La presencia cada vez mayor de distintas industrias pone en riesgo este refugio de vida silvestre, afectando al ostrero pardo y otras aves que se alimentan de cangrejos.

(22/10/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir-Sol Kuyén).  Los estuarios, allí donde lo dulce del río se funde con lo salado del mar y conviven en armonía aves, cangrejos, tiburones y delfines, representan una vital fuente de recursos para las poblaciones costeras. Además, las especies vegetales que conforman las marismas proveen una defensa natural frente a la marea alta y las tormentas. Sin embargo, en Bahía Blanca, este mosaico de biodiversidad está perdiendo su amalgama de sabores y colores por el impacto de la actividad humana.

La doctora en ciencias biológicas Pía Simonetti, becaria posdoctoral del Instituto Argentino de Oceanografía que depende del CONICET y la Universidad Nacional del Sur, ha estudiado las consecuencias del desarrollo industrial costero y la circulación de grandes buques sobre el ave ostrero pardo, que vive y se reproduce allí.

En un trabajo que formó parte de su tesis doctoral, dirigida por los doctores Jorge Marcovecchio y Sandra Fiori, Simonetti constató la presencia de niveles preocupantes de metales pesados en los huevos del ostrero pardo y en algunas de sus presas, como cangrejos y ciertas lombrices de mar.   Pero no es la única afectada. Como el avance de las industrias sobre el terreno impactó de forma directa sobre los cangrejales y alteró su hábitat, también se están viendo perjudicadas muchas aves locales y migratorias que se alimentan de estos crustáceos. “La gaviota cangrejera, emblema de Bahía Blanca, tiene una colonia de nidificación inmensa pero se encuentra en estado de vulnerabilidad. Como cerca del 80 por ciento de su población se encuentra en el estuario, la pérdida de hábitat y la disminución de sus presas pone en riesgo a su población”, puntualizó la investigadora.

Simonetti también denunció el peligro de la pesca masiva, que afecta la posibilidad de captura para los pescadores artesanales, y alertó sobre aparición de especies exóticas, como un bivalvo que no había sido descripto nunca en la zona costera entre Brasil y Bahía Blanca y que se supone que habría sido traído por los buques.

Actualmente, Simonetti comenzó a trabajar en su tesis posdoctoral, con el objeto de establecer el estado del estuario en función de los cambios históricos en distintos elementos del ecosistema, como valores de pH y salinidad.

cangrejo

Cangrejo habitante de la zona

ostrero pardo

Ostrero pardo

bahia

Puerto de Bahia Blanca

Créditos: Gentileza Dra Pía Simonetti