Un proyector de planetario más moderno que el de la ciudad de Buenos Aires, fue donado por la Municipalidad de Nantes, Francia, a la Universidad Nacional de Córdoba, seleccionada entre varios candidatos de otros países. La entidad académica está gestionando fondos para realizar el edificio donde será instalado.
(07/03/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir) – Miles de personas quisieran viajar por el sistema solar y el universo para sorprenderse con el espectáculo que ofrecen los satélites de Júpiter, los anillos de Saturno, el cinturón de Orión o una impactante lluvia de estrellas fugaces. La ciudad de Córdoba está a unos pasos de acercarse a ese sueño.
Gracias a las gestiones de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), por primera vez en su historia, esa ciudad estaría cerca de contar con un planetario.
“La municipalidad de la ciudad francesa de Nantes donó un proyector de planetario, con sus dispositivos de control y periféricos. La donación sirve para proyectar 6.000 estrellas y los 5 planetas visibles a simple vista: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, con sus satélites, la vía láctea, estrellas fugaces y cometas, la luz crepuscular, la luna en cada una de sus fases, las constelaciones, satélites artificiales y muchas otras imágenes”, señala Guillermo Goldes, doctor en astronomía, museólogo y divulgador científico de la UNC, quien se desempeñó como mediador entre la municipalidad francesa y la citada casa de estudios.
“La Universidad fue seleccionada entre varios postulantes de otros países”, relata Goldes. Y agrega: “Nantes ofreció ese dispositivo porque obtuvo uno de última generación”.
“El proyector donado es de la época del de Rosario. Ambos son de la generación de 1980, es decir, más modernos que el de la ciudad de Buenos Aires, que es de 1967”, señala Goldes y agrega: “El equipo que tenemos ahora es un modelo de la prestigiosa fábrica Zeiss de Alemania, la primera en la historia en construir este tipo de dispositivos como hoy los conocemos, es decir proyectores destinados específicamente a reproducir la imagen del cielo sobre una cúpula semiesférica. Son piezas tecnológicas realmente refinadas. El primero fue ideado en 1923”.
El proyector llegó a Córdoba el 21 de febrero y se encuentra resguardado en un depósito adecuado a la espera de la construcción del edificio del planetario. De acuerdo con declaraciones del doctor Daniel Barraco, decano de Famaf, el siguiente paso será gestionar fondos, del sector público o privado para efectuar la obra. “La semilla inicial de ese edificio deberá contener la sala del planetario, dependencias de servicio, salón de usos múltiples para exposiciones, cursos y talleres de enseñanza, entre otros espacios. Tendría una superficie inicial de 400 metros cuadrados. La sala del planetario en sí misma será una cúpula de unos 9 metros de diámetro, cuya superficie interna constituirá la ‘pantalla’ de proyección”, destaca Barraco.
El valor del proyector es de cerca de dos millones de pesos, mientras que el valor del edificio rondaría el millón seiscientos mil pesos, “es decir, algo menos que el valor del equipo donado”, resalta Barraco.
Por su parte, Goldes opina: “Un planetario es una herramienta educativa muy importante, que combina sus cualidades pedagógicas con la fascinación de un espectáculo cinematográfico. Además, pretendemos que sea el núcleo de un centro de alfabetización y divulgación científica”.
El decano concibe al futuro planetario como el núcleo de un centro multidisciplinario más amplio que podría ir construyéndose en forma modular. “Un emprendimiento como éste prestigiaría a la ciudad desde el punto de vista urbanístico y a toda la provincia en cuanto a su oferta cultural”, concluye Barranco.