Así lo afirman los autores de un libro ilustrado para chicos y grandes que busca mostrar los fascinantes fenómenos relacionados con la atmósfera.
(28/06/2013 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. A través de los medios circularon recientemente imágenes del devastador tornado que pasó por Oklahoma, en Estados Unidos, uno de los mil que se registran cada año en ese país. A fines de mayo, el Consejo Ejecutivo de la Organización Meteorológica Mundial debatió cómo mejorar la reducción de los riesgos de desastre y los sistemas de alerta temprana.
Éste y otros fenómenos meteorológicos se comentan en la vida cotidiana sin saber cómo se producen. Para dar respuestas a muchas preguntas, Ediciones Iamiqué publicó el libro ilustrado “Preguntas que ponen los pelos de punta 4. Sobre tormentas y tornados” recomendado “para curiosos de 8 a 108 años y para padres y maestros en aprietos”.
Con un lenguaje sencillo y claro, Andrés Cosarinsky, diseñador de Imagen y Sonido de la UBA, transmite los conocimientos de una de las autoras del libro, la licenciada en Meteorología de la UBA y master en Ciencias Ambientales María Inés Campos.
Sobre los tornados, Campos cuenta que son remolinos de aire muy violentos que nacen dentro de las nubes de tormenta y crecen de arriba hacia abajo hasta tocar el piso. Cuando el viento cambia su dirección abruptamente con la altura, el aire empieza a rotar produciendo un “tubo” de viento que gira acostado. Si, además, hay fuertes corrientes de aire ascendentes, el tubo de viento se inclina verticalmente dentro de la nube, crece el remolino y se desencadena el tornado, indicó.
En el libro, ilustrado por Eugenia Nobati, se explica que un tornado generalmente tiene un ancho de una a dos cuadras y que puede alcanzar una velocidad de 400 kilómetros por hora. Cuando toca el suelo, levanta autos, arranca árboles y se lleva todo tipo de cosas para luego arrojarlas en cualquier parte. Y puede hacer un recorrido de 10 a 50 kilómetros.
Mucha gente asegura haber visto “llover” ranas y peces. No se trata de una fantasía ni de un signo apocalíptico. Los autores del libro nos cuentan que cuando un tornado pasa por un lago, succiona lo que ahí se encuentra – incluidos peces y ranas – como si fuera una aspiradora. “Luego de hacerlos dar unas vueltas, los deja caer varios kilómetros más lejos”, señaló.
Cazadores de tornados, el caso de las lluvias rojas, los huracanes, las tormentas, los rayos y por qué llueven piedras son algunos de los tantos temas desarrollados por los autores.
Hoy en día se cuenta con adelantos tecnológicos que revolucionaron el estudio de la meteorología como las imágenes satelitales, el radar y los modelos numéricos, entre otros, sin embargo aún hay mucho por investigar. “Consideramos que todos tenemos ideas previas sobre los fenómenos del tiempo y con este libro tratamos de hacer llegar respuestas científicamente correctas que complementan las percepciones de los chicos. Esperamos que los lectores disfruten y aprendan a manejarse en la naturaleza con los cuidados necesarios”, concluyó Campos.
Imagen de tornado en Oklahoma
Créditos: NOAA