Un estudio realizado por investigadores de Conicet y de la Universidad Simon Fraser de Canadá reveló que la población del ave está declinando.
(24/08/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un trabajo científico argentino-canadiense sobre el curioso pato vapor, un ave marina no voladora endémica de Chubut y una de las más emblemáticas de la provincia, confirmó que se trata de una especie un alto riesgo de extinción en estado silvestre y que deben tomarse recaudos para su conservación.
Atendiendo a la recomendación, la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) acaba de recategorizar a la especie al estado de “vulnerable”. Anteriormente, figuraba como “casi amenazada”, un rubro que implica menor nivel de preocupación, porque se consideraba que la población del ave no estaba declinando.
Para uno de los autores del informe, el doctor Pablo García Borboroglu, investigador de CONICET del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) y presidente de la Sociedad Global de Pingüinos, la nueva categoría implica que se tomen recaudos para su protección y que los gobiernos sean muy cautelosos en las medidas que puedan afectar al manejo de la especie y de su hábitat.
Borboroglu, María Laura Agüero de CENPAT y Daniel Esler de la Universidad SimonFraser, de Canadá, encontraron que, pese a que se han reportado avistamientos ocasionales en extremos tales como Península Valdés y el Canal de Beagle, la distribución del pato vapor cabeza blanca Tachyres leucocephalus está restringida a una franja más estrecha de 700 kilómetros de costa en la Patagonia. El número total de individuos, determinado mediante contabilización y métodos de extrapolación, “oscilaría entre los 3.428 y 3.673 adultos reproductores”, afirmó Agüero. Los ejemplares juveniles, en tanto, serían poco menos de 2.000.
El Parque Interjurisdiccional Marino Golfo San Jorge, creado en 2007 y ubicado entre las ciudades chubutenses de Camarones y Comodoro Rivadavia, alberga alrededor del 46 por ciento de la población, lo cual podría representar una medida de protección frente a disturbios o destrucción del hábitat.
Sin embargo, los científicos infieren que la población total está declinando. La contaminación por hidrocarburos y otras actividades humanas, junto con la introducción de especies como el cangrejo verde o el alga Undaria, representan un potencial peligro para el ave, advirtieron los investigadores. También parecen estar amenazados durante la estación reproductiva por la gaviota cocinera, la misma especie que adoptó la perniciosa costumbre de atacar el lomo de la ballena franca austral para alimentarse de su piel y su grasa.
El pato vapor lleva ese nombre porque, cuando nada rápido, agita sus alas y patas recordando a los antiguos barcos a vapor con paletas laterales.
Pato Vapor macho.
Créditos: L. Agüero