En Tecnópolis, megamuestra de ciencia presentada en Buenos Aires, una de las principales atracciones es un espacio destinado al Gran Colisionador de Hadrones. El público tiene la oportunidad de entrar por un túnel que lo lleva a conocer –a través de sensaciones, movimientos y un video que se proyecta mediante un sistema de 6 pantallas unificadas de manera semicircular- esa obra de ingeniería constituida por el acelerador de partículas más grande del mundo.

(30/09/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-.  Viajar desde la Argentina a Suiza conocer el Gran Colisionador de Hadrones (LCH, según sus siglas en inglés) sale caro, pero hasta el domingo 27 de noviembre quienes visiten Tecnópolis – megamuestra científica organizada por la Unidad Ejecutora Bicentenario, perteneciente a la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, y de acceso libre- tendrán la oportunidad de ingresar a un túnel que les permitirá conocer, a través de sensaciones, movimientos e imágenes, de qué se trata esa importante obra de ingeniería.

La muestra sobre el LCH se centra en el experimento ATLAS cuyo objetivo es descubrir partículas y las fuerzas entre ellas presentes en los primeros instantes del Universo después del Big Bang. De esta manera se pueden estudiar las leyes de la física en condiciones extremas responsables de la evolución del Universo.

En el LCH original, participan más de dos mil físicos que representan a 37 países, incluida la Argentina. Se trata del  acelerador de partículas más grande del mundo construido en un túnel circular de 27 kilómetros de circunferencia bajo la superficie de la frontera suizo francesa en la sede del Centro Europea para la Investigación Nuclear (CERN, según sus siglas en francés).

Viaje al Colisionador de Hadrones

En el espacio de Tecnópolis dedicado al LCH el público ingresa por un “túnel” a través de una pasarela y las paredes van girando. Luego se llega a unos platos giratorios y un locutor anuncia la bienvenida al público y  adelanta que “descenderán” bajo tierra. En ese momento el piso comienza a moverse y los platos donde está parado el público comienzan a girar, dando la sensación de “descenso”.

A continuación se presenta un video que explica qué es el LCH. El video se proyecta mediante el sistema Watch Out de 6 pantallas unificadas de manera semicircular, con lo que el espectador disfruta de una visión “envolvente” de 180 grados. Durante la proyección del video las personas experimentan movimientos en los soportes del espacio en los que se ubican. El video juega con la idea del origen, los comienzos y las preguntas de la humanidad sobre nuestro origen. ¿De qué estamos hechos? A partir de ahí, se enumeran preguntas cuya respuesta buscan hallar cientos de científicos que trabajan en el LCH.

La doctora en física María Teresa Dova explicó a la Agencia CyTA que “el LCH fue diseñado para colisionar, de manera frontal, miles de millones de haces de protones y núcleos pesados (unidades básicas de la materia que compone el Universo) circulando en direcciones opuestas a una velocidad cercana a la de la luz”.

“Mediante su empleo se espera poder responder cómo se presenta la materia subatómica en su nivel más elemental, cuáles son sus fuerzas y sus componentes básicos. Esta máquina fantástica permite visualizar partículas que estuvieron presentes en los primeros instantes después del Big Bang, momento en que se originó el universo. A partir de millones de esas colisiones en las que se producen  a su vez miles de partículas nuevas que se registran en los detectores, es posible obtener información relevante sobre la materia”, señaló Dova, que es investigadora del CONICET en el Instituto de Física La Plata, además de dirigir desde 2006 un grupo de investigación que participa en el Experimento Atlas.

Para mantener las trayectorias de los haces el LCH hace uso de campos magnéticos muy intensos que sólo se alcanzan mediante el empleo de imanes superconductores a lo largo de los 27 km del anillo instalado bajo la frontera suizo francesa. “Para que funcionen adecuadamente deben ser enfriados a −271,25 °C, lo que resulta en la mayor instalación de criogenia (técnicas para producir frío) en el mundo”, destacó la doctora Dova.

Asimismo la investigadora subrayó que la muestra en pequeña escala del LCH que se presenta en Tecnópolis constituye una oportunidad para que el público pueda entender “no sólo nuestra fascinación por lo que hacemos sino compartir nuestra búsqueda de respuestas a preguntas relativas al Universo, por ejemplo, de qué está hecho y cómo funciona, entre otros interrogantes”.

 

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A la muestra sobre el Gran Colisionador de Hadrones  se ingresa por un “túnel” a través de una pasarela mientras las paredes van girando. Recrea la atmósfera del túnel de 27 kilómetros del acelerador de partículas más grande del mundo construido bajo la frontera de suizo francesa. 

Créditos: Prensa y Difusión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

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A través de sensaciones de movimiento, juego de luces y de un sistema de 6 pantallas unificadas de manera semicircular, el público se entera qué es el Gran Colisionador de Hadrones, cómo funciona y qué preguntas intentan responder los científicos que participan en ese proyecto internacional.

Créditos: Prensa y Difusión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

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El interés que ha despertado el Gran Colisionador de Hadrones se refleja en las miles de personas que hacen fila para entrar en la muestra que se armó en Tecnópolis.

Créditos: Prensa y Difusión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva