Si bien ya pasaron más de cien años desde que se detectó el parásito de la enfermedad de Chagas, la enfermedad aún sigue vigente y afecta a millones de personas. Un equipo de médicos de la sección Chagas del Servicio de Cardiología del Hospital Eva Perón, expone algunas de las razones por las cuales esa patología, que afecta principalmente a quienes viven en la pobreza, aún no ha sido erradicada. 

(26/02/10 – Agencia CyTA – Instituto Leloir).- Si bien han transcurrido poco más de cien años desde que el doctor Carlos Chagas detectara el parásito llamado Trypanosoma cruzi y posteriormente la enfermedad que provoca, un equipo de especialistas argentinos del Hospital Eva Perón se preguntan –en un texto publicado en la Revista Española de Cardiología- “¿Qué ha sucedido para que cien años después la enfermedad siga aún vigente e incluso muestre una tendencia a la globalización?”

Los fuertes cambios migratorios de las últimas décadas han llevado a las personas portadoras de enfermedad de Chagas a vivir en países sin la endemia, constituyendo un nuevo problema sanitario en esos países en los que ha sido necesario reconocer la enfermedad y tomar medidas para evitar la transmisión congénita y realizar controles en los bancos de sangre. Se informa sobre un número creciente de enfermos en los Estados Unidos, en todos los países europeos (especialmente España) y en sitios aún más alejados como Japón y Australia.

Los doctores Rodolfo Viotti, Carlos Vigliano y Alejandro Armenti, médicos de la sección Chagas, creada en 1978 en el Servicio de Cardiología, Hospital Eva Perón,  plantean que posiblemente esa enfermedad continúa presente porque se trata de “una enfermedad de los pobres”. Y agregan que los enfermos con Chagas tienen escasos medios, y que por falta de “peso social” no logran generar o exigir soluciones.

Asimismo plantean que los programas actuales para abordar esa enfermedad tienen grandes dificultades para llegar a las personas, y las sociedades científicas, por otro lado, le han asignado una importancia menor. Se preguntan si “¿son insuficientes los recursos para investigación o son insuficientes las condiciones socioeconómicas de las personas que la padecen?. Y responden: “Creemos que la segunda pregunta/afirmación es más realista y que la complejidad de la enfermedad es difícil de abordar con insecticidas, fármacos, electrocardiogramas o estudios genéticos.”

No se logrará controlar la enfermedad sólo con acciones sanitarias basadas en los avances médicos y tecnológicos, sino que ello dependerá también del desarrollo socioeconómico de las personas involucradas, aseguran.

El mal de Chagas fue ya descripto como “La enfermedad de los pobres” por su descubridor, el doctor Carlos Chagas y luego su continuador en Argentina, el doctor Salvador Mazza. “La realidad social de las personas infectadas se encuentra visiblemente relacionada con la pobreza, hace 100 años, y en la actualidad. La pobreza genera las condiciones para que la enfermedad se transmita, para que se perpetúe y para que no se encuentren soluciones, ya que se encuentra ligada a la falta de educación. Si un individuo deja de ser pobre y tiene trabajo, mejora sus hábitos de vida, mejora las condiciones de su vivienda, se educa, se alimenta mejor, tiene mejores defensas, se desarrolla y además se involucra en la búsqueda de soluciones para sus problemas de salud”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Viotti.  Y agregó: “Podríamos comparar a esta enfermedad con otras como por ejemplo la Tuberculosis, en la que aún teniendo un tratamiento curativo, las condiciones socioeconómicas son determinantes para su persistencia y crecimiento. Además, como se encuentra ampliamente demostrado en trabajos científicos las condiciones socioeconómicas empeoran la evolución de casi toda enfermedad crónica como coronariopatía (infartos), HIV, diabetes, insuficiencia cardiaca, entre otras, más allá de los factores de riesgo clásicos considerados en medicina.”

Investigación y enfermedad de Chagas

Un análisis de las publicaciones de los últimos 10 años, realizado por los especialistas del Hospital Eva Perón, indica que más del 70 por ciento de los trabajos de investigación fueron básicos/experimentales (1.401 de 1.899 trabajos) y cerca del 80 por ciento se publicaron en revistas de países sin la endemia (1.488 de 1.899 trabajos).

“Esos datos quizás reflejan dos realidades: por un lado, que existe un número significativo de grupos de investigación básicos dedicados a la enfermedad de Chagas, mediante subsidios y vínculos con grupos de investigación de países centrales (sin la endemia) y organismos internacionales que promueven la investigación. Por otro lado, el apoyo institucional en nuestro país es más débil, en especial para investigación clínica, y el nivel de las revistas científicas locales es bajo desde el punto de vista del factor de impacto que es considerado una medida del valor y calidad de las publicaciones”, destacó Viotti.

Desde la perspectiva de un individuo enfermo, los recursos en investigación no generaron, hasta el momento, los beneficios esperados, afirman los expertos.

“Se avanzó afortunadamente en la prevención de nuevos casos de la enfermedad de Chagas (Chagas agudo), pero millones de personas en Latinoamérica son portadores de la enfermedad crónica. En esta enfermedad de Chagas crónica prevalente es en quienes se esperan mejores y más resultados de la investigación, para ser aplicados a los enfermos”, afirma Viotti. 

Los doctores Viotti, Vigliano y Armenti  asisten personas con enfermedad de Chagas crónica de todos los estadios, que van desde el paciente sin manifestaciones de enfermedad hasta los que tienen el grado más avanzado de cardiopatía. “Para los portadores de la enfermedad sin cardiopatía realizamos un diagnóstico completo inicial, un seguimiento a lo largo del tiempo que es indispensable y ofrecemos el tratamiento antiparasitario, que intenta prevenir o detener la aparición o el avance de la cardiopatía chagásica”, indicó Viotti. Y continuó: “Para los enfermos con cardiopatía avanzada el diagnóstico es más profundo, el seguimiento más estrecho, y los tratamientos paliativos son similares a los que se aplican en todas las cardiopatías.”

Han transcurrido cien años y la ciencia, la medicina, la tecnología y la bioética han avanzado como nunca en las últimas décadas, afirman los profesionales del Hospital Eva Perón. “La pobreza, la falta de educación, el estrés y el acceso a la salud no han acompañado favorablemente ese desarrollo. La verdadera prevención (la eliminación del vector de transmisión) y el control de la enfermedad de Chagas continuarán dependiendo del futuro político y económico de los países con la endemia”, señalan los expertos. Y concluyen: “Lamentablemente la enfermedad de Chagas superará los cien años desde el primer caso diagnosticado. Como muchos otros problemas, deberemos abordarlo integralmente para que las acciones no sean parches que sólo ayuden a los elegidos por la fortuna.”

 

vinchuca

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Trypanosoma cruzi (agente etiológico) y vinchuca (vector transmisor),
obtenidos de las figuras publicadas en el artículo original del Dr. Carlos
Chagas en 1909.

Crédito: Revista Española de Cardiología