El doctor José Raúl Oubiña, investigador del CONICET en el Instituto de Microbiología y Parasitología Médica (IMPAM) de la UBA, dice tener una esperanza “moderada y cautelosa” respecto a la evolución de la epidemia que ya mató a casi 10.000 personas en África.
(06/03/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Aunque los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permiten albergar una moderada y cautelosa esperanza respecto a la limitación del brote de ébola en África, que hasta el 1 de marzo había afectado a 24.000 personas y causado la muerte de 9.807, no hay que cejar el esfuerzo en la búsqueda de nuevas estrategias de prevención y control. Así lo sostuvo en diálogo con la Agencia CyTA-Leloir el doctor José Raúl Oubiña, investigador del CONICET en el Instituto de Microbiología y Parasitología Médica (IMPAM) de la UBA, quien advirtió que “el escenario futuro-inmediato es impredecible. La estructura del virus ébola evoluciona y podría evadir el efecto de algunas de las herramientas terapéuticas experimentales actualmente consideradas promisorias.”
No existen medicamentos ni vacunas específicas de eficacia comprobada. ¿Qué tratamientos reciben entonces los pacientes?
El mejor soporte médico disponible hasta el presente es la reposición de líquido, porque se puede perder hasta 5 a 10 litros de fluidos corporales por día en los casos más críticos. También se administran electrolitos (principalmente, sodio, potasio, magnesio y calcio) cuya función es la de preservar funciones vitales para el organismo, como la hidratación celular, la contracción muscular o la actividad neuronal. También se aplican medidas de sostén general, como la administración de antibióticos, paracetamol ¡y hasta morfina si los dolores son muy intensos!
¿Qué estrategias se están estudiando para mejorar la atención de las personas afectadas?
Se están desarrollando medicamentos antivirales y también hay vacunas en las fases 1 ó 2 de ensayos clínicos controlados. Por razones de compasión humanitaria, se ha permitido el uso de terapias experimentales diversas, sustentadas en resultados prometedores obtenidos en animales infectados y tratados. Uno de estos tratamientos consiste en el uso de anticuerpos neutralizantes producidos por pacientes que sobrevivieron a la enfermedad (están presentes en el suero de convalecientes) y que son transferidos al paciente recién ingresado a un establecimiento médico para inhibir la replicación del virus ébola, mediante dicha inmunización pasiva. Una estrategia similar había sido desarrollada exitosamente por el grupo de investigación del extinto doctor Julio Maiztegui en la década de 1970 para el tratamiento de la fiebre hemorrágica argentina en humanos. Pero, sin duda, la disponibilidad de una vacuna será la herramienta más eficaz para evitar futuros brotes re-emergentes.
¿Cuál es la probabilidad de que el virus llegue a la Argentina?
No se han producido casos confirmados. Teniendo en cuenta que la potencial vía de introducción del virus ébola al país podría –eventualmente- estar mediada por el ingreso de viajeros infectados, y que el traslado de personas entre Argentina y los países que registran actualmente casos no es frecuente ni existen vuelos directos con ellos, la probabilidad de que el virus llegue al país es baja. A pesar de ello, el Ministerio de Salud ha instrumentado varias medidas en consonancia con el alerta epidemiológica internacional emitida por la OMS en agosto de 2014.
¿Es optimista respecto a la evolución de la epidemia?
El escenario futuro-inmediato es impredecible, aunque los registros de la OMS en las últimas semanas de febrero de 2015 permiten albergar una moderada y cautelosa esperanza respecto a la limitación del brote. Para ello pueden contribuir en grado variable diversos factores socio-culturales de las poblaciones afectadas y estrategias de salud pública implementadas. Además, la literatura científica indica que la estructura del virus ébola evoluciona y podría evadir el efecto de algunas de las herramientas terapéuticas experimentales actualmente consideradas promisorias.
Desde su punto de vista, ¿alcanza la labor de los médicos para contener el ébola?
No, se debe adoptar un enfoque multidisciplinario. Es imprescindible no sólo la participación muchas veces heroica del personal de salud, sino la movilización y el profundo compromiso de la comunidad, indispensable para la detección de casos y búsqueda de los contactos. También es importante la tarea de epidemiólogos, matemáticos y bioinformáticos que elaboren modelos con los que se puedan predecir situaciones y adoptar conductas preventivas y terapéuticas apropiadas; de epidemiólogos moleculares que monitoreen los cambios genéticos del virus circulante; de virólogos y biólogos moleculares que sean capaces de generar pruebas de diagnóstico a partir de muestras biológicas con menor riesgo que el inherente a la sangre; y de una industria farmacéutica que esté dispuesta a invertir en salud aun sin tener un “gran mercado”. En este marco, el compromiso de las autoridades políticas y sanitarias es crucial.
El Hospital Garrahan es uno de los centros médicos que ha capacitado a su personal ante un posible caso de Ébola o sospecha de la enfermedad.
Créditos: Comunicación y Prensa del Hospital Garrahan