El doctor Daniel Feinsilber, del Servicio de Dermatología del Hospital Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires, ofrece algunos consejos para protegerse este verano del sol y reducir los riesgos de contraer el cáncer de piel.
(11/01/08- Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Para muchas personas el verano es sinónimo de largos baños de sol. Una oportunidad para broncearse. A otras no les importa tomar “un buen color”, pero de igual forma se exponen al sol sin cuidados. En muchos casos, ni unos ni otros conocen los efectos que el sol puede tener sobre su salud.
La exposición excesiva al sol acelera el envejecimiento cutáneo, y aumenta la probabilidad de desarrollar un cáncer de piel.
El doctor Daniel Feinsilber, jefe de Dermatología Oncológica del Servicio de Dermatología del Hospital Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires, señala: “Aquellas personas que tuvieron antes de los quince o de los veinte años más de tres quemaduras solares con enrojecimiento de todo el cuerpo o ampollas tienen diez veces más probabilidades de desarrollar cáncer de piel a lo largo de la vida adulta”.
Consejos prácticos
Antes de que rigiera el cambio horario dispuesto por el gobierno nacional, se aconsejaba a las personas cuidarse del sol fundamentalmente entre las 11 y las 16 horas.
Ahora los especialistas recomiendan no exponerse al sol en forma directa entre las 12 y las 17 horas. “En esos horarios hay que estar bajo una sombra de tres metros de diámetro con un protector solar de factor no menor a 20. Cuanto más clara sea la piel, es recomendable que se aplique un factor mayor, entre 20 y 40”, afirma Feinsilber.
Para el dermatólogo no deberían practicarse deportes, ni caminatas o actividades recreativas bajo la luz solar en esa franja horaria. “Se debe evitar el enrojecimiento de la piel, cada dos horas las personas deben aplicarse nuevamente el protector solar y si uno va al agua, cuando sale, debe volver a la sombra, secarse y volver a ponerse el protector solar”, destaca Feinsilber y agrega: “Ante cualquier aparición de lesiones nuevas, sobre todo en las personas mayores de veinte años, aconsejo consultar a un especialista”.