Una especie de avispa que destruye pinos, y que es originaria de Europa y Asia, llegó a la Argentina en los años 80. Dado que tienen una gran capacidad invasiva y es capaz de ocasionar grandes perdidas, un laboratorio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria investiga la posibilidad de hallar mecanismos que permitan controlarla.
(23/03/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Ataca pinos y termina matándolos. Los responsables de eso no son los huracanes ni los fuertes relámpagos: son las avispas de la madera, conocidas científicamente con el nombre de Sirex noctilio. Investigadores de la Argentina están estudiando esta plaga y las estrategias de control para impedir su avance.
“Es originaria de Europa y Asia. Sin embargo se estableció en casi todos los países del hemisferio Sur, incluida la Argentina. La gran capacidad invasiva de esta especie, le ha permitido dispersarse y establecerse en regiones forestales del mundo. En nuestro país, esta especie ha sido detectada por primera vez hacia fines de la década del ´80 en la zona de Entre Ríos, probablemente en un cargamento de madera infestada”, explicó a la Agencia CyTA el doctor Juan Corley, investigador independiente de CONICET y responsable del Laboratorio de Ecología de Insectos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Bariloche.
Actualmente es posible registrar su presencia en las principales regiones forestales de nuestro país: la Mesopotamia, Córdoba, Buenos Aires y en las provincias patagónicas de Neuquén, Río Negro y Chubut. “El impacto económico en el país no está cuantificado aún, sin embargo se han registrado importantes epidemias, con niveles de daño que pueden superar el 80 por ciento de árboles muertos en un corto lapso de tiempo, indicó José Villacide, Técnico del Laboratorio que dirige el doctor Corley.
Según explicaron los investigadores, cuando una hembra de la especie de la avispa de la madera detecta un árbol susceptible, le inyecta, además de huevos, un mucus fitotóxico y las esporas de un hongo que degrada la madera. La acción conjunta entre el mucus y el hongo es lo que determina el decaimiento general del árbol atacado. Luego de la eclosión de los huevos depositados, las larvas de la avispa se desarrollan y se alimentan de la madera previamente degradada por el hongo.
Difíciles de controlar
En la actualidad, el Laboratorio de Ecología de Insectos de INTA en Bariloche estudia tanto aspectos básicos como aplicados de la ecología de insectos plagas en general y de la avispa de los pinos en particular.
“Nos interesa profundizar sobre los rasgos de la historia de vida que determinan la dinámica de estallidos poblacionales y su relación con la gran capacidad invasora de la avispa de los pinos. Entre los objetivos particulares, y a modo de ejemplo, nos interesa conocer su capacidad de dispersión dentro y entre plantaciones, y como se relaciona esto con el patrón de expansión regional histórico de la plaga. De esta manera es posible comparar la dinámica de invasión en Argentina con las observadas en otras regiones del planeta. Esto permite ahondar en los mecanismos que explican su capacidad invasora, entre otros aspectos ecológicos”, puntualizó Corley.
El control de esta plaga se basa principalmente en la introducción de enemigos naturales entre los que se destaca una especie de gusano parasito. “Se trata del Beddingia siricidicola. Este biocontrolador es liberado en el campo mediante su inoculación dentro de los árboles atacados por la plaga. Una vez dentro de la madera, se mueve hasta localizar una larva de Sirex noctilio, las parasita sin matarlas provocando una atrofia de los órganos sexuales”, explicó Villacide.Las hembras infectadas se vuelven estériles. Por su parte, estas hembras son las encargadas de dispersar el parásito. “Este enemigo natural ha sido históricamente mencionado como el principal agente de control de la plaga. Sin embargo, durante los últimos años se ha reportado una alta variación en su eficiencia a nivel mundial. Las causas, son diversas, y se mencionan desde problemas asociados a la técnica de liberación, la perdida de efectividad de las cepas y los efectos del clima sobre su supervivencia y reproducción, entre otras”, subrayó Corley. Y agregó: “Nuestro estudios sobre las dispersión de la plaga son particularmente relevantes al momento de determinar el modo de distribuir este parásito en las plantaciones afectadas por esta dañina plaga. Apuntamos a avanzar en investigaciones sobre la ecología y el comportamiento de los insectos en general a fin de mejorar nuestra capacidad de controlar las plagas en forma más eficiente.”
Plantación de pinos con un alto grado de ataque por Sirex noctilio, en el Noroeste de la Patagonia, Argentina.
Créditos: Laboratorio de Ecología de Insectos -INTA EEA / Bariloche
Hembra de la avispa de la madera, Sirex noctilio.
Créditos: Laboratorio de Ecología de Insectos -INTA EEA / Bariloche