(15/05/08 – Agencia CyTA, Instituto Leloir – Por Juan Monzón Gramajo – UNNE)-. Después de trabajar diez años en el exterior, el doctor Julio Toloza regresó al país y se radicó en la ciudad de Corrientes para investigar sobre “la obtención de resultados rigurosos en la mecánica cuántica de sistemas moleculares” en el recientemente creado Instituto de Física del Nordeste.
Tras diez años fuera del país, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Noreste (UNNE), logró repatriar al doctor Julio Toloza. Su incorporación se suma a la lista de otros jóvenes físicos y matemáticos que se encontraban formándose o trabajando en el exterior y que hoy jerarquizan el cuerpo de investigadores de esa unidad académica.
Toloza es un cordobés de 37 años que se graduó de Licenciado en Física en la Universidad Nacional de Córdoba. Luego de finalizar su doctorado en el Instituto Politécnico de Virginia (Estados Unidos), en 2003, se trasladó a México, dónde desarrolló su actividad como docente e investigador. Primero trabajó en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y más tarde, en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde permaneció hasta febrero de 2008.
El retorno a la Argentina tomó cuerpo en agosto de 2007, al ser aprobado su ingreso a la Carrera de Investigador del CONICET. Desde ese momento, e impulsado por una serie de razones, que van desde las personales a las profesionales, en su destino apareció la ciudad de Corrientes y el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas.
En pleno proceso de radicación, Toloza recibió a la Revista de Ciencia y Técnica y compartió sus expectativas ante la inminente creación del Instituto de Física del Nordeste, del que formará parte. Asimismo, brindó su visión sobre la perspectiva que se plantea en el país ante la apuesta del gobierno nacional de invertir en el desarrollo científico y tecnológico.
-¿Qué motivaciones profesionales lo traen de regreso a la Argentina, para trabajar en un área que no es para nada común como es la investigación científica?
En realidad, nunca tuve intención de irme del país. Cuando decidí hacer el doctorado, tenía en claro la necesidad de formarme en el exterior, simplemente porque se adquiere otro ritmo de trabajo y se manejan otros tiempos para la preparación de proyectos. Mi intención era quedarme en Estados Unidos los años que me demandara el doctorado. Pero con la crisis del 2001, ese tiempo se extendió. De todas maneras, considero que en determinadas áreas, y con la Física en particular, no alcanza con un doctorado para estar en condiciones de sentirse formado plenamente. Ese entrenamiento posdoctoral opté por hacerlo en México. Pero nunca estuvo en mis planes radicarme en ese u otro país de manera definitiva.
-¿Cómo se da la posibilidad de venir a esta parte del país?
Se dieron una serie de motivos. En primer lugar, tengo gente amiga con quienes entablé una relación cuando cursábamos la licenciatura en la Universidad Nacional de Córdoba. Me comentaron sobre las oportunidades que había en Corrientes y me interesó. En la Argentina, hay ciertas plazas con centros de investigación bien establecidos, donde se hace física desde hace mucho tiempo. Pero me gustó la idea de venir a un lugar que me ofrece más posibilidades de crecimiento, fundamentalmente ahora con la inminente creación del Instituto de Física del Nordeste que dependerá del CONICET. Entonces, la suma de esos motivos, más el económico, me llevaron a elegir Corrientes. Convengamos que visto de afuera Córdoba, Buenos Aires, Corrientes, Patagonia no se ve muy distinto. Mi deseo en definitiva era volver al país.
-Usted señaló que uno de los motivos era el económico, ¿a qué tipo de beneficio se refiere?
El CONICET favorece la radicación de investigadores en ciertos lugares, en detrimento de los usuales, para buscar que se descentralicen los centros en donde se hace ciencia en el país. Tengo claro que acá puedo aportar mi grano de arena para el crecimiento de un centro de investigación, como será el Instituto de Física.
-¿Qué opinión tiene sobre esta iniciativa del Gobierno Nacional de respaldar la actividad científica en el país?
Al menos desde los 80 a esta parte, tengo entendido que no existió vocación de hacer algo por el sistema científico argentino. En términos de recursos, es evidente que no se trata de una intención. Se están invirtiendo fondos en el sistema como no se hacía hace mucho tiempo. Aspiro a que estemos frente a una decisión que no dependa de un gobierno particular, sino que sea realmente un convencimiento de la ciencia como un todo.
-¿Cómo se ve a la Argentina, su actividad científica y sus recursos humanos desde afuera?
En general, la preparación de grado y de posgrado es bastante buena en el país. Hablaré de la física que es el área que conozco. Vi a muchos físicos fuera del país, a quienes les va muy bien, se insertan rápidamente y cumplen con eficiencia las tareas por las que están radicados en el extranjero. En México, debido a la carencia de recursos humanos, favorecen la radicación de científicos foráneos. Hay pocos argentinos, pero su presencia es notoria.
El sistema argentino se beneficiaría con la radicación de científicos extranjeros. El intercambio hace bien en muchos aspectos. Tiene que ver incluso con actividades elementales que van desde cómo se hace un trabajo, un proyecto de investigación. Sería un aporte sumamente valioso. Por lo demás, de hecho, estoy tratando de entender cómo están las cosas en la Argentina. Ver qué políticas están pensadas para mediano y largo plazo y que tan convencidos están de llevarlas adelante.
-¿Cuál es su especialidad dentro de la Física?
Soy físico-matemático y mi especialidad es la mecánica cuántica no relativista. Me interesa en particular todo lo que tenga que ver con la mecánica cuántica de sistemas moleculares: espectro de moléculas, comportamiento de éstas ante ciertas situaciones físicas. Mi proyecto principal, por el cual estoy vinculado a CONICET, es precisamente ese: “la obtención de resultados rigurosos en la mecánica cuántica de sistemas moleculares”. Básicamente, me interesa estudiar la aproximación de Born-Oppenheimer en términos matemáticamente rigurosos.
-¿De qué manera se vinculan la física con la matemática en sus investigaciones?
Si tuviera que definir la especialidad física-matemática diría que es “el estudio de problemas físicos con el objeto de proporcionarle el mayor rigor matemático posible”. En otras palabras, una idea física contiene una hipótesis y un espacio para su demostración. En ese tramo depende si se utiliza un método heurístico, la analogía, la intuición o cierto manejo matemático riguroso. El físico matemático trata de llenar todos esos huecos argumentativos deductivos y convertir básicamente la imagen física en un teorema.
-¿Cuál será su aporte profesional a la actividad dentro de la facultad?
En el ámbito académico, todavía no daré clases por mi situación de becario. No tengo aún cargo docente, por cierto que me interesa mucho la docencia. Me estoy permitiendo acomodarme y adquiriendo una rutina de trabajo. Pero las perspectivas indican que a partir del próximo cuatrimestre estaría realizando mi aporte a la docencia en la UNNE.
-¿Cómo lo recibió la comunidad universitaria?
Con mucho interés y entusiasmo por distintos motivos. En primer lugar, porque siempre viene bien que llegue un investigador más al área. En segundo lugar, porque tengo amigos y conocidos de la época de mi formación en la licenciatura, con los que no tuve contacto durante años. Finalmente, por el proyecto de la creación del Instituto de Física del Nordeste, en el que todos estamos con muchas expectativas.