(25/11/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir/UNNE. Por José Goretta).- En más de 80 escuelas de la provincia de Corrientes se instalaron durante 2008 sistemas fotovoltaicos autónomos para producir electricidad a partir de la luz solar, aunque se constató en visitas posteriores que muchos se usaron de manera incorrecta o presentaron falencias de operación y mantenimiento.
Las instituciones beneficiadas recibieron los equipos en el marco del plan nacional Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (PERMER), un proyecto en el que también participó el Grupo de Energía Renovable (GER) de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
Los científicos e ingenieros definieron las necesidades promedio de energía de cada escuela y el tipo de equipo a utilizar, en base a parámetros tales como cantidad de alumnos, aulas, horas de clases, equipos eléctricos y personas que viven en la escuela.
Tras la instalación de los equipos, el GER inició un seguimiento técnico a fin de relevar el funcionamiento de los sistemas solares y determinar también los criterios sociales de uso.
“En este contexto, entender los motivos de éxito o fracaso de los proyectos actuales es primordial para determinar la viabilidad de los paneles solares como energía alternativa en áreas rurales”, expresó a la revista Ciencia y Técnica de la UNNE Christophe Bello, ingeniero francés que integra el GER y uno de los responsables del trabajo de seguimiento técnico.
Uso social
Bello explicó que en los proyectos de electrificación rural de este tipo, el aspecto social resulta fundamental, ya que el destinatario se encuentra en contacto directo con el material instalado. Y que los sistemas fotovoltaicos no representan fuentes “inagotables” de energías como en una conexión a la red de distribución tradicional como la electricidad.
Agregó que las dificultades de acceso de las zonas consideradas no permiten visitas regulares e implican que el responsable de cada lugar beneficiado con la energía solar sea el primer responsable del buen estado de los equipos.
Sobre el proyecto en las escuelas, el profesional sostuvo que las visitas de mantenimiento en los establecimientos permitieron tener una idea del estado y del uso de los sistemas fotovoltaicos instalados, muchos de los cuales registraron falencias.
Detalló que en su gran mayoría los problemas se relacionan con un deterioro grave del “inversor” que convierte la energía solar, con etapas de potencia o de control quemadas. Hasta un 5 por ciento de los inversores estuvieron fuera de servicio antes del año.
En segundo plano aparecen problemas de envejecimiento precoz de ciertas baterías, en especial por falta de líquido, o deficiencias por mal uso de los sistemas instalados. Por ejemplo, cuando se hicieron conexiones con un artefacto defectuoso o prohibido por su alta demanda de energía, como un horno eléctrico o una estufa. Otras veces, se verificaron conexiones clandestinas hacia otra vivienda.
“Lo observado demuestra la necesidad de avanzar a un cambio social y cultural en el uso de la energía solar, reconociendo las limitaciones que posee esta energía renovable con respecto a la electricidad, que no es restringida”, dijo Bello.
El plan es extender los sistemas fotovoltaicos al nivel domiciliario: 500 familias en la zona se deberían beneficiar de un acceso a la energía solar. “Por eso el éxito del proyecto de las 85 escuelas es primordial”, destacó el especialista.
Paneles solares Créditos: Revista C y T de la UNNE