Científicos del CONICET revelaron que, para protegerse del puma y otros posibles predadores, estos camélidos adoptan posturas de alarma o disparan señales de alerta que benefician a todo su grupo.
(29/10/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Para protegerse del puma y otros predadores, los guanacos se organizan para vigilar el entorno de una manera cooperativa. Detalles de esta guardia colectiva “planificada”, que propicia que estos camélidos puedan vivir en grupo, han sido dilucidados por científicos del CONICET en la provincia de Mendoza
Paula Taraborelli, investigadora del Laboratorio de Desertificación y Ordenamiento Territorial del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA), condujo sus estudios en la Reserva Provincial La Payunia, ubicada en el departamento de Malargüe, en el sur mendocino.
La “vigilancia cooperativa” es uno de los principales mecanismos para eludir ataques, señaló Taraborelli. “Los individuos del grupo emiten llamadas de alerta o adoptan posturas de alarma que activan las respuestas de los demás integrantes. Además, permite que grandes grupos puedan huir a una distancia mayor de los predadores, porque los detectan a mayor distancia o porque es mayor la probabilidad de que al menos un individuo reaccione”, destacó la integrante del Grupo de Investigación en Ecofisiología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad Nacional del Comahue.
Según la investigación publicada en la revista Behavioural Processes, el efecto de grupo posibilitó una reacción más rápida y eficaz. “Los machos solitarios se trasladaron una distancia corta al huir, mientras que grupos mixtos (integrados entre 32 y 39 guanacos) se trasladaron a mayores distancias”, destacó la investigadora del CONICET.
Para examinar el reconocimiento visual y la respuesta ante un potencial predador, los científicos se acercaron de a pie a un grupo de guanacos, en línea recta y en dirección opuesta al viento. “Consideramos que un guanaco reaccionó cuando interrumpió su actividad de forrajeo, caminata o descansaba, y tomó una actitud de alerta, inmóvil, con su cabeza apuntando directamente hacia la amenaza. Se eligieron sitios con diferente vegetación y topografía”, explicó Taraborelli, quien junto a sus colegas grabaron la respuesta anti-predadora individual y grupal.
Para los investigadores, los resultados sugieren que el beneficio de vivir en grupo en guanacos se debe a la mayor probabilidad de evitar predadores con el mecanismo de vigilancia cooperativa y no al llamado “efecto de dilución”, que consiste en que los grupos con más individuos están más seguros debido a que el riesgo per cápita es menor.
“La postura de alerta es una señal de alarma de bajo costo energético que beneficia al individuo y aumenta el número de individuos que huirán con él. Mientras que las llamadas de alarma serían una señal de alarma para el predador y también una señal hacia los guanacos que están dentro del grupo social”, concluyó Taraborelli.
La investigadora Paula Taraborelli estudiando el comportamiento de un grupo de guanacos.
Créditos: Gentileza de Paula Taraborelli