Para acceder a la alimentación y otros recursos aportados por las hormigas obreras, las orugas de la mariposa Maculinea rebeli imitan los sonidos de las hormigas reina. Los resultados del estudio que publica Science revelan que la comunicación acústica juega un papel clave en el intercambio de información, tan importante como el intercambio químico.
(10/02/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Como si se tratase de expertas en espionaje, las orugas de mariposas de Maculinea rebeli invaden colonias de hormigas de la especie Myrmica schencki, imitando los sonidos de las hormigas reina y, como resultado de ello, logran recibir alimentación y un trato preferencial por parte de las hormigas obreras. Así lo revela un estudio publicado a comienzos de este mes en la revista científica Science.
A esa conclusión llegó Jeremy Thomas, investigador de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y un equipo de colegas, luego de emplear micrófonos de alta sensibilidad útiles para medir la comunicación acústica entre ambas especies de insectos.
“Las hormigas Myrmica schencki al igual que las orugas de la mariposa Maculinea rebeli, y que muchísimas especies de insectos (incluidas las vinchucas), producen vibraciones que, con frecuencia, alcanzar a ser identificadas por el ser humano”, señala el especialista Pablo Schilman, investigador del Conicet y profesor del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
“Este comportamiento, llamado estridulación, genera vibraciones al frotar una púa sobre una superficie acanalada que en el caso de las hormigas está localizada en la zona abdominal. Sería equivalente a raspar un palo sobre una tabla de lavar la ropa”, dice a la Agencia CyTA Schilman. Y agrega: “El sonido de las hormigas reina es similar en cuanto a frecuencia y duración de pulsos al producido por las orugas de las mariposas. Por ese motivo, estas últimas logran hacerse pasar por hormigas reina, y acceden así a un alto estatus dentro de la colonia de hormigas.”
El trabajo publicado en Science revela que la comunicación acústica juega un papel tan importante como el generado a través del intercambio de compuestos químicos. “Las sociedades de hormigas son muy complejas y se basan en sistemas de comunicación muy sofisticados y de distintas modalidades. Las hormigas intercambian información a través de compuestos químicos que liberan y por el contacto físico. Este mecanismo permite, por ejemplo, reconocer a hormigas de la misma especie o a intrusos”, indica Schilman. Y continua: “La comunicación de muchas especies de insectos se refuerza mediante la emisión y recepción de vibraciones y sonidos.”
De hecho, al interior del nido de las hormigas, las orugas de las mariposas estudiadas, además de imitar sonidos liberan compuestos químicos similares a las larvas de las hormigas para adaptarse al medio.
“Se podría pensar que a través de miles generaciones se han seleccionado las orugas que producen señales, entre ellas las acústicas, más parecidas a las hormigas reina” comenta Schilman.
Para Thomas y sus colegas, es posible que ese mecanismo de adaptación, basado en comunicación acústica, suceda en miles de otros tipos de parásitos que existen en diferentes comunidades de hormigas.
En el caso de las citadas orugas, ese mecanismo de adaptación parece transformarse en el camino más corto hacia la nobleza.
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