(22/06/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler)-. El virus que provoca la varicela es el Herpes Zoster que comúnmente suele provocar la culebrilla cuando se activa en un adulto que ya ha tenido la varicela.
Es un virus de la familia de los herpes se lo clasifica como HHV-3 que significa virus del herpes humano 3. El virus tiene un ADN de doble cadena (ds ADN), su cápsula (Capside) es icosaédrica. Es muy contagioso y suele atacar durante la niñez pero también puede atacar al adulto que no la contrajo de niño y la enfermedad resulta más grave.
Evidencias de la enfermedad
La mayoría de los casos de varicela ocurre en los niños menores de 10 años. La enfermedad es generalmente leve, aunque algunas veces ocurren complicaciones serias.
Se cubre el cuerpo con una serie de manchas rojas que se transforman en pequeñas vesículas características (ampollitas), que contienen un líquido que poco a poco se oscurece. Cuando estas ampollas se rompen se forman costras.
Al principio las manchas aparecen en el abdomen y tronco, luego se diseminan por todo el cuerpo, hasta en las mucosas e inclusive en los órganos genitales. Los brotes se producen por grupos en diferentes partes del cuerpo y existe una relación directa entre el número de ampollas y la intensidad de la enfermedad.
Uno o dos días antes del primer brote, suele haber malestares y algunos síntomas difusos, como dolor de estómago, cabeza y fiebre.
Las vesículas traen gran picazón y a medida que aparecen las costras también surgen otros brotes, que en general son tres y tienen una duración aproximada de 7 días. Cuando todas las ampollas se transforman en costras, comienza la remisión de la enfermedad y ya no contagia.
Forma de contagio
El contagio es directo de persona a persona y se transmite por vía aérea a través de las micro gotas de saliva que se expulsan al hablar, también se contagia por del líquido que segregan las ampollitas al romperse. Luego de que el virus penetra en el organismo, hay un período de incubación que varía entre 7 y 21 días pero durante él, la enfermedad no se contagia, sólo lo hace 2 o 3 días antes del brote y continúa mientras haya ampollas. Cuando éstas desaparecen termina el contagio.
Cualquier fluido corporal es contagioso, porque la erupción también se produce en forma interna, de modo que los fluidos están contaminados con el virus.
Las personas que no han sufrido la enfermedad y se encuentran en la misma vivienda del enfermo, se exponen en forma reiterada al virus y pueden experimentar una varicela de mayor gravedad.
Inmunidad
La vacuna previene, pero aún vacunado se puede enfermar en forma leve, y suele pasar sin muchas complicaciones.
Una vez que se ha sufrido la enfermedad, ésta ya no se contagia por el resto de la vida, pero el virus permanece latente y controlado por el sistema inmunológico. Alrededor de 1 de cada 10 adultos experimenta culebrilla cuando el virus emerge nuevamente durante un período de estrés.
Un niño menor de un año cuya madre haya tenido varicela, en general no la contrae porque posee los anticuerpos (IgG) que la madre le transmitió.
Tratamiento
No hay un tratamiento específico. Es conveniente permanecer en reposo para que el mismo sistema inmunológico combata a la enfermedad.
Debemos evitar el rascado con las uñas por ello es conveniente mantenerlas cortas y colocar guantes durante la noche para prevenir el rascado durante el sueño y evitar las infecciones que dejan marcas permanentes. No es conveniente usar lociones refrescantes porque se pueden empastar las ampollas e infectarse.
Los antivirales sólo son efectivos en el caso en que el tratamiento se inicie en forma temprana. Generalmente se aplican en adultos, donde la enfermedad se suele desarrollar en forma más grave o bien para aquellas personas que posean el sistema inmunológico deprimido.
No es bueno tomar aspirinas ni ibuprofeno para bajar la temperatura porque estos están asociados con complicaciones, el paracetamol resulta más adecuado.
Complicaciones
En general un niño sano y bien alimentado pasa la enfermedad sin inconvenientes, sólo el 1 por ciento de los casos los presenta.
Suele complicarse en aquéllos que poseen el sistema inmunológico deprimido porque han tomado corticoides, han recibido tratamientos de quimioterapia, o poseen enfermedades que afecten al sistema inmunológico como el sida, la diabetes u otras.
También se manifiesta con mayor gravedad en adolescentes y en adultos donde hay mayor probabilidad de complicaciones como la sobre infección en la piel o en el tejido subcutáneo, neumonía causada por el propio virus y complicada con bacterias, meningitis, miocarditis, nefritis, hepatitis y otras. Sólo por excepción se produce encefalitis o en fascitis necrotizante.
Hay otras complicaciones neurológicas como la pérdida del equilibrio o ataxia csrebelosa que a veces están presentes y aún complicaciones serias que implican el compromiso de múltiples órganos.
Embarazo
Hay bajo porcentaje de embarazadas con varicela porque la mayoría de las niñas sufren la enfermedad de pequeñas, pero en el caso de no haberla tenido los riesgos en el embarazo varían según el momento en que se tenga la prima infección (primer contacto con el virus)
Cuando la madre contrae la enfermedad antes de las 25 semanas de gestación hay riesgo del 2 por ciento de que se produzca la varicela congénita que trae serias consecuencias para la salud del bebe, tales como malformaciones, microcefalia, problemas oculares, atrofia en el crecimiento de los miembros, problemas neurológicos, o disminución del crecimiento fetal y hasta la muerte.
La varicela contraída por la madre en el tercer trimestre es menos riesgosa para el bebe pero lo es más para la madre, porque puede contraer neumonía. Si la infección se produce de 1 a 4 semanas antes del nacimiento el 30 por ciento de los casos será grave.
Si la madre contrae la enfermedad entre 22 a 5 días antes del parto el bebe desarrollará varicela neonatal benigna, ya que los anticuerpos de la madre tuvieron tiempo de atravesar la placenta y darle una cierta inmunidad parcial al niño.
Cuando la madre contrae varicela 4 días antes del parto o dos días después el bebe queda expuesto al virus sin los anticuerpos de la madre de modo que puede sufrir varicela neonatal grave que desarrollará con un porcentaje del 17 al 30 por ciento a partir del décimo día y resultará ser una enfermedad severa, de gran riesgo y fatal en un porcentaje del 30 por ciento.
La vacuna
La vacuna se desarrolló en Japón en el año 1970, es segura y efectiva entre un 70 y 90 por ciento.
Tiene reacciones secundarias muy leves y se puede recibir junto con otras vacunas como la del sarampión rubéola y paperas, polio, hepatitis B o meningitis, se debe aplicar a personas sanas y que no posean un sistema inmunológico debilitado. No se les debe aplicar a mujeres embarazadas.
La Academia Americana de Pediatría recomienda:
• vacunar a los niños que no hayan sufrido la enfermedad
1. Primer dosis entre 12 y 18 meses
2. Segunda dosis 4 y 6 años
• Para niños mayores de 13 años que no hayan sufrido la enfermedad
1. Dos dosis con intervalos de 4 a 8 semanas
La educación en salud ayuda a conocer y prevenir enfermedades