Un equipo internacional de científicos utilizó un acelerador de partículas para poner a prueba la “dilatación del tiempo” de la Teoría de la Relatividad, formulada hace más de un siglo por Albert Einstein. La prueba confirma la tecnología existente para suministrar señales en el Sistema de Posicionamiento Global.
(19/11/07-Agencia CyTA.Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – Más de cien años después de que Albert Einstein estableció que el tiempo se acelera o disminuye dependiendo de la velocidad con la que se desplaza un objeto con respecto a otro, un equipo internacional de científicos utilizó un acelerador de partículas para probar su teoría con una precisión sin precedentes.
En 1905, Einstein escribió su famosa Teoría de la Relatividad. De acuerdo con ella, el tic-tac de un reloj en movimiento es más lento que el de uno que está quieto, fenómeno denominado “dilatación del tiempo” y que permite eliminar la noción del tiempo absoluto. La primera medición de la dilatación del tiempo de Einstein tuvo lugar en 1938, a cargo de científicos de Estados Unidos.
“Pudimos determinar el efecto en forma mucho más precisa que antes”, dijo Gerald Gwinner –de la Universidad de Manitoba, Canadá–, uno de científicos que participó del experimento realizado en el Instituto Max Planck de Física Nuclear de Alemania.
Para realizar la prueba–que aparece detallada en la revista “Nature Physics”–, los investigadores aceleraron dos haces de átomos de litio alrededor de una trayectoria en forma de anillo, que representaban los relojes de Einstein en movimiento. Luego, por medio de espectroscopia láser de alta precisión, calibraron los haces y comprobaron que el tiempo de estos viajeros atómicos efectivamente disminuía.
El experimento de mayor precisión relacionado con la dilatación del tiempo mostró otra vez que el gran físico alemán estaba en lo cierto. “El efecto que observamos estaba en total acuerdo con la teoría”, resaltó Gwinner.
Según Gwinner, la prueba confirma la tecnología existente en los satélites militares que suministran las señales para el “Sistema de Posicionamiento Global” (GPS, por sus siglas en inglés), la red de navegación que se usa en todo el mundo.
Los satélites GPS tienen a bordo relojes atómicos de precisión que envían señales sincronizadas que luego se procesan para brindar la posición de objetos sobre nuestro planeta, pero se debe tener en cuenta que esos satélites se mueven a altas velocidades a medida que orbitan la Tierra.
“Nuestra prueba proporciona validez a la teoría utilizada en los dispositivos que compensan el movimiento de los satélites”, concluyó Gwinner.