El estudio realizado en un embalse de San Luis mostró que el sapo común es el más afectado.
(02/12/2013 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)- Investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) detectaron niveles considerables de plomo y cadmio, dos tipos de metales pesados, en algunos anfibios del embalse La Florida de esa provincia: un espejo de agua de 700 hectáreas que representa la principal fuente de agua dulce de las ciudades de San Luis y Villa Mercedes.
Los investigadores estudiaron individuos adultos de seis especies: el sapo común, la rana de bigotes, la ranita trepadora cordobesa, el escuercito cururú, el sapito panza roja y el escuercito de flancos manchados.
Todos los individuos estudiados presentaron niveles detectables de plomo y cadmio. La presencia del primer metal en el embalse proviene del uso de plomadas de pesca y combustibles con plomo y la del segundo de residuos sólidos (por ejemplo baterías) que son arrastrados con las crecientes. “Aún no se ha determinado si el origen de la contaminación en los anfibios es acuática y/o terrestre”, señaló a la Agencia CyTA la autora principal del estudio, la doctora Mariana Jofré, docente e investigadora del Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNSL.
Para el plomo se estima que concentraciones de 10 microgramos por gramo (un microgramo equivale a 0,000001 gramos) producen envenenamiento en animales silvestres y se han determinado efectos subletales (retardo en el desarrollo y peso reducido) en algunos anfibios con concentraciones de 3 microgramos por gramo.
En los anfibios estudiados las concentraciones de cadmio variaron entre 1,09 y 6,86 microgramos por gramo de masa seca y las de plomo entre 1,19 a 5,57 microgramos por gramo de masa seca. El sapo común fue el más afectado.
Si bien se desconoce a qué concentración corporal el cadmio se hace letal para los anfibios, “se ha sugerido que puede afectar la supervivencia de los vertebrados cuando las concentraciones superan los 5 microgramos por gramo de peso húmedo”, indicó la doctora Jofré. El peso húmedo es el peso del tejido con agua y el peso seco cuando está desprovisto de agua.
“Cuando se realizó el estudio, el agua de la costa norte del embalse poseía menor contaminación por metales y mejor calidad que la costa sur, que ha sido ampliamente utilizada para actividades recreacionales como pesca, navegación, camping y balnearios”, destacó la investigadora. En el caso particular del sapo común, las concentraciones de plomo fueron significativamente mayores en individuos de la costa sur.
Para la doctora Jofré son necesarios más estudios a fin de determinar la salud de las poblaciones de anfibios. “Lo significativo de este estudio, es haber obtenido una línea de base de contaminación para poder monitorear las poblaciones de ese tipo de animales a futuro y poder así realizar comparaciones”, agregó.
Trabajos de este tipo son de gran relevancia si se considera que el embalse tiene actualmente un importante desarrollo urbano, “que podría estar afectando la permanencia de algunas de las poblaciones de estos animales”, señaló la investigadora.
Asimismo Jofré remarcó la necesidad de implementar políticas de protección dado que la diversidad de anfibios es importante para el equilibrio del ecosistema.
En el estudio, publicado en “Environmental Science and Pollution Research”, también participaron la doctora Rosa Antón del Departamento de Química de la UNSL y el doctor Enrique Caviedes Vidal del Departamento de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNSL e investigador del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis.
El sapo común
Créditos: Dra. Mariana Jofré.