El veloz crecimiento demográfico de las ciudades impone una urgente reflexión para discutir iniciativas e implementar planes que eviten situaciones caóticas. Expertos de todo el mundo se reunieron en Brasil para ahondar sobre el tema.
(21/02/08) – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Cuando la mitad de la población vive en centros urbanos, la sustentabilidad es un desafío a enfrentar. Para analizar la cuestión y obrar en consecuencia, acaba de realizarse la Conferencia Mundial sobre el Desarrollo de las Ciudades en Puerto Alegre, Brasil. Un informe sobre las ponencias fue publicado en el sitio “Agua online”, fuente de esta nota.
En la sesión de apertura, el director del Instituto Leibniz de Desarrollo Ecológico y Regional, Bernhard Müller, manifestó que la sustentabilidad depende exclusivamente de las acciones realizadas hoy y en ese sentido, defendió la integración de las personas y la representación democrática.
Rediseñar el sistema de transporte
Una de las ponencias giró en torno del interrogante acerca de cómo será la ciudad sustentable en el futuro. Al respecto, la geógrafa norteamericana Nancy Kete, directora ejecutiva de EMBARQ, el centro de transporte sustentable del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), alertó que el mundo ha llegado al momento de “parar y pensar” acerca de las ciudades en desarrollo. Recordó que este año, por primera vez, más del 50 por ciento de la población mundial está viviendo en las zonas urbanas, una razón suficiente que determina la urgencia en la adopción de un conjunto de iniciativas que promuevan la sustentabilidad.
A Kete, ninguna medida le parece tan vital como elegir el sistema de transporte más apropiado, ya que el desarrollo económico puede llevarlo al colapso. “La población urbana llegará a 4.9 billones en 2030, con un mayor crecimiento en los países en desarrollo. En 2015, ya habrá 23 mega-ciudades con densidades que sobrepasarán los 10 millones de personas. La mayoría de ellas estarán ubicadas en el mundo en desarrollo. Muchos de los residentes serán personas pobres llegadas de las áreas rurales en busca de una vida mejor, que se aglutinarán en los grandes cordones de los suburbios”, sostuvo.
Asimismo, la especialista manifestó que los líderes de las ciudades del mundo emergente tienen mucho que considerar en esta etapa de “parar y pensar”. Según su opinión, el futuro económico de las ciudades depende de lo que ellas escojan hoy. Piensa que a pesar de los problemas, las ciudades pueden tornarse sustentables, siempre que se encuentre la manera de satisfacer las necesidades de los habitantes, sin desatender las de la población del mañana.
A manera de ejemplificación, Kate citó los casos de París, Londres y Nueva York para demostrar que las grandes ciudades son el resultado de los proyectos basados en las elecciones pensadas que hicieron sus líderes. “En París, por algunos euros es posible alquilar una bicicleta en uno de los nuevos estacionamientos dispersos por la ciudad, utilizarla y devolverla en el lugar de destino. En algunos años, será posible hacer lo mismo con uno de los 2000 automóviles eléctricos que el alcalde de París, Bertrand Delante planea poner a disposición del público, dentro del programa para reducir el tránsito de vehículos cerca del 40 por ciento hasta 2020”, informó Kete.
También citó la experiencia de Londres, donde por primera vez, el alcalde, Ken Livingston, está trabajando para reducir el tránsito y la polución a través de dos medidas: el cobro del precio del congestionamiento y la prohibición de la circulación en ciertas calles del centro de la ciudad, que serán arborizadas. “Hace un año, Livingston anunció un plan para combatir el calentamiento global, que promueve la construcción de casas y oficinas más eficientes desde el punto de vista energético, la disminución de la dependencia del automóvil y el aumento del uso de las energías alternativas para atender las necesidades de Londres”, relató la geógrafa.
Al referirse a Nueva York, Kete reconoció que fue el resultado de un plan concebido por la legislatura del estado hace casi 200 años, lo que muestra que en las grandes ciudades, la preocupación por el crecimiento sustentable es muy antigua. “Muchas décadas más tarde, los líderes de la ciudad también estuvieron dispuestos a crear un lugar donde el creciente número de inmigrantes pudiese relajarse o escapar del estrés de la vida de la ciudad. El resultado fue el mundialmente famoso Central Park”, recordó.
También se expusieron las medidas ya tomadas en América Latina. En Bogotá, Colombia, se restringió el tránsito durante los horarios pico para reducir el congestionamiento cerca del 40% en esas horas. Además, ya hace algunos años que se aumentaron los impuestos sobre la gasolina y se invirtió la mitad de esos ingresos en un sistema de ómnibus que actualmente sirve a 500 mil habitantes.
Brasil, el país anfitrión, destacó las medidas tomadas en Curitiba, ciudad pionera en la creación de zonas para peatones, que inició una serie de “programas verdes” – sistemas de ómnibus, programas de reciclaje de basura y redes de parques – que hicieron de la capital paranaense una líder mundial en sustentabilidad.
Estimular el consumo inteligente
En su presentación referida a la ciudad posible, vista desde una perspectiva superadora de la sociedad de consumo, el secretario ejecutivo del Instituto Biofilia, Felipe Patela Amaral dejó flotando una pregunta: “Los políticos nos ven como electores, los empresarios, como consumidores. ¿Quién ve a los habitantes como ciudadanos?
Por su parte, Márcio Astrini, de Greenpeace, expuso sobre las medidas de contención del consumo. “La fase de los países consumistas ya pasó. Hoy, rico es el país que tiene recursos naturales”, afirmó. Mostró experiencias prácticas de consumo sustentable y controlado que se están realizando en San Pablo, donde ya existen leyes para las construcciones inteligentes, incentivos fiscales para los productos amigables con el ambiente y grandes avances en la legislación ambiental.
También disertó Laura Valente Macedo, directora del área latinoamericana del Consejo Internacional para Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI, por sus siglas en portugués),
una asociación de 800 entidades gubernamentales que tiene como objetivo crear una red de convenios entre ciudades que posean proyectos sustentables. De entre ellas, destacó a Puerto Alegre, como una de las más activas en la materia y a Betim, próxima a Belo Horizonte, Matto Grosso, considerada otra ciudad modelo en energía sustentable en el país.
Asimismo, Macedo se refirió a las compras públicas y a las construcciones sustentables. Según su opinión, un cambio en los criterios de compras gubernamentales haría viables mercados amigables y bajaría costos. Dio como ejemplo el caso del papel reciclado, que al haberse abaratado, en los últimos años, comenzó a ser utilizado a mayor escala. También se animó a criticar la exención para la fabricación de las duchas eléctricas: “Utilizan el 7 por ciento de la energía consumida en los horarios pico en Brasil. Sería mejor que el beneficio fuera otorgado a la construcción de paneles solares”, sentenció.
En la Argentina el debate apenas empieza. Un punto de inicio podría ser: ¿se pueden seguir celebrando el aumento de la producción de autos cuando faltan caminos y todavía no hay un plan para descongestionar el tránsito en las grandes ciudades?