Diez genes relacionados con la muerte cardiaca repentina fueron identificados por un equipo internacional de investigadores. Según los autores del estudio que publica Nature Genetics, el hallazgo podría ayudar a evitar la muerte de las personas que corren mayor riesgo de padecer esa complicación y serviría para el diseño de nuevos medicamentos. Subrayan la importancia de capacitar a la población en técnicas de reanimación.
(31/03/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Los ritmos irregulares del corazón, o arritmia, suelen producir en algunos casos muerte cardiaca repentina.
La muerte súbita de origen cardíaco (MS) es una de las principales causas de muerte en Occidente. En los países desarrollados, cerca del 50 por ciento de las muertes cardíacas son súbitas, estimándose que en los Estados Unidos la incidencia anual en la población general varía entre 184 mil y 400 mil personas al año. El reconocimiento de sus posibles causas y mecanismos está dirigido a conseguir una mejor estratificación del riesgo que permita obtener un efecto preventivo, tanto primario como secundario.
De acuerdo con la edición de Nature Genetics del 22 de marzo, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, y otros centros de investigación identificaron diez genes relacionados con cambios en lo que se llama duración del intervalo QT. La duración del intervalo QT mide el tiempo en el cual transcurre la contracción del corazón. Un intervalo QT que sea demasiado largo o demasiado corto puede causar un problema grave, incluidas las arritmias y la muerte cardiaca repentina. El intervalo QT puede verse en la pantalla de un electrocardiograma, en una porción determinada de la línea que traza ondas o vértices hacia arriba y hacia abajo cuando el corazón se contrae.
“Varios de los diez genes ayudan a regular los canales humanos de potasio en el músculo del corazón, y esto afirma la idea de que el balance de sodio y potasio que entra y sale del músculo cardiaco es importante”, señaló Gonçalo Abecasis, uno de los autores principales del estudio. Y agregó: “Cada gen que identificamos puede producir una alteración pequeña en el intervalo QT. Los individuos con demasiados genes que los predisponen a un intervalo QT largo o corto son, probablemente, los que tienen un riesgo mayor de muerte cardiaca repentina”.
Para llegar a esos resultados, Abecasis y sus colegas estudiaron los electrocardiogramas y la información genética de 15 mil personas.
Según el experto, ese descubrimiento podría ayudar a los individuos que corren mayor riesgo de experimentar esa complicación y, eventualmente, ayudaría a que las firmas farmacéuticas desarrollen medicamentos para tal fin.
Educación de la población
“Dentro de las muertes de origen cardíaco cerca del 50 por ciento ocurren en forma súbita y muchas de ellas, aunque no todas, están relacionadas con el antecedente de enfermedad coronaria, por ejemplo infarto de miocardio, angina de pecho o por el antecedente de insuficiencia cardíaca”, indicó a la Agencia CyTA el doctor César Belziti, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Y continuó: “En este sentido, la prevención debe dirigirse a la identificación y correcto tratamiento de la enfermedad coronaria y sus factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, el elevado nivel de colesterol y al tratamiento adecuado de la insuficiencia cardíaca”.
Para Belziti, quien también se desempeña como Jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Italiano de Buenos Aires, los tratamientos que tienen impacto sobre la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca además de mejorar los síntomas y la sobrevida disminuyen la posibilidad de sufrir muerte súbita.
“Esta afección no siempre implica un desenlace fatal pues en un número de casos, dependiendo de la rapidez de atención y la causa subyacente, puede reanimarse a la persona afectada”, afirmó Belziti. Y agregó: “Para entenderlo con facilidad son aquellas personas que padecen bruscamente un paro cardíaco, en la vía pública, en su domicilio o en una institución. Por lo tanto otra medida a implementar es la educación del personal de salud y de población en general, para realizar las maniobras de reanimación ante el caso de aparición de MS. En los últimas años se está generalizando la colocación de desfibriladores en sitios muy concurridos como aeropuertos y estadios deportivos, entre otros lugares”.
Desde la SAC, se realizan diversas actividades centradas en la formación de recursos humanos que colaboren en la reanimación de personas que padecen este cuadro.
Además de las funciones que debe cumplir el sistema de salud “debe educarse a la población para la consulta precoz ante la presencia de síntomas cardíacos y a llevar un seguimiento estricto cuando sean portadores de factores de riesgo o enfermedad cardíaca ya conocida”, concluyó Belziti.