Un estudio de la UBA advierte sobre la contaminación por fármacos que se vuelcan a la red cloacal desde los hospitales.
(04/12/13 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Los líquidos residuales provenientes de hospitales constituyen un riesgo potencial para los ecosistemas y la salud humana debido a la presencia de compuestos tóxicos.
Así lo denuncia un estudio de investigadores de la UBA, publicado en la revista Acta Toxicológica Argentina, que revela que 29 de 53 muestras de líquidos residuales de un hospital porteño resultaron tóxicas en un modelo de laboratorio.
Sin embargo, los científicos aclararon que el hallazgo no cuestiona la seguridad del agua que, una vez tratada, circula por la red para consumo humano en la Ciudad de Buenos Aires.
Las normas establecen que está totalmente prohibida la eliminación de medicamentos a través de la red cloacal. “El problema son las excretas de los pacientes internados, ya que muchos fármacos no son totalmente metabolizados por el organismo y se liberan al ambiente a través de la orina”, indicó a la Agencia CyTA una de las autoras de la investigación, la doctora en biología Anahí Magdaleno, docente e investigadora de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.
Para determinar el nivel de toxicidad de las muestras, los científicos emplearon dos algas verdes, la Pseudokirchneriella subcapitata y la Chlorella vulgaris, que se utilizan internacionalmente como organismos estándar en condiciones de laboratorio para evaluar muestras ambientales o sustancias puras.
“Lo que se suele medir es el crecimiento de las algas unicelulares o los niveles de clorofila a las 96 horas y se compara con un control. El grado de inhibición de su desarrollo refleja el nivel de toxicidad de los residuos”, puntualizó la investigadora.
Los efluentes hospitalarios son dirigidos a la red colectora cloacal donde se mezclan con muchos otros elementos, con lo cual la medición realizada a la salida del hospital es muy diferente a la que finalmente llega al Río de la Plata, después de ser depurados en una planta de Berazategui.
Pero estudios internacionales sugieren que algunos fármacos son muy difíciles de biodegradar y pueden detectarse en efluentes aún después del tratamiento. Los efectos de estos residuos sobre el ecosistema o la salud humana se ignoran, aunque los científicos sospechan que podrían –por ejemplo- favorecer la aparición de cepas bacterianas resistentes.
De todos modos, Magdaleno aclaró que el tratamiento del agua del Río de la Plata que realiza AySA es muy eficiente y “no deberíamos preocuparnos por la calidad del agua para consumo humano”.
El trabajo se realizó sobre efluentes del Hospital de Clínicas de la UBA, aunque los expertos consideran que los resultados podrían ser similares en otros centros médicos de esa envergadura.