Por medio del Programa de recursos humanos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) acaba de repatriar un grupo de profesionales. En el marco de ese programa hasta la fecha volvieron más de 600 científicos, incorporados a instituciones como la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad Nacional de Rosario, entre otras.
(29/06/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir)- De Alemania, de Brasil, de Canadá, de Chile, de Estados Unidos, de España, de Francia, de Reino Unido, de México y de Suiza, provienen los investigadores argentinos que recientemente retornaron al país para trabajar en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Su regreso se enmarca en el programa de repatriación y de relocalización de profesionales, implementado por el Programa de Recursos Humanos coordinado por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
Algunos ejemplos de los proyectos en los que se incorporarán los profesionales repatriados son el Programa Forestal del INTA con orientación a la protección vegetal, genética y mejoramiento, el Programa Nacional de Cadenas Agroindustriales o el Área Estratégica de Recursos Naturales con su programa de Uso y Mantenimiento del Recurso Productivo Suelo, entre otras disciplinas de la actividad productiva vinculadas a economías regionales basadas en frutas finas, caña de azúcar, olivo o vitivinicultura.
La doctora en agronomía Lucrecia Brutti es una de los integrantes del contingente de científicos recién retornados que se reincorporarán al INTA. “En Chile, estuve en una empresa que trabajaba con el medio ambiente y también me relacioné con la Universidad de Chile y con la Universidad Mayor. En la Universidad de Chile, hice investigación sobre transformación de residuo orgánico orientada a la incorporación de materia orgánica a los suelos. Este tipo de medidas benefician al suelo desde el punto de vista físico, químico y biológico”, explicó la investigadora.
Asimismo, Brutti trabajó con la incorporación de algunos microorganismos que pueden ser antagónicos con patógenos y que por lo tanto pueden producir algún beneficio en las plantas. “Algunos productos se elaboran para curar a las plantas, pero yo trabajé en desarrollos orientados a la prevención”, destacó.
Ahora el proyecto que va a desarrollar en el país en INTA Castelar se denomina “los balances de carbono y nitrógeno en suelos pampeanos ante el creciente proceso de agriculturización”. “Vamos a tomar muestras de suelo y plantas y vamos a realizar análisis del laboratorio lo cual nos va a dar información sobre la distancia que existe entre las condiciones óptimas que debería tener el suelo y las condiciones actuales. Si hay diferencias, entonces conviene realizar determinados manejos que hagan sustentable al sistema”, explicó Brutti. Y agregó: “Lo ideal es no devastar el suelo, no dejar el suelo sin nutrientes, sin agua, sino al contrario, acumular agua, acumular nutrientes, ponerlo a disposición de las plantas y retornar todo eso al suelo para el nuevo cultivo. Se trata de que la comida de hoy no sea el hambre del futuro. Como decía San Martín, el suelo no lo heredamos de los padres sino que lo tomamos prestados de nuestros hijos”.
Con respecto a la posibilidad de retorno al país, la agrónoma resaltó que el programa de la Agencia “está como que lo inventaron para mí. Se han preocupado de que tenga un presupuesto para el traslado, un lugar de reinserción, y un proyecto para desarrollar”.
Néstor Oliveri, director nacional del INTA, señaló que más allá de que el programa de repatriación y relocalización coincide con objetivos institucionales del fortalecimiento del capital humano, ampliación de la capacidad investigativa y aportes a cadenas productivas, su aplicación, en este caso a través del INTA, produce un fuerte beneficio a nivel regional, ya que por su índole federal, logra impacto en diferentes puntos del país, tanto sobre la actividad agropecuaria como la actividad académica. “No olvidemos que en los proyectos en los que participarán los científicos están también involucradas distintas universidades nacionales y técnicas que también se benefician”, destacó.
Retorno de científicos
“El objetivo central del Programa de Recursos Humanos es el fortalecimiento del sistema científico tecnológico nacional a partir de la incorporación de nuevos investigadores de excelencia”, afirmó a la Agencia CyTA el doctor Armando Bertranou, presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica Y agregó: “Este programa hoy se puede llevar adelante por el crecimiento que ha tenido la Argentina en materia de ciencia y tecnología tanto presupuestariamente como en términos de proyectos de investigación, infraestructura y equipamiento. Gracias a esto podemos repatriar y relocalizar investigadores y ofrecer becas de formación de doctores que se suman al trabajo intenso que viene realizando el Conicet”.
Bertranou también señaló que detrás del Programa de Recursos Humanos “hay un intenso trabajo interinstitucional. Es el Estado Argentino con sus instituciones del sistema científico tecnológico los que llevan adelante este programa de forma coordinada, focalizando sus recursos para posibilitar que investigadores que quieran regresar al país tengan un salario digno, equipamiento y se asienten en instituciones donde puedan trabajar de forma eficiente”.
Desde que comenzó el programa hasta la fecha han retornado al país 605 científicos. Además del INTA se han beneficiado otras 45 instituciones cuyos proyectos han sido aprobados, entre ellas la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad Nacional de Rosario.