Se las descubrió en ese país a comienzos de este siglo. Provocan daños en ecosistemas y en equipos electrónicos. Ya se extendieron por Florida, Louisiana, Mississipi y 20 condados de Texas.
(25/09/2013 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)- Las hormigas argentinas no dan tregua. En 2002 Tom Rasberry, un exterminador de plagas de Estados Unidos, fue el primero en darse cuenta que la especie Nylanderia fulva era un problema. Por eso se las llama “hormigas locas Rasberry”.
“Esta plaga proviene del norte de Argentina y sur de Brasil”, explicó a la Agencia CyTA el doctor Edward LeBrun, entomólogo de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos.
Un estudio, liderado por Lebrun y publicado en Biological Invasions, revela que esa especie está provocando daños en zonas rurales y urbanas de 20 condados de Texas, en Florida, en Louisiana y en Mississipi. “Las hormigas locas Rasberry están desplazando y reduciendo a otras especies de insectos (hormigas y arañas) que son importantes para el equilibrio de los ecosistemas. También afectan a las abejas que son un factor clave para la agricultura”, afirmó LeBrun.
Uno de los problemas que produce esta hormiga es que ingresan no solo en cavidades de los suelos o paredes de las casas sino también dentro de computadoras y otros equipos electrónicos, generando cortocircuitos. “No se sabe si se meten en esos componentes porque perciben y son atraídos por el pequeño campo magnético alrededor de los cables por donde circula la electricidad o por el calor que liberan, o simplemente porque es un buen sitio para anidar”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Pablo Schilman, investigador del CONICET y especialista en Ecofisiología y Comportamiento de Insectos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Las “hormigas locas” miden un poco más de 3 mm de longitud y están cubiertas por pelos color marrón rojizo. También se las llama así porque en vez de seguir una línea recta, realizan movimientos al azar. “Se hallan en densidades altísimas, más de 100 veces la cantidad de todas las otras especies de hormigas juntas, y eso les da ventajas competitivas ya que encuentran primero la fuente de alimento y/o desplazan a sus competidoras”, destacó Schilman.
Desde su laboratorio en Estados Unidos, LeBrun indicó que pretende viajar al norte de Argentina y sur de Brasil a fin de estudiar a estas hormigas en su sistema natural donde el resto de las especies logran controlarlas. “Si conocemos bien su biología, lograremos diseñar estrategias de control para combatirlas”, agregó.
En Estados Unidos, a fines del 1800, se registró la primera invasión de hormigas argentinas. Era la especie Linepithema humile que entró por el puerto de Nueva Orleans. “Luego, en 1918, se descubrió la invasión de la hormiga de fuego negra (Solenopsis richtieri). En los años ‘30 se descubrió la invasión de la hormiga de fuego roja (Solenopsis invicta); y en la última década se descubrió la invasión de hormigas locas”, puntualizó Schilman.
En todos los casos, cada nueva invasión de esas especies de la Argentina fue desplazando a las hormigas nativas e invasoras que habían llegado antes.
Ahora, esta nueva especie “desafía tanto a científicos como a ciudadanos de Estados Unidos”, concluyó Schilman.
Las hormigas locas de Argentina y de Brasil están provocando daños en los ecosistemas y también en zonas urbanas de Estados Unidos. Se las está estudiando para poder controlarlas.
Créditos: Lawrence Gilbert