Especialistas del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia identificaron una proteína clave en el desarrollo de los parásitos que provocan tripanosomiasis africana humana, también llamada enfermedad del sueño. Los autores del trabajo consideran la posibilidad de diseñar una droga que inhiba esa proteína crucial en el ciclo vital de esos parásitos, transmitidos a los humanos por las picaduras de la mosca tsetsé.

(14/07/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Cada año, entre 200 y 300 mil personas contraen la enfermedad del sueño conocida con el nombre científico de tripanosomiasis africana humana. Afecta principalmente las poblaciones rurales de 36 países sub-saharianos en África, pero también se han registrado casos en personas de otros lugares que han visitado las zonas endémicas.

De acuerdo con el investigador Derrick Robinson, del laboratorio de Patogenicidad y de Microbiología Celular y Molecular del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, “si la enfermedad es detectada de forma temprana, puede ser curada, aunque los medicamentos que se emplean en la actualidad son muy tóxicos”.

Por ese motivo, Robinson y sus colegas buscan otras alternativas terapéuticas. La revista científica “PloS Biology” publicó en mayo pasado, una de sus investigaciones, que abre un camino para diseñar nuevos tratamientos.

La “enfermedad del sueño” es producida por los parásitos Trypanosoma brucei gambiense o Trypanosoma brucei rhodesiense, que se transmiten a los humanos a través de la picadura de la mosca tsetsé. (Ver recuadro: Dos tipos de tripanosomiasis africana). A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pueden incluir falta de concentración, dificultad al hablar, convulsiones, dificultad para caminar y para hablar y tendencia a dormir durante largos períodos del día, entre otros.

Estudiando la biología básica del parásito, Robinson identificó una proteína a la que llamó BILBO1, que es esencial para la supervivencia del parásito y para su proceso de división en el organismo huésped.

Esa proteína es necesaria para la formación de una estructura clave del parásito llamada bolsillo flagelar. “Ese bolsillo en el parásito es lo más parecido a una ‘boca’”, señala Robinson. Y agrega: “Toma nutrientes y expulsa materiales que no necesita”.

Además, el bolsillo flagelar es el sitio donde se articula el flagelo del parásito. El flagelo es una estructura, semejante a una larga cola, que le permite desplazarse. Una de las funciones más importantes del bolsillo flagelar reside en que le posibilita al parásito, evadir el sistema inmune del huésped. Eso lo consigue al modificar las proteínas de su superficie –las estructuras que son “vistas” por el sistema inmune- de forma tal que el tripanosoma permanece camuflado frente a las defensas del organismo.

“El bolsillo flagelar es una estructura que realiza muchas tareas. Ahora, podemos considerarlo como el talón de Aquiles del parásito”, afirma Robinson, uno de los autores del estudio.

Dado que BILBO1 es crucial para la formación del bolsillo flagelar que, a su vez es clave para el parásito, Robinson y otros investigadores crearon –mediante el empleo de técnicas de laboratorio, tripanosomas a los que le faltaba esa proteína. Como consecuencia, los científicos observaron que el parásito no podía incorporar nutrientes. “Estaban básicamente, hambrientos hasta la muerte”, destaca Robinson. Por supuesto, esos parásitos no pudieron continuar con el proceso de división.

“No hay una proteína como BILBO1 en los mamíferos. Por eso, una droga que suprimiese la función de esa proteína sólo afectaría al parásito, pero no al huesped”, afirma Robinson, a la espera de que ese fármaco pueda diseñarse en el futuro.

RECUADRO – DOS TIPOS DE TRIPANOSOMIASIS AFRICANA

(14/07/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Uno de los parásitos, que provoca la “enfermedad del sueño” se llama Trypanosoma brucei gambiense. Es responsable del 90 por ciento de los casos. Causa una infección crónica y afecta al sistema nervioso central. Entre los síntomas, se encuentran dolores de cabeza severos, fiebre, problemas en el sueño, alteraciones en el estado mental y desórdenes neurológicos.

El segundo parásito que también causa esa enfermedad se llama Trypanosoma brucei rhodesiense. Origina una infección aguda, y algunos de los síntomas son úlceras en la piel, dolores de cabeza ocasionales, fiebre, prurito y adenopatías (inflamación de ganglios). El 10 por ciento de los casos es causado por ese parásito.