Lejos de ser sólo una cuestión del pasado, se siguen registrando casos de peste en varios países de África, Asia y hasta en Latinoamérica. Los científicos advierten que es imprescindible estudiarla y prevenirla por su potencial riesgo para la humanidad, según un artículo publicado en la revista PLoS Medicine.

(18/01/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – En la última década, el Síndrome respiratorio severo (SARS) y la gripe aviar generaron temor entre las autoridades sanitarias de todo el mundo por la posibilidad de originar una pandemia. Pero casi nadie habla de otras enfermedades que en el pasado generaron epidemias globales y que aún siguen latentes, como la peste.

En un trabajo publicado en PLoS Medicine, un grupo de científicos advierte que la bacteria Yersinia pestis, agente causante de la peste –que puede transmitirse a través de pulgas que se hospedan en roedores–, es endémica en varios países.

Además, señala que hay reservorios naturales en varios países de África, Asia y Latinoamérica (Argentina no se encuentra en la lista, pero sí lo están países como Brasil y Perú). Se le llama reservorios a los animales que están infectados y que pueden propagar el agente patógeno a otros seres vivos.

Incluso se han registrado brotes de esa enfermedad de manera reciente, como el que ocurrió en India cuando murieron 50 personas en 1994. Según la OMS, está ampliamente distribuida en las áreas tropicales y subtropicales, y en las zonas húmedas de los países templados.

Bajo el título “Peste: pasado, presente y futuro”, el artículo sintetiza las conclusiones obtenidas en recientes reuniones internacionales sobre el tema. Lila Rahalison, del Instituto Pasteur de Madagascar; y Nils Stenseth, del Departamento de Biología de Oslo, Noruega, son algunos de los investigadores que firman el artículo. “Debería ser tomada mucho más en serio por la comunidad internacional”, afirman allí.

Desconocimiento letal

“Se conoce muy poco sobre la dinámica de los reservorios naturales y por lo tango sobre los riesgos cambiantes para los seres humanos\”, afirman los expertos. La bacteria causante, descripta a fines del siglo XIX por los médicos Alexander Yersin y Kitasato Shibasaburo, es una de las más agresivas para los seres humanos.

“El bacilo causa una rápida, progresiva y seria enfermedad que en su forma bubónica puede ser fatal (la tasa de mortalidad varía del 40 al 70 por ciento). Sin un tratamiento con antibióticos oportuno, en sus formas pulmonar y septicémica son casi siempre fatales”, destaca el artículo.

Una de las teorías es que Yersinia pestis deriva de otra bacteria más antigua, Yersinia pseudotuberculosis que emergió entre los últimos 1.500 a 20.000 años de antigüedad. Las pulgas son las responsables de transmitir la bacteria a través de las ratas, que la propagan al ser humano.

Pasado y presente

Al menos en tres ocasiones se registraron pandemias de ese mal. En el siglo VI, se le llamó “La Peste Justiniana” y afectó a la región mediterránea; en el siglo XIV, se la bautizó como “La Muerte Negra”, y perduró más de 300 años. Fallecieron 50 millones de personas, la mitad en Asia y África y la otra mitad en Europa: se calcula que murió un tercio de la población europea. A mediados del siglo XIX ocurrió la tercera pandemia, y alcanzó a todo el mundo, e incluso se registraron casos en la ciudad argentina de Rosario, que fue aislada del resto del país por un cordón sanitario.

Según afirman los autores del artículo publicado en PLoS Medicine, se estima que cada pandemia estuvo causada por una variante diferente de Yersinia pestis. Antiqua, que aún se registra en África y Asia Central; Medivalis, se detecta en Asia Central; y Orientalis, con una distribución casi mundial.

“De manera frecuente es clasificada como un problema del pasado. Sin embargo, permanece como una amenaza actual en muchos lugares del mundo, particularmente en África, donde el número de casos y el número de países ha aumentado en las recientes décadas”, señala el artículo.

Algunos de los especialistas que también firman el trabajo son del Instituto Pasteur, de París; de los Institutos de Control y Prevención de Enfermedades, de los Estados Unidos; de la Facultad de Ciencias Biológicas, de la Universidad de Liverpool.

Resurgimiento

En las últimas dos décadas, se han registrado entre mil y cinco mil casos en humanos. Sólo en 2003 se notificaron en nueves países 2.118 casos, entre ellos 182 mortales según la Organización Mundial de la Salud. Los especialistas estiman que la cantidad de casos es aún mayor.

El continente más afectado en la actualidad es África. En los últimos cinco años, el 90 por ciento de los casos de peste bubónica y pulmonar ocurrieron en Mozambique, República del Congo, Malawi, Uganda y Tanzania.

Con respecto al futuro, los especialistas remarcan que las condiciones del clima –las estaciones más calientes y húmedas en algunas zonas del planeta– podrían favorecer la propagación de la bacteria causante, causante de la peste.

Para los autores, sería un error menospreciar el riesgo que significa para la humanidad. Por eso llaman a realizar más investigación sobre la dinámica de la infección y las vías de transmisión. Además, destacan la necesidad de mejorar su monitoreo y prevención, y estar alertas ante su utilización por movimientos bioterroristas.

Prevención sin pánico

¿Existe en todos lados una gran indiferencia al respecto? “Algunos gobiernos de países centrales toman el tema en serio. De hecho se siguen registrando casos de peste en la India, en Tanzania, en el sudeste asiático y hay zonas de los Estados Unidos, como Nuevo México, donde hay reservorios salvajes infectados en forma permanente”, dijo a la Agencia CyTA el doctor en medicina Norberto Sanjuán, quien es investigador del CONICET.

“Existe un trabajo de comienzos de la década de 1950 que describía la existencia de reservorios salvajes de Yersinia pestis en nuestro país”, agregó Sanjuán, quien es profesor y director del Departamento de Microbiología, en la Facultad de Medicina, de la UBA. De todos modos, según la OMS en la Argentina sólo registró un caso, no mortal, durante el período 1957-1997.

Los autores del artículo advierten: “Es fácil olvidar la peste en el siglo XXI, y verla como una curiosidad histórica. Pero en nuestra opinión, no debería ser relegada. Permanece como una amenaza pobremente comprendida que no podemos ignorar.

RECUADRO

VARIEDAD TRIÁDICA

(18/01/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir. Por L.G.O.) – La peste se presenta en varias formas, la bubónica es una infección de los ganglios linfáticos. La neumónica afecta a los pulmones. Y la septicémica es una infección de la sangre.

Algunos de los síntomas más conocidos son la inflamación de los ganglios linfáticos, por ejemplo en las axilas; y la tos intensa y la flema con sangre.

La enfermedad impacta en la actualidad sobre todo a África y Asia, si bien hay reservorios de la bacteria y los roedores que las transportan en todos los continentes, excepto Oceanía.