No es un fruto típico de la región, pero cada vez más productores se animan a cosecharlo. Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral buscan métodos para obtener buenos resultados.
(27/06/12 – Agencia CyTA / Comunicación científica UNL. Por Fernando López)- . En Argentina se destinan unas 3.000 hectáreas de campo para cultivar melones. La principal producción se concentra en Santiago del Estero, San Juan y Mendoza, y en menor medida en Salta, Entre Ríos y La Rioja. Mientras tanto, en Santa Fe existe un creciente interés de los productores por este cultivo. Es por ello que investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) estudiaron el efecto de la temperatura sobre los frutos y experimentaron tecnologías que permitan mejorar su calidad en esta región.
Según explicó Carlos Bouzo, del departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, Santa Fe no es una provincia productora típica de melón. “Podría ser incorporado en la región, pero todavía hay que resolver muchos problemas de calidad”, afirmó.
A esa conclusión arribaron luego de estudiar los efectos de la temperatura sobre distintas variedades de melón –cantaloupe, piel de sapo, amarillo y rocío de miel– y de aplicar un sistema de fertilización mediante “fertirriego” (aplicación de fertilizantes sólidos o líquidos por sistemas de riego).
Bouzo destacó que el melón es un cultivo de alta estacionalidad, que además tiene una vida de poscosecha relativamente corta, aunque dependiente de las variedades. “Por ello existía la necesidad de generar conocimientos que permitieran incrementar no sólo la duración del producto luego de la cosecha, sino también su calidad de aroma y sabor”, contó.
El investigador destacó que en el país existen zonas de producción denominadas “tempranas”, que por sus condiciones climáticas temperadas durante el invierno permiten el ingreso de melón a los mercados nacionales de manera anticipada. Estas zonas incluyen Orán en Salta, Santiago del Estero y Chajarí, en el extremo noreste de Entre Ríos. Luego, se encuentran las zonas tradicionales de producción de estación, que son las que tienen mayor calidad, como la región de Cuyo, básicamente en San Juan y Mendoza. También en los últimos años está creciendo la producción en La Rioja.
“Santa Fe podría ser una provincia productora de melón, pero hay que resolver problemas como el rajado de la fruta, la menor duración en poscosecha o el tenor de azúcares”, señaló Bouzo.
Tras realizar estudios en Colón (Entre Ríos), Coronda, Ángel Gallardo y Esperanza (Santa Fe) y Media Agua (San Juan), Bouzo y sus colegas concluyeron que no es posible asegurar totalmente el éxito del sistema de aplicación de nutrientes, porque se deben tener en cuenta las condiciones ambientales de la zona, el momento de aplicación en función del estado de desarrollo del cultivo y la hora del día en que se realiza.