Investigadores de Estados Unidos y Alemania concluyeron que una serie de fósiles descubiertos en la Antártida corresponden a un anfibio acuático que vivió en el período triásico temprano, entre 245 y 251 millones de años atrás. Los científicos señalan que estaría lejanamente emparentado con las salamandras y ranas modernas.
(15-09-09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – A partir del análisis de fósiles descubiertos en la Antártida, paleontólogos estadounidenses y alemanes dieron con una especie que no había sido catalogada hasta la fecha. La denominaron Kryostega collinsoni, y se trata de un anfibio que tenía un aspecto similar a los cocodrilos actuales. De acuerdo con los investigadores, el espécimen habría tenido una longitud de 5 metros y estaría emparentado con las salamandras y las ranas modernas.
“Sus dientes, comparados con otros anfibios, eran realmente enormes. Pensamos que era un predador que capturaba grandes presas”, señala Christian Sidor, profesor de biología de la Universidad de Washington, Estados Unidos, y curador del departamento de Paleontología de vertebrados del Museo Burke de Historia Natural y Cultura, en Washington.
Los resultados del trabajo, publicado en edición de septiembre de la revista científica The Journal of Vertebrate Paleontology, indican que ese tipo de anfibio vivió en el período triásico temprano, entre 245 y 251 millones de años atrás.
Según Sidor, si bien en aquellos tiempos, la Antártida tenía un clima más frío que otras regiones del planeta, registraba en forma significativa temperaturas más cálidas que las de hoy en día.
La alimentación del Kryostega collinsoni se habría basado en peces y otros anfibios, señala Sidor.
La presencia de estructuras encontradas en los fósiles, similares a la de peces y anfibios para detectar cambios en la presión del agua, entre otras características, llevaron a los investigadores a concluir que los Kryostega collinsoni pertenecían a una especie acuática.
El continente frío sigue dando sorpresas en lo que se refiere a restos fósiles, piezas que guardan información clave sobre la vida que se desarrolló en la Tierra hace millones de años. El hallazgo del anfibio Kryostega collinsoni es tal vez sólo una muestra.