A partir del análisis de líquenes que crecen en los árboles investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba demostraron que en algunas zonas de esa ciudad empeoró la calidad del aire. El trabajo ha servido como punto de partida para la elaboración de una ordenanza que quedó incorporada a la normativa de la Municipalidad de Córdoba y que impone el monitoreo con líquenes de la calidad del aire de esa ciudad.
(10-03-11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. Aunque no debería ser así, uno de los tantos precios que pagan quienes viven en las zonas urbanas es el de respirar aire de baja calidad. Un estudio publicado en la revista científica Environmental Monitoring and Assessment identifica puntos de la ciudad argentina de Córdoba dónde la calidad del aire es muy mala, según criterios científicos que fueron manejados por científicos de la Universidad Nacional de Córdoba.
Para medir la calidad del aire, suelen emplearse equipos de medición de gases. “Son equipos costosos que requieren bombas para filtrar aire permanentemente conectados a computadoras que van registrando los diferentes elementos”, señaló a la Agencia CyTA la autora principal del estudio, la doctora Cecilia Estrabou que se desempeña como docente e investigadora del Centro de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Y agregó: “En nuestra investigación empleamos bioindicadores, esto es seres vivos sensibles a la contaminación. En este caso usamos líquenes. Viven en los árboles y nos cuentan la historia de vida de ese lugar, ellos se alimentan del aire por lo que registran su calidad necesariamente.”
Hay aires y aires
De acuerdo con la doctora Estrabou el aire tiene alrededor del 78,08 por ciento de nitrógeno (N2), 20,94 por ciento de oxígeno (O2), 0,035 por ciento de dióxido de carbono (CO2) y 0,93 por ciento de gases inertes como el argón y el neón. “Esto es muy variable y depende de condiciones ambientales: luz, humedad y topografía, entre otros factores”, puntualiza la investigadora de la UNC.
Si el aire es de buena calidad los líquenes que crecen en los árboles se desarrollan en forma óptima, de lo contrario presentan indicios de deterioro. “La metodología que empleamos en el estudio se basó en el censo de la comunidad de líquenes epífitos sobre árboles de vereda (forófitos) con el fin de obtener un índice de pureza atmosférico (IPA, que varía de “muy buena” a “muy mala”) para cada punto de censo”, destacó Estrabou. Y agregó: “Para esto, se realizó un muestro sistemático sobre 576 estaciones que resultaron de trazar una grilla regular sobre el territorio de la ciudad de Córdoba, conteniendo celdas de un kilómetro de lado. Dentro de éstas, se determinó un área de 200 metros de radio alrededor de cada punto, en la cual se censaron tres forófitos.”
Para medir el estado de los líquenes, los investigadores de la UNC recurrieron a la fotografía digital. “Obtuvimos imágenes de los líquenes sobre una grilla de 20 cm x 20 cm colocada sobre la cara sudoeste del tronco y a 1,5 metros del suelo. Posteriormente los valores de cobertura se determinaron en porcentaje. Para esto se utilizó un programa de software que permite calcular con precisión la superficie de objetos dentro de fotografías”, indicó Estrabou.
De acuerdo con el análisis de las imágenes, los investigadores de la UNC determinaron el índice de pureza atmosférico dividido en cuatro categorías: “Muy mala”, “Mala”, “Buena” y “Muy buena”.
“Puede estimarse que la calidad del aire en la mayor parte de la ciudad de Córdoba es mala. De los 341 puntos muestreados, se registraron 302 puntos con valores IPA menores a 3 (entre ‘mala’ y ‘muy mala’) y sólo 39 puntos con valores de IPA iguales o mayores a 3 (entre ‘buena’ y ‘muy buena’). Los puntos con mejor calidad de aire se localizan en el noroeste del ejido (área con mayor densidad de vegetación en todo el ejido) y en el sureste (barrios con gran cantidad de forófitos de vereda y plazas de gran superficie)”, subrayó la doctora Estrabou.
Por el contrario los sitios en lo que se presenta una menor calidad del aire se sitúan en el centro y en el noreste de la ciudad. “En este último, posiblemente, la causa sea la utilización de pesticidas y fertilizantes químicos en los campos de cultivo que allí abundan. Las zonas del ejido que presentaron los valores de cobertura total más altos fueron el noreste y sudeste”, afirmó la autora principal del estudio. Y agregó: “La perdida de calidad del aire en Córdoba se debe en primer lugar a la gran cantidad de transito automotor, en segundo lugar se ubica la contaminación industrial. Estos factores aceleran el proceso de la desaparición de espacios verdes.”
Ordenanza de la municipalidad de Córdoba
La contaminación de la calidad de aire se define, operativamente, en términos de concentraciones por encima de los niveles aceptados por las normas vigentes, explico Estrabou. Y resaltó que las técnicas para valorar la contaminación son costosas, “por lo que la utilización de líquenes como biomonitores se generaliza cada vez más en el mundo, ya que permiten una medición inmediata de los niveles de contaminación en grandes áreas, constituyéndose en señales de alarma temprana.”
En este sentido, la investigadora de la UNC informó que a partir de su proyecto se elaboró una ordenanza que quedó incorporada a la normativa de la Municipalidad de Córdoba y que impone el monitoreo con líquenes como bioindicadores para la ciudad.
Las mediciones descritas en el estudio mencionado fueron realizadas entre 2008 y 2009. “En nuestro segundo informe del presente año 2011 hemos observado que en el sureste de la ciudad, donde hay barrios con gran cantidad de forófitos de vereda y plazas de gran superficie, y que estaba en buenas condiciones sufrió ahora un importante deterioro”, destacó Estrabou. Y concluyó: “este modelo de crecimiento que toma como índice del éxito la venta de automotores (mas de 600 mil en el último año en todo el país) es un suicidio colectivo. Es necesario cambiar drásticamente nuestra forma de vida como sociedad porque no hay manera que este planeta siga soportando el impacto.”
El análisis de los líquenes que crecen en los árboles suministra información sobre la calidad del aire.
Créditos: Gentileza de la Dra. Cecilia Estrabou
La autora principal del estudio, la doctora Cecilia Estrabou, docente e investigadora del Centro de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba
Créditos: Gentileza de la Dra. Cecilia Estrabou