Fue puesto en marcha el portal de Ciencia Nueva que incluye la digitalización de los 29 números de la edición impresa de esa revista aparecidos entre 1970 y 1974 en la Argentina. Con material de más de 300 autores, entre ellos premios Nobel del país y del exterior, Ciencia Nueva fue uno de los más importantes instrumentos de debate de la década de los ‘70. Sus artículos, vigentes en la actualidad, aportan una perspectiva crítica sobre el desarrollo científico-tecnológico del presente.
(15/12/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Entre 1970 y 1974 circuló en la Argentina una publicación activa y creativa que se llamó Ciencia Nueva y mantenía informados tanto a legos como a especialistas acerca de las últimas novedades científicas y de los debates políticos, sociales e ideológicos que giraban en torno a la realidad del mundo y del país y que estaban vinculados con las ciencias. Teniendo en cuenta la vigencia de los temas abordados en los 29 números y 16 libros de esa publicación, el ingeniero civil -egresado de la UBA- Ricardo A. Ferraro, que creó dicha publicación con un equipo de colegas-decidió no sólo publicar el libro “CIENCIA NUEVA, debates de hoy en una revista de los ´70” (en una edición del autor) -que incluye una selección de artículos, cartas y debates que aparecieron en CN- sino que también anunció la inauguración del portal www.ciencianueva.com donde están digitalizados no sólo todos los números de dicha publicación, sino también nuevos materiales de divulgación.
“No bien comenzó a publicarse y distribuirse en kioscos, librerías y universidades Ciencia Nueva (CN) se convirtió en un foro de debate de voces discrepantes en el que participaron destacados científicos argentinos y del exterior y también sus lectores, seguramente porque encontraron un ámbito que era leal –es decir, donde no se censuraban ni distorsionaban las opiniones de los autores– y que era capaz de convocarlos”, indica Ferraro.
En los 29 números y 16 libros publicados participaron más de 300 autores, tanto argentinos como extranjeros. “Podemos citar a argentinos como Rolando García, Mario Bunge, Gregorio Klimovsky, Oscar Varsavsky, Jorge Sabato, Daniel Goldstein, Jacques Mehler, José F. Westerkamp, Jorge Schvarzer, Risieri Frondizi, Fernando Storni, Marcelino Cereijido, Oscar A. Mattiussi y Alberto Aráoz, junto con los latinoamericanos Félix Cernuschi, Alfredo Jadresic Vargas, Víctor Urquidi, Oscar Maggiolo, Juan Antonio Grompone y Juan J. Alva Correa y extranjeros de ’más lejos’, como Francois Jacob, Jonathan Beckwith, Alexandre Grothendieck, el notable divulgador francés Joël de Rosnay, José Manuel Olavarría, Walter Kugler, Mischa Cotlar, Roberto Fernández Prini, Víctor Penchaszadeh, Hilario Fernández Long (dedicado sólo al juego de Go) Jean Marc Levy-Leblond, François de Closets, así como el neurólogo, fisiólogo e investigador Roger Bannister (el primer hombre que corrió una milla en menos de cuatro minutos), Nguyen Dang Tam (nacido en Vietnam, estudió agronomía en París y química en Tübingen y se convirtió en un especialista en guerras químicas)”, puntualiza Ferraro, quien en la década de los ‘60 trabajó en un equipo de informática dedicado al diseño de autopistas en el Ministerio de Obras Públicas de Francia y que también fue docente en la Maestría de Política y Gestión de la ciencia y la tecnología de la UBA y consultor del IIPE-UNESCO.
Ferraro opina que en las páginas de las revistas y los libros de CN está condensado lo esencial del debate sobre ciencia y tecnología de ese momento clave de la historia argentina que transcurrió entre 1970 y 1974.
