La estimulación eléctrica en los músculos puede ayudar a caminar a personas con lesiones medulares. En la Argentina, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Entre Ríos desarrolló un dispositivo llamado BiosStep y demostró su eficacia en un estudio experimental con pacientes de dos centros de Capital Federal.
(03/10/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – Un “golpecito” de electricidad, y los músculos de las piernas responden con movimiento. El objetivo es que el paciente con lesiones en su sistema nervioso logre volver a caminar, con la asistencia de un dispositivo de estimulación eléctrica. Si bien ese sistema aún no está perfeccionado, en el mundo varios equipos de investigación trabajan en este campo. En la Argentina, también.
Sin ir más lejos, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) desarrolló un sistema experimental de estimulación eléctrica para ayudar a la “bipedestación y marcha de personas con lesiones medulares”. El dispositivo se llama BiosStep, fue desarrollado en el año 2000 y recientemente se publicó un trabajo sobre su desempeño experimental en el International Journal of Rehabilitation Research.
Paso eléctrico
El trabajo de investigación entrerriano que tiene como protagonista al dispositivo BiosStep fue liderado por la bioingeniera Carolina Tabernig. La bioingeniería es la ciencia que aplica la ingeniería para resolver problemas de biología y medicina.
“BiosStep es un sistema de estimulación eléctrica funcional desarrollado íntegramente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (FIUNER), con fines de investigación”, dice a la Agencia CyTA Tabernig, quien realizó además una maestría en Ingeniería Biomédica. La especialista puntualiza que en este caso particular “no se puede hablar de invento” porque este sistema se está desarrollando también en otros países.
“En el trabajo publicado analizamos las características de la marcha de pacientes del Hospital Roca mientras utilizaban el BiosStep, junto con el doctor Miyagi, y con la ayuda del doctor Sotelano, del Centro de Rehabilitación ULME. Se analizó la evolución en el tiempo de los ángulos de la rodilla, la cadera y el tobillo y cuál es el costo fisiológico de esa marcha en comparación con la asistida por ortesis convencionales”, explica Tabernig, que trabajó en este tema junto con los especialistas Analía Cherniz y Sergio Escobar.
Las ortesis son herramientas destinadas a la rehabilitación. Ayudan a cumplir determinadas funciones y existen diferentes tipos según se trate de dar soporte a las rodillas, los tobillos o los pies.
La experta pone énfasis en aclarar que el sistema de estimulación eléctrica desarrollado en la UNER no es una cura: “Se trata de una alternativa destinada a asistir la marcha de personas con paraplejías. Sus usuarios pueden caminar en tramos cortos, siempre que estén usando el equipo ya que en toda otra situación suelen estar en sillas de ruedas”, afirma.
Experimento muscular
El sistema BiosStep genera pulsos eléctricos a cierta frecuencia, ancho y amplitud, adecuados para lograr la contracción de varios músculos. El paciente presiona un pulsador que controla el equipo y produce con ello las contracciones en el momento adecuado.
“El BiosStep estimula los cuadriceps y los glúteos en la fase de doble apoyo de la marcha y dispara un reflejo que flexiona las tres articulaciones del miembro inferior para lograr el balanceo de la pierna”, explica Tabernig.
¿Qué ventajas registraron los investigadores con respecto a las ortesis convencionales? En los tres pacientes con lesiones en su médula ósea que formaron parte del estudio los investigadores confirmaron la habilidad de ese sistema “eléctrico” para producir movimientos funcionales de las piernas.
Además, registraron una ventaja fundamental: “Los equipos de estimulación eléctrica funcional, como BiosStep, hacen uso del sistema neuromuscular que la persona suele conservar intacto por debajo de la lesión. De ese modo, son sus propios músculos los que sostienen el peso del cuerpo y logran la marcha”, destaca la especialista.
Las ortesis convencionales, en cambio, fijan las articulaciones a un ángulo determinado y todo el peso del cuerpo del paciente se descarga en ellas.
No obstante las mejoras logradas, los investigadores hallaron que usar BiosStep produce un mayor gasto de energía, y si se desea aumentar la velocidad de la marcha, hace falta entrenamiento.
De todos modos, esta técnica “eléctrica”, ideada para los pacientes que, entre otras condiciones, tienen sus vías nerviosas indemnes, presenta asimismo beneficios colaterales. Su uso aumenta la irrigación sanguínea en las piernas, produce beneficios psicológicos y cardiovasculares, y está asociado con el retardo en la aparición de osteoporosis.
Próximos pasos
El equipo liderado por Tabernig, del Laboratorio de Ingeniería de Rehabilitación e Investigaciones Neuromusculares y Sensoriales (LIRINS) está trabajando en investigación y en docencia en la Facultad de Ingeniería de la UNER desde 1993.
¿Cuáles son los siguientes pasos? Los investigadores esperan perfeccionar BiosStep y para ello estudian la señal de electromiografía de aquellos músculos que están debilitados pero no paralizados en su totalidad con el objeto de ayudar a gobernar los sistemas de estimulación eléctrica funcional. Por lo visto, la marcha sigue.