En una entrevista concedida a la Agencia CyTA el prestigioso especialista en ciencias de la educación Juan Carlos Tedesco, profesor-investigador de la Universidad Nacional de San Martín, ex Ministro de Educación y ex Director de la Oficina Regional de. Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, destaca que el desarrollo social debe incluir entre sus ejes a la alfabetización en ciencias.

(14/03/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. En la actualidad los avances científicos y tecnológicos están generando efectos muy variados y transformadores en las sociedades, aunque persiste la brecha que existe entre esos adelantos y el conocimiento que tiene gran parte de la ciudadanía. Para conocer el rol de la educación en la democratización del conocimiento científico la Agencia CyTA entrevistó al doctor Juan Carlos Tedesco, especialista en ciencias de la educación, profesor-investigador de la Universidad Nacional de San Martín, ex Ministro de Educación y ex Director de la Oficina Regional de. Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe.

¿Cuál es la importancia de la ciencia para el desarrollo de los países y qué papel puede jugar la enseñanza de las ciencias en las escuelas al respecto?

Desde hace mucho tiempo se ha reconocido que el desarrollo social (no sólo el económico) está asociado a la educación. Este consenso ha adquirido una renovada importancia a partir del desarrollo de las tecnologías de la información y su impacto en la sociedad. Hoy no caben dudas de que la alfabetización científica es formación ciudadana. Para comprender, juzgar y tomar decisiones con respecto a la política económica, al cuidado del medio ambiente o a las estrategias de salud pública, entre muchos otros temas, los ciudadanos deben ser capaces de analizar las propuestas de los diferentes partidos políticos y elegir el camino que consideren más cercano a sus valores y necesidades. Todos esos temas y debates exigen altos niveles de información y reflexividad, condiciones necesarias para tomar decisiones concientes. La escuela es, en definitiva, el instrumento más eficaz para la distribución democrática de los conocimientos y por eso la enseñanza de ciencias en la escuela tiene una importancia tan significativa. Para la mayor parte de la población, la escuela es la única oportunidad de aprendizaje sistemático a la cual pueden acceder.

¿Qué opina sobre cómo se enseñan las ciencias en las escuelas en la Argentina?

Las evaluaciones nacionales e internacionales han diagnosticado hasta el cansancio tanto las carencias como las necesidades de mejorar la enseñanza de matemática, ciencias exactas y naturales, particularmente en los niveles primario y secundario del sistema educativo. Esas mismas evaluaciones confirman algo que ya sabíamos: los resultados escolares están estrechamente asociados a las condiciones materiales de vida de las familias. Existe, en este sentido, un fuerte determinismo social en los logros de aprendizaje, comprendidos en ellos los que se refieren a las ciencias.

¿Ha habido cambios importantes en los enfoques educativos?

Los movimientos destinados a promover mejoras en la enseñanza de las ciencias han sido organizados tradicionalmente por los educadores, especialmente por los profesores que intentan renovar la enseñanza de esas disciplinas. Un avance en este sentido es la incorporación a estos movimientos, en los últimos años, de buena parte de los investigadores y de la comunidad académica y científica en general. Al respecto, es importante destacar que las Academias de Ciencias de muchos países y varios Premios Nobel en ciencias, se han sumado a las voces que reclaman y diseñan estrategias para alcanzar este objetivo. En nuestro país se llevan a cabo numerosas experiencias diseñadas tanto por grupos de científicos, universidades, docentes o institutos de investigación. El Instituto Sangari, por ejemplo, ha llevado a cabo una experiencia piloto exitosa en dos provincias y a una escala significativa. Pero todos sabemos, sin embargo, que estos esfuerzos dispersos de educadores y científicos no son suficientes para modificar patrones culturales fuertemente arraigados en la población y en las propias administraciones educativas. Los testimonios y los indicadores al respecto son elocuentes, particularmente aquellos que permiten apreciar la significativa distancia que existe hoy entre la cultura juvenil y la cultura científica.

¿Cuál es el rol que deberían jugar los dirigentes políticos?

Creo que ha llegado el momento en el cual deben asumir su papel y su responsabilidad para enfrentar con éxito el desafío de incorporar la cultura científica a la cultura popular. Algunos líderes políticos ya han tomado conciencia de la importancia de este tema y lo han incorporado a su agenda de trabajo. Sin embargo, su enfoque dominante consiste en señalar el impacto de la formación científica en la competitividad económica del país. Este impacto es innegable y no puede ser subestimado. Pero la reducción economicista acerca de la necesidad de mejorar la enseñanza de las ciencias no abre perspectivas para una formación científica de carácter universal.

¿Tal vez sea necesario resaltar la relación entre cultura científica y participación ciudadana?

Así es. Es necesario que los dirigentes y los líderes políticos asuman que estamos hablando de formación ciudadana, de democracia cognitiva, de participación seria y responsable en la toma de decisiones. Los líderes políticos reclaman reflexión por parte de la ciudadanía para juzgar sus propuestas. Por lo tanto, son ellos los que deberían encabezar un gran movimiento cultural en ese sentido. No hacerlo contribuye a aumentar el escepticismo de la ciudadanía acerca de la verdadera voluntad política para  construir democracias sólidas, basadas en la participación plena de todos los ciudadanos en los debates que definen el futuro de la sociedad.

¿Qué cambios propone para mejorar la educación de las ciencias?

Desearía poner el acento en la formación docente como una variable clave para el mejoramiento de la enseñanza de las ciencias. Los profesores de ciencias y de matemáticas, particularmente en los niveles obligatorios del sistema educativo, son un factor fundamental para mejorar los resultados. Podemos (y debemos) poner más horas de clase destinadas a estas disciplinas, equipar a las escuelas con laboratorios y material didáctico adecuado, cambiar los planes de estudio y mejorar las condiciones materiales de trabajo, pero todo eso no provocará un impacto significativo si los docentes no están técnica y profesionalmente preparados para enfrentar los problemas de aprendizaje de los alumnos.

 FOTO JUAN CARLOS TEDESCO

 

Para el prestigioso especialista en ciencias de la educación Juan Carlos Tedesco, profesor-investigador de la Universidad Nacional de San Martín, ex Ministro de Educación y ex Director de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, hoy no caben dudas de que la alfabetización científica es formación ciudadana.