Mediante observaciones realizadas con el Telescopio Espacial Hubble, un grupo de astrónomos encontró la primera evidencia clara sobre la composición de la atmósfera de un planeta extrasolar. Este descubrimiento permite una comprensión más profunda de esos mundos gigantes que existen fuera de nuestro sistema solar.
(14/12/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Una de las últimas gemas extraídas del Telescopio Espacial Hubble son las imágenes obtenidas de la atmósfera de un planeta extrasolar, el denominado HD 189733b, que orbita alrededor de una estrella fuera de nuestro sistema solar. Las observaciones proveen evidencia de la presencia de calinas –partículas muy pequeñas de polvo en suspensión– en la atmósfera de HD 189733b, un gigante de gas levemente más grande que Júpiter, el más grande de los planetas de nuestro sistema solar.
El equipo de astrónomos que trabajó en el tema, liderado por Frédéric Pont del Observatorio de la Universidad de Ginebra, en Suiza, utilizó la Advanced Camera for Surveys (ACS) para hacer la primera detección de las calinas en la atmósfera de un planeta gigante. “Uno de los objetivos a largo plazo en el estudio de planetas extrasolares es poder medir la atmósfera como se hace con la Tierra, este resultado es un paso en esta dirección”, expresó Pont. “HD 189733b es el primer planeta extrasolar del que estamos juntando indicios para tener una idea cabal de cómo luce realmente”.
Contrariamente a sus expectativas, los científicos no encontraron huellas de sodio, potasio ni agua en el espectro de la atmósfera planetaria, que se extiende alrededor de 1000 km de altitud. La calina, probablemente, consiste en partículas minúsculas (menos de 1/1000 mm) de condensados del hierro, polvo de silicatos y óxido de aluminio (el compuesto con el que se forma el zafiro). Su presencia permite conjeturar que el cielo de HD 189733b podría lucir como un rojo atardecer visto desde una ciudad industrial solucionada en la Tierra.
En nuestro sistema solar, Venus y la luna de Saturno, Titan, también están cubiertos por calinas.
Las nuevas observaciones fueron hechas durante el tránsito del planeta extrasolar frente a su estrella. Mientras la luz de la estrella se proyecta a través de la atmósfera alrededor del cuerpo del planeta, los gases en la atmósfera dejan una estampa única sobre la luz de la estrella. Estas emisiones lumínicas son las que permiten deducir qué elementos componen los gases que envuelven a HD 189733b.
Este exoplaneta es como un “Júpiter caliente”, por su tamaño y debido a la proximidad que tiene con respecto a su estrella, lo que hace que su temperatura atmosférica supere los 700 grados Celsius. Las variaciones de luz que se producen mientras el planeta pasa delante de su estrella indican que HD 189733b no tiene ni Luna, como la Tierra, ni ningún sistema de anillos discernible, como el de Saturno.
La cámara ACS del Hubble, junto a un dispositivo llamado “grism” (que incluye un prisma y una rejilla de difracción) permitió a los astrónomos hacer mediciones precisas del espectro de HD 189733b y extraer conclusiones acerca de la composición de la atmósfera del planeta.
Por el momento, sólo es posible alcanzar este nivel de precisión en las observaciones desde el espacio. La combinación de un planeta grande con una estrella relativamente chica –sólo el 76 por ciento del diámetro de nuestro Sol– contribuye al éxito de este delicado experimento. Cuando HD 189733b realiza su tránsito frente a su estrella oscurece una fracción considerable de su luz, y este contraste es el que posibilita una ajustada medida de sus características.
Las observaciones de HD 189733, también les permitieron a los astrónomos concentrase en las variaciones en el brillo de su estrella que, como nuestro Sol, contiene manchas –una región de la estrella con una temperatura más baja que sus alrededores, y con una intensa actividad magnética– que cubren varias porciones de su superficie.
En los últimos 15 años los astrónomos han descubierto más de 270 planetas extrasolares que orbitan alrededor de otras estrellas. Desde entonces, la curiosidad por saber cómo son estos mundos lejanos ha impulsado la investigación científica. Hoy, los frutos de esta labor empiezan a vislumbrarse.