Serie: Los medicamentos / Su acción
(16/11/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler)- . Un medicamento tiene el objetivo de aliviar síntomas o de curar enfermedades. Es un producto que fabrica el hombre y está diseñado para que mejore, compense desequilibrios de la salud o prevenga enfermedades. La mayor o menor efectividad de su acción depende de muchos factores, entre ellos: la vía de ingreso, su velocidad de absorción y distribución en el organismo al que se le administra dependiendo y sobre todo de la capacidad de modificar la actividad celular de la zona en donde debe actuar.
La molécula del fármaco debe estar diseñada para llegar al lugar de acción con la mayor efectividad posible y tener la capacidad de asociarse a las células sobre las que deba actuar generando de ese modo una respuesta o efecto.
Un organismo vivo está formado por diferentes sistemas que interaccionan entre sí y estos a su vez por órganos cuyos tejidos están diferenciados acorde con la función bioquímica que deben cumplir. Las células de las diferentes zonas del organismo poseen sitios llamados receptores farmacológicos en donde se puede fijar el medicamento para generar una acción. Hay una extensa variedad de receptores que tienen diferentes acciones según el lugar de la célula en donde se encuentren. Estos se están distribuidos en mayor o menor porcentaje, no sólo en las membranas celulares, sino también en la también en la parte interna (citoplasma o núcleo), su función es la de unirse al fármaco y modificar la actividad celular, desencadenando la respuesta o acción que se desea lograr.
Un fármaco se clasifica como agonista cuando al unirse al receptor modifica la actividad celular generando el efecto deseado y es antagonista cuando se une al receptor pero no es capaz de modificar la actividad celular o sea que no genera respuesta. Muchas veces este antagonismo es útil en farmacología para inhibir respuestas que podrían ser indeseadas, por ejemplo algunos antihistamínicos antagonizan la liberación de la histamina como respuesta inflamatoria.
Las respuestas celulares que se buscan generar con la intervención de un fármaco son variadas, entre ellas podemos mencionar:
-La célula se hace más permeable o impermeable a la entrada de sustancias.
-Se aceleran algunos procesos químicos y se retardan otros (actúan sobre enzimas metabólicas celulares).
-Cambio de la comunicación intercelular.
Lo fundamental de la acción farmacológica es que el fármaco llegue a través del torrente sanguíneo al órgano o sistema de órganos en donde se instaló el síntoma o la enfermedad y una vez allí, genere la respuesta adecuada uniéndose a las células del lugar, modificando su bioquímica y provocando el efecto deseado con la menor cantidad de efectos colaterales o tóxicos.