(11/12/07 – CyTA-Instituto Leloir-María Cristina Chaler) – Un adulto de alrededor de 70 Kg de peso tiene entre 25g y 30g de magnesio en su cuerpo y más del 50 por ciento de esta cantidad se encuentra en los huesos, donde este ión esta formando complejos con el calcio y los fosfatos. El resto está distribuido en los líquidos intra y extra celulares. Tengamos en cuenta que dentro de la célula el magnesio es 10 veces más concentrado que fuera de ella.
Se relaciona íntimamente con el calcio y actúan en reacciones similares.
La cantidad de magnesio en el plasma se denomina magnesemia y éste al igual que el Calcio (ver nota anterior) se encuentra en estado libre o unido a proteínas.
Al parecer el equilibrio del magnesio está regulado por las mismas hormonas que regulan el equilibrio de calcio y es necesario que un hombre ingiera 300mg/día para mantenerse sano, mientras que una mujer necesita 350 mg/día siempre que no esté embarazada o durante el periodo de lactancia, etapas en las que tendrá mayor requerimiento de este mineral.
La absorción del magnesio se produce en el intestino y aumenta cuando la dieta es pobre en este elemento, para compensar su falta. Los excesos de fósforo y calcio disminuyen la absorción de magnesio, ya que estos tres iones se compensan uno a otro, y cuando la concentración de uno es mayor, los otros disminuyen.
El magnesio está en relación directa con las proteínas. Si hay falta de este mineral se fabrica menor cantidad de colágeno lo que provoca, además de envejecimiento, artrosis u osteoporosis.
La eliminación se produce por la orina y por las heces, y en el riñón se reabsorbe para mantener su nivel.
La falta de magnesio provoca contracciones musculares permanentes (tetania). Por el contrario, el exceso de este mineral puede producir depresión nerviosa, de modo que a veces se puede usar como calmante natural y se lo recomienda en tratamientos antiestrés. El magnesio, como el calcio, interviene en la conducción del impulso nervioso.
Los alimentos que lo contienen
Se encuentra en abundancia en los vegetales verdes ya que forma parte de la clorofila – pigmento verde de las plantas, de gran importancia para la fotosíntesis– y también en los cereales, porotos, soja y nueces.
Los alimentos que más lo contienen son las semillas de girasol, almendras, avellanas, soja y maní.
¿Cómo se pierde?
Enfermedades renales, diarreas graves, mala nutrición, abuso de alcoholismo diuréticos y déficit en la alimentación proteica provocan hipo magnesia, cuyos síntomas son debilidad muscular, descoordinación y falta de reflejos.