenza reciben los Premios Konex por sus trayectorias en el campo del periodismo científico. Fueron elegidos junto a otras 95 personalidades destacadas de la última década. La Agencia CyTA los consultó sobre sus inicios en la profesión, y sobre cómo ven el panorama actual de esta rama del periodismo.
(11/9/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – Cinco representantes del periodismo científico reciben este martes 11 de septiembre un gran reconocimiento: los Premios de la Fundación Konex en la categoría de divulgación científica. Ellos son Nora Bär, Valeria Román, Daniel Arias, Diego Golombek y Adrián Paenza, cuya elección de vida es hacer de puente entre la ciencia y la sociedad. Todos ellos tienen diferentes formaciones y diferentes experiencias laborales, pero los une un denominador común: la pasión por contar el quehacer científico de una manera simple, crítica y entretenida.
La Agencia CyTA entrevistó a los cinco periodistas, y en esta nota reúne sus testimonios sobre comenzaron sus carreras, cuáles son los desafíos actuales del periodismo científico en la Argentina, y cómo definen el trabajo en esta complicada rama del periodismo.
Salvo la periodista del diario Clarín Valeria Román, que nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, los demás galardonados son oriundos de la ciudad de Buenos Aires (el rango de edades va desde 35 años hasta los 58 años de edad). Ahora bien, ¿cómo comenzó la historia?
Contar la ciencia desde el periodismo
Daniel Arias es egresado de la carrera de Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y cuenta que eligió dedicarse al periodismo científico porque estaba harto de enseñar en colegios secundarios con “alumnos inteligentes y casi ninguna autoridad que lo fuera”.
“Fue duro empezar en épocas de Alfonsín, pero no tanto como durar en épocas menemistas y posmenemistas. Duro empezar, porque los diarios grandes del país no se habían planteado demasiado la posibilidad de tener especialistas fijos en ciencia. De vez en cuando les caía alguno (y los hubo buenos), y tal o cual diario se limitaban a darle espacio y no rechazarlo”, destaca Arias, que trabajó para los diarios Clarín, Perfil y La Nación, entre otros.
“Finalizando los ’80, el programa iniciado por el Instituto Leloir estaba produciendo unas primeras camadas de periodistas científicos de calidad de algún modo certificada, y los diarios La Razón, de Timerman, Clarín y La Nación empezaron a incorporarlos para construir sus primeros equipos permanentes y a destinar espacios grandes al tema”, recuerda quien fue uno de los primeros becarios del Instituto Leloir en el programa dirigido por el doctor Enrique Belocopitow.
“Luego llegó el menemismo, una débacle que no se limitó a la ruptura de la industria y la educación, sino de la cultura en un sentido más amplio y profundo; y los medios tuvieron una pérdida masiva de calidad de la que algunos recién hoy empiezan a pensar en recobrarse mientras para otros no hay vuelta atrás. El periodismo científico fue una víctima más. Pero sigue vivo. Como el país”, dice Arias.
Por su parte, la periodista y editora de la sección de Ciencia y Salud del diario La Nación, Nora Bär, cuenta que sus primeros pasos en este campo los dio también hace más de 20 años. “Empecé a trabajar en lo que hoy llamamos ‘periodismo científico’ porque me subyugaban las notas de divulgación de la ciencia que leía en revistas europeas y norteamericanas, ¡y también porque tenía cuatro hijos chiquitos y fue una especie de ‘salvación’ poder trabajar sin horario fijo! En esa época era colaboradora de distintos medios gráficos; en especial, de la Revista La Nación”, recuerda quien hoy es un referente nacional e internacional en el área.
“En estas dos décadas ‘nos pusimos los pantalones largos’. Aquí en la Argentina, ya casi ningún medio se da el lujo de prescindir de estos temas. Hay columnas, secciones, grajeas, micros, documentales, entrevistas y programas completos dedicados a tratar los avances del conocimiento que diariamente surgen de los ámbitos de investigación locales e internacionales”, dice Nora Bär. Y agrega: “Claro que no siempre se tratan con el mismo nivel de profesionalismo, y mientras todavía muchos piensan que basta con el título de médico para tener un programa de salud, cada vez hay más jóvenes profesionales formados en la “buena praxis” del periodismo científico”.
Para Nora Bär, quien cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras y de traductorado de francés en la Facultad de Derecho, ambas de la UBA, en estos últimos años hubo un cambio de actitud. “Hace veinte años, la palabra del científico era prácticamente indiscutible y las notas de ciencia tenían un matiz eminentemente pedagógico; hoy día, sabemos que la aplicación de la ciencia en la tecnología puede tener aspectos valorables o censurables, que la ciencia no tiene todas las respuestas, que los científicos son seres humanos con sus maravillas y sus flaquezas, y que tenemos que aprender a vivir con la incertidumbre”, expone.
Valeria Román, la más joven de los ganadores del Premio Konex en la categoría de divulgación científica, nació en 1972, y es licenciada en Ciencias de la Comunicación de la UBA. Fue becada para realizar un programa de especialización –Knight Science Journalism Fellow – en el mítico Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en los Estados Unidos. “El interés por dedicarme al periodismo científico se despertó al cursar un seminario específico en la universidad. Después, fui encontrando oportunidades de trabajo en el rubro y me di cuenta que era lo que más me gustaba”, cuenta la periodista de Clarín.
Para Román, comenzar a dedicarse a esta rama del periodismo fue difícil porque las noticias de ciencia y salud no tenían el mismo peso dentro de las organizaciones periodísticas. “Durante estos últimos 10 años, fueron ganando espacio, tiempo y atención en los medios. El periodismo científico actualmente tiene un desarrollo incipiente, pero hay mucha pasión e interés por la nueva generación de periodistas”, destaca.
Contar la ciencia desde la ciencia
Otro peso pesado que recibe en esta ocasión el Premio Konex en la categoría de divulgación científica es Adrián Paenza, que con sus libros sobre las matemáticas y su programa de televisión “Científicos. Industria argentina” hizo que muchos curiosos se animaran a dejar de lado los prejuicios. Pero él, además de ser periodista, es doctor en Ciencias Matemáticas de la UBA y desde 1979 es docente en la Facultad de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de esa misma casa de estudios.
“En realidad, yo no elegí hacer periodismo, sino que me eligieron. Las cuatro personas que deberían llevarse el crédito son: Claudio Martínez (por Científicos Industria Argentina, su creación), Diego Golombek y Carlos Díaz (director de la colección Ciencia Que Ladra, y el Director de la Editorial Siglo XXI, porque me estimularon para que escribiera los libros ‘Matemática…¿estas ahí?) y Ernesto Tiffenberg, porque me impulsó a que escribiera una columna en Página 12 desde hace ya casi dos años”, dice a la Agencia CyTA Adrián Paenza.
Para el matemático-periodista no fue difícil comenzar a dedicarse al periodismo científico. “Fue en todo caso algo nuevo para mí. Pero lo disfruto tanto como he disfrutado el periodismo deportivo o político”. Y destaca la importancia de un referente clave en la historia del periodismo científico en la Argentina: “El periodismo que se dedica a la difusión de la ciencia en la Argentina, es EXCELENTE. Tiene algunos exponentes de calidad que podrían publicar en cualquier parte del mundo (…) pero todos de alguna manera nos ‘miramos’ en don Enrique Belocopitow”.
Consultado acerca de cómo ve en la actualidad el panorama de esta rama del periodismo en la Agentina, Paenza responde: “Veo que es que cada vez es más grande la posibilidad de difundir ciencia, y cada vez son más los medios para hacerlo. Diez años atrás, no había la cantidad de colecciones de divulgación, de comunicadores, de obras de teatro y/o películas, ni de programas de televisión que hay hoy. Y ni hablar del advenimiento de un canal de un nivel comparable con la BBC o la PBS, como es el nuevo canal Encuentro que patrocina el Ministerio de Educación”.
Diego Golombek, que nació en 1964, es director de la colección de libros de divulgación científica “Ciencia que ladra”. Afirma que se siente más divulgador que periodista, en el sentido profesional del término. “Periodista es aquel que se gana la vida haciendo ese trabajo, si bien yo colaboro con varios medios, no es mi ocupación principal; En cambio, la tarea del divulgador es más general, se trata de comunicar la ciencia”, dice el doctor en Ciencias Biológicas de la UBA, que trabaja en la Universidad Nacional de Quilmes,
“Hago periodismo desde los 15 años, cuando respondí a un aviso del Buenos Aires Herald en el que buscaban un cronista deportivo. La actividad científica vino después, de la mano de los cursos del Instituto Leloir (estuve en el primer curso que se dictó), y las primeras colaboraciones a diversos medios”, dice Golombek. Y agrega: “En mi caso no puedo concebir la profesión de investigador separada de la de divulgador: quiero contar lo que hago y lo que hacen otros. En cierta forma la vocación de divulgador se fue gestando junto con la carrera científica”.
Comenzar a dedicarse a esta actividad en combinación con su carrera de investigador fue muy difícil para Golombek. “Por un lado, la investigación científica es muy demandante en tiempo y dedicación, y cualquier tarea extra complica el panorama. Por otro lado, la mirada de los colegas hacia la divulgación es muchas veces recelosa y desconfiada, y me hacen sentir su desacuerdo con estos asuntos. Más allá de eso, el compartir un lenguaje común me ha permitido acceder a espacios o lograr informes de manera más llana y cercana que la que se puede generar en el diálogo con periodistas profesionales”, destaca.
RECUADRO 1
DESAFÍOS DEL PERIODISMO CIENTÍFICO
(11/9/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – Los cinco elegidos para recibir el Premio Konex en divulgación científica ven con optimismo el futuro del periodismo científico, pero reconocen que hay muchos desafíos pendientes.
“Que los periodistas científicos nos integremos y que las empresas de medios masivos decidan tener periodistas especialmente dedicados a las coberturas de ciencia y salud”, señala a la Agencia CyTA Valeria Román.
“Los desafíos del periodismo científico son los mismos que tienen la ciencia y la poca industria de tecnología que aún tenemos: durar como sea, crecer como se pueda, y que alguien nos crea”, opina Daniel Arias.
Su colega Daniel Paenza agrega: “Por un lado, comunicar mejor, informarnos más, saber más, mejorar la calidad de nuestras preguntas y observaciones, estar más preparados. Y por otro lado, el otro desafío es estimular a la generación que viene, para que cumplan con el destino obvio: ser mejores que nosotros en la tarea”.
Diego Golombek opina que si bien hay una serie de iniciativas aisladas por parte del Estado y de diversas instituciones, deberían aunarse en un programa nacional de divulgación científica. “Asimismo, pese al esfuerzo que se hace en diversas regiones, las actividades de divulgación son mayoritariamente realizadas en y desde la capital, y hay relativamente poco en las provincias”, destaca.
“En cuanto a la participación de los investigadores, sería interesante que tuvieran un incentivo adicional para participar en este tipo de tareas (por ejemplo, que fueran evaluadas positivamente). Falta también una interrelación mayor entre las tareas de divulgación y las de enseñanza de la ciencia, de manera que unas puedan ser insumo de las otras”, agrega Golombek.
En lo que hace a las expectativas para el futuro, el broche final lo pone Nora Bär: “En cuanto a las asignaturas pendientes, tenemos que mejorar la formación de excelencia en la gente que hace periodismo científico y –como decía un colega británico– ¡convencer a nuestros secretarios de redacción de que el periodismo científico merece tanto espacio como la vida sexual de los futbolistas y las estrellas de televisión!”, dice. Todo un desafío.
RECUADRO 2
¿QUÉ ES EL PERIODISMO CIENTÍFICO?
(11/9/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – Consultados por la Agencia CyTA, los cinco ganadores en la categoría de divulgación científica del Premio Konex 2007 responden de la siguiente manera a la pregunta de qué es el periodismo científico desde su experiencia.
“Compartir la ciencia como una mirada racional (y maravillosa) sobre el mundo, acercar la brecha entre el trabajo profesional de los científicos y el público general, encontrar formatos atractivos para contar las investigaciones, sus historias, sus protagonistas, sus preguntas.” Diego Golombek.
“Es andar por el mundo de las ciencias y salir a contar qué pasa allí a otros ciudadanos. Después, hay que agregarle una mirada abierta y crítica que tenga que en cuenta que las ciencias aportan sus beneficios pero también implican riesgos.” Valeria Román.
“Junto con la literatura, el periodismo científico para mi es una de las dos profesiones más hermosas y nobles que tuve. Y tuve más que el Lazarillo de Tormes.” Daniel Arias.
“Es muchas cosas en una sola, pero tiene que ver con el arte de saber comunicar. No es fácil, pero es un compromiso con uno mismo. Yo no soy un locutor al que le pagan para que diga que un producto es bueno aunque yo no sepa si lo es o no. Al contrario: yo difundo y comunico con pasión, lo que me entusiasma a mí, lo que despierta mi curiosidad. Eso es lo que debe hacer un periodista: comunicar con pasión, lo haga en el campo que lo haga”. Adrián Paenza.