“CN quiere ser un lugar de discusión, un lugar desde donde se apueste a la madurez crítica para juzgar y para decidir el desarrollo de la ciencia que hace falta. Quiere ser, también, un lugar de información de la actualidad científica argentina, latinoamericana y mundial. Pero no es, no será, una revista de divulgación tal como ésta se suele entender, presentando a un público pasivo el resultado de investigaciones que otros hicieron y que no se discuten, como si la ciencia estuviese terminada, cada día, a los ojos del ‘profano’”, explica Ferraro. Y continua: “Sus páginas no son sólo nuestras, le pertenecen a todos aquellos que tengan algo que decir sobre el tema. Su éxito o su fracaso depende, en realidad, de este diálogo, de esto que solicitamos como colaboración y que se debe, como toda la revista, a la presente generación de argentinos.”
¿Por qué CN?
En el recientemente publicado libro “CIENCIA NUEVA, debates de hoy en una revista de los ´70” se incluye la editorial del primer numero de la publicación, en el que Ferraro y sus colegas dan cuenta de las intenciones que dieron origen a esa revista científica que llamó la atención de investigadores, estudiantes, políticos y ciudadanos.
“En 1970 era ya suficientemente claro que ninguna generación había tenido sobre sus espaldas las dramáticas responsabilidades de decidir cómo vivirán -y si vivirán- las generaciones venideras. Ninguna dispuso de un poder tan enorme, ni de una influencia que abarcara, como hoy, a todos los hombres de la Tierra”, escribió el equipo editorial en el primer número de la publicación. Y destacan que, si bien la humanidad dispone de conocimientos científicos y técnicos como para terminar con todas las necesidades más acuciantes, eso no ocurre porque “la concentración de poder económico y político en manos de pequeños grupos privilegiados, hace que estos recursos sólo sean utilizados en su exclusivo beneficio”.
En este contexto, Ferraro y sus colegas destacan la necesidad de seguir un camino diferente que apunte a hacer que la humanidad en su conjunto participe en el desarrollo científico. “Esto no significa que todos deban especializarse en alguna rama de la ciencia, despreciando otras formas de producción material o cultural. Significa, sí, que si el resultado de la ciencia afecta a todos los hombres, sean o no concientes de ello, es imprescindible que todos los hombres tengan acceso a la revisión de las metas, de sus ritmos y de sus logros”, afirman para describir algunas de las razones por las cuales crearon CN.
“Desde fines de 1973 creí -y muchas veces repetí- que el editorial del último número de CN explicaba por que no aparecería más. Al preparar el libro, verifiqué que nunca escribí esa justificación. Sólo puedo repetir la frase que siembre incluí en mis explicaciones: ‘Esta es una hora en la que en la Argentina se habla más de muerte que de ciencia’”, subraya Ferraro.
“Ha pasado mucho tiempo desde que se publicara CN, pero estamos en mejores condiciones que entonces. Es factible e imprescindible, por lo tanto, generar un nuevo ámbito de debate y reflexión en el campo de las ciencias y las tecnologías, máxime teniendo en cuenta que, a diferencia de aquellos años, hoy estas ramas del saber tienen significados diferentes”, señala Ferraro. Y continua: “Actualmente hay más apoyo -en particular, presupuestario- y menos persecución a las ciencias y tecnologías pero, contradictoriamente, se ha perdido en la sociedad la costumbre y voluntad de discutir ideas y de alentar verdaderos debates.”
Como en el pasado, “desde CN queremos aportar un instrumento útil y válido para propiciar el desarrollo de ideas generadoras que permitan el avance y consolidación de políticas que la Argentina debe reclamar”, concluye Ferraro.
En el libro “Ciencia Nueva, debates de hoy en una revista de los ´70””, el ingeniero civil -egresado de la UBA- Ricardo A. Ferraro, que creó esa revista científica con un equipo de colegas-incluye una selección de artículos, cartas y debates que aparecieron en los 29 números y 16 libros de esa publicación También anuncia la inauguración del portal www.ciencianueva.com donde están digitalizados no sólo todos los números, sino también nuevos materiales de divulgación.
Crédito de la foto: Ricardo Ferraro