Una nueva página de Internet da a los científicos la posibilidad de promocionar sus artículos mediante videos, al estilo YouTube. Las promotoras de esta iniciativa, que pretende abrir un nuevo canal de comunicación entre científicos, son la Fundación Nacional para la Ciencia de los Estados Unidos y la innovadora editora de revistas científicas PLoS.
(6/11/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Ignacio Sánchez) – Eric Scheeff, bioinformático de la Universidad de California (Estados Unidos), ha presentado su nuevo artículo ante decenas de miles colegas. Sin embargo, ninguno de ellos ha necesitado dejar su laboratorio y desplazarse en avión para asistir a su charla en un congreso. Un simple click en la nueva página www.scivee.tv les ha permitido acceder a una presentación de diez minutos en la que Scheef explica su trabajo al tiempo que las gráficas del artículo desfilan por la pantalla. La Fundación Nacional para la Ciencia de los Estados Unidos (NSF) y la innovadora casa editora de revistas científicas PLoS son las promotoras de esta iniciativa, que pretende abrir un nuevo canal de comunicación entre científicos.
Philip Bourne, editor de una de las revistas de PLoS, es el promotor de Scivee. Según el científico, “cada semana aparecen 16 mil artículos nuevos, y forma parte de nuestro trabajo decidir cuáles son relevantes y asimilarlos”. Pero en su opinión los textos científicos son demasiado extensos y con frecuencia aburridos, ya que “no capturan la excitación del trabajo científico”. Bourne tuvo la idea de crear Scivee tras sorprender repetidamente a varios de sus estudiantes frente a videos de YouTube en horas de trabajo. “Usemos las facilidades que nos da la tecnología para hacer videos que mejoren la difusión y la comprensión de la ciencia”, pensó en ese momento. “Conectemos con la generación YouTube, que son los líderes científicos del mañana”.
Scivee se asegura la calidad científica de los videos exigiendo que estén basados en un artículo aparecido en una de las prestigiosas revistas PLoS y facilita la tarea de los científicos con diversos consejos prácticos. Por ejemplo, cómo sacar el mejor rendimiento de una cámara web o cómo usar programas informáticos de acceso gratuito para sincronizar las explicaciones con texto escrito y material gráfico de apoyo. Al igual que en YouTube, los videos no pueden durar más de diez minutos.
Reacciones en Argentina
Los científicos del país se muestran sorprendidos e interesados por la aparición de Scivee. Diego Laplagne, becario del Instituto Leloir de Buenos Aires y primer autor de un artículo en la revista PLoS Biology, confesó que “estaba medio escéptico, pero me senté a ver la interfaz y me quedé mirando un video. Me atrapó la calidad de la edición y poder ver el texto del artículo al mismo tiempo”. El investigador se convenció de que un video facilita la comprensión del texto impreso: “Ya el tono de voz aporta mucho, las pausas dejan claro cuál es la frase importante. Me pareció que valía la pena”.
Claudia Tomes, jefa del Laboratorio de Bioquímica de la Exocitosis en la Universidad Nacional de Cuyo, juzga que Scivee no le ahorraría leer los artículos relevantes de su área, aunque sí le serviría para estar al día en los campos en que no es especialista. Tomes piensa que Scivee puede servir para promocionar un trabajo científico siempre que logre mantenerse, ya que “la proliferación de sitios nos tiene a todos saturados. A veces encuentro algo que en el momento me parece fantástico y un rato mas tarde me olvido de su existencia por completo.”
Ambos científicos dudan si se animarían a filmar un video para Scivee sobre alguno de sus artículos. A la adjunta Tomes no le atrae el trabajo con computadoras, y Laplagne no está seguro de poder editar un producto con la suficiente calidad en un tiempo razonable. Más allá de eso, el becario opina que “hay que salir del egoísmo si piensas que tus colegas se van a beneficiar del esfuerzo”.
Un video vale más que mil palabras
Scivee no es la única página web con videos de ciencia. En diciembre de 2006 vio la luz la primera publicación especializada sin texto escrito, el Journal of Visualized Experiments (JoVE) o revista de experimentos visualizados. Muchos científicos se ven en problemas a la hora de poner en la práctica en su laboratorio un protocolo descrito en el texto de un artículo. Diego Laplagne recuerda que en una ocasión no pudo reproducir un experimento con la sección de métodos de una publicación: “Tras intentarlo durante un tiempo, renuncié a usar la técnica”.
JoVE intenta paliar este problema. Los videos ya disponibles incluyen, por ejemplo, experimentos como “Microinyección de embriones de Aedes aegypti para obtener mosquitos transgénicos” o “Cómo estudiar las agresiones entre moscas de la fruta”, ejecutados y comentados por los investigadores que desarrollaron los métodos. Laplagne opina que los videos de JoVE son enriquecedores. En concreto, ha tomado nota de detalles sobre una técnica de disección de embriones de ratón, ya que “pueden servir en uno de los proyectos en los que estamos trabajando”.
JoVE es una publicación con ánimo de lucro que convive en Internet desde el mes de junio con iniciativas de carácter comunitario como www.Bioscreencast.com. Deepak Singh, fundador de la web, señala que todos los proyectos científicos de hoy en día usan en algún momento la computadora. “Pero es doloroso aprender a usar cada programa leyendo el manual –dice– sería más natural mirar por encima del hombro de un experto mientras usa la aplicación”. Su propuesta es que los científicos expertos en un programa graben un “screencast” en el que expliquen su manejo. Singh aclara que un screencast es “una grabación de lo que sucede en la pantalla de la computadora durante un proceso, acompañada de una narración en audio. Sólo hace falta un micrófono y uno de los programas gratuitos que recomendamos en nuestra página.”
Al igual que YouTube, Bioscreencast funciona como una comunidad. En este caso, los miembros pueden tanto solicitar videos sobre los programas que les interesan como hacerse eco de las peticiones de otros. “Todos tenemos algo que compartir” dice Singh. El investigador indio recalca que colaborar en páginas como Scivee o Bioscreencast no requiere apenas recursos. “Esto puede ayudar a los científicos de países en vías de desarrollo a comunicar su trabajo” dice Singh “Creo fuertemente en la capacidad de Internet para democratizar la ciencia”.
RECUADRO
“Invertimos cientos de miles de euros en audiovisuales”
Luis Vacs, mendocino especialista en audiovisuales afincado en Alemania, trabaja en el EMBL, un importante instituto de investigaciones biológicas financiado por 19 países europeos con sede en Heidelberg.
¿En qué consiste tu trabajo?
Comencé en el EMBL en 1995 proyectando transferencias, y ahora manejo los audiovisuales de 20 o 30 congresos al año, más todas las conferencias internas del instituto. Grabamos casi todo en DVD. Una parte se comunica a la prensa o las cadenas de televisión y el resto se archiva. También grabamos experimentos para docencia especializada.
¿Ha cambiado en este tiempo la actitud de los científicos?
Al principio, a los biólogos les costó pasar de las transparencias al power point, pero hoy se muestran más interesados por los avances técnicos. Por suerte para mí, la medicina adoptó los audiovisuales mucho antes. Antes de trabajar en el EMBL me dedicaba a la filmación de operaciones médicas para uso en enseñanza.
¿Tu instituto le da importancia a los audiovisuales?
Por supuesto, dispongo de un presupuesto abundante y de un equipo de técnicos y nos actualizamos constantemente. Ahora están construyendo un nuevo edificio en el que habrá un sistema de doble proyección con pantallas gigantes en ángulo, de manera que se vea perfecto de cualquier lugar del auditorio. No te puedo decir exacto lo que va a costar, pero puedes calcular algo con cinco ceros